Cilia Flores / Intento de magnicidio - Mundo Factory
EFE/ Miguel Gutiérrez

Yazenky Lamas, exguardaespaldas de Cilia Flores, reveló en una entrevista con la agencia de noticias Reuters que la esposa de Nicolás Maduro estaba al tanto de las presuntas operaciones de narcotráfico por las que sus dos sobrinos fueron condenados por un tribunal de Estados Unidos.

A Lamas lo detuvieron hace cuatro años en Colombia y lo extraditaron a Estados Unidos. Para ese entonces parecía una persona poco importante en el liderazgo venezolano, pero demostró ser todo lo contrario.

Ahora, con sus declaraciones, las autoridades estadounidenses estarían evaluando preparar una acusación penal contra Flores en los próximos meses por la presunta comisión de delitos que podrían incluir tráfico de drogas y corrupción, señalaron a Reuters cuatro fuentes.

Lamas aseguró que la llamada primera combatiente utilizó su privilegiada posición para recompensar a miembros de su familia con importantes y bien remunerados cargos en el régimen. Estos señalamientos también los manifestaron las demás personas consultadas por la agencia.

El exguardaespaldas de la esposa de Maduro, de 40 años de edad, habló detrás de un vidrio reforzado en la prisión de Washington donde está detenido. Manifestó que se siente abandonado y traicionado por el régimen de Maduro.

El hombre pasó casi 10 años custodiando a Flores, primero cuando era diputada y fungía como presidenta de Asamblea Nacional, y luego cuando llegó al Palacio de Miraflores.

Lamas contó cómo llegó al círculo cercano de Flores: lo asignaron al equipo de seguridad de Hugo Chávez desde un puesto de la Guardia Nacional Bolivariana. Luego lo transferieron a la custodia de la expresidenta de la Asamblea Nacional.

Antes de que lo capturaran, aseguró el detenido, vio en varias ocasiones a los sobrinos Franqui Francisco Flores de Freitas y Efraín Antonio Campo Flores enviar cargamentos de cocaína en aviones desde el hangar presidencial en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía.

Lamas, expresó que a veces Flores escuchaba a familiares hablar sobre actividades ilícitas. Según indicó, ella sacudía la cabeza, pero no manifestaba su desaprobación a viva voz.

«Cilia sabía todo», afirmó Lamas.


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