Foro Democratización
Foto: Nota de prensa

Los partidos políticos están llamados a representar la demanda de democracia y de atención a la emergencia humanitaria compleja que padecen los venezolanos. En ese punto coincidieron el historiador Tomás Straka y los politólogos Paola Bautista de Alemán, Guillermo Aveledo Coll y Héctor Briceño, durante su participación en el Foro Democratización auspiciado por el Instituto de Estudios Políticos y Sociales FORMA.

“¿Qué deben representar los partidos en la Venezuela no democrática? Hay algo que representar: la demanda central de democracia, así como las demandas de atención a la profunda crisis social. Creo que allí los consensos son más amplios en la inmensa mayoría de los venezolanos”, manifestó Briceño, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Rostock, Alemania.

Aveledo Coll advirtió que el partido político democrático no se aviene bien al sistema autoritario, no solo por la represión sino por la frustración que provoca el hecho de que se bloquee su acceso al poder. “El pueblo quiere expresarse, pero no lo dejan. No hay modo de que los partidos canalicen la voluntad popular de la sociedad”, indicó.

El decano de Estudios Jurídicos y Políticos de la Universidad Metropolitana señaló que “la hipocresía del sistema vigente está obligado a convocar simulacros de elecciones para tratar de conseguir legitimidad, permite el logro de algún tipo de espacio de poder, mientras se potencia el reclamo desde otros espacios de participación”.

Vieja pelea

A juicio de Bautista de Alemán, “la revolución chavista es un salto atrás autocrático de 200 años”. La doctora en Ciencia Política de la Universidad de Rostock destacó que en Venezuela la cultura democrática es muy partidista y está asociada con el tema electoral.

Straka enfatizó durante el Foro Democratización que la idea de las elecciones está presente en el nacimiento de la República. Resaltó que en el transcurrir de los años siempre ha habido tensiones entre el origen de la representatividad, que se reclama democrático y popular, y lo que ha terminado ocurriendo. Tomando en cuenta el escenario actual, el profesor subraya que en el país sí hay una crisis de representación.

En línea con lo apuntado por Straka, Briceño agregó que “la primera consecuencia de esa crisis de representación es que las decisiones que se toman en los espacios de poder no responden a las demandas de la población, sino a las demandas de minorías que imponen su voluntad a través de elecciones fraudulentas”.

El investigador de la Universidad Central de Venezuela (UCV) afirmó que los venezolanos tienen un ADN democrático que ha sido golpeado después de 20 años de abusos y competencia desleal. Admitió que en estos momentos la sociedad democrática es presa de la apatía y la frustración; no obstante, dice que eso no puede confundirse con apaciguamiento o rendición, y recuerda que en el pasado se ha atravesado por situaciones parecidas y ha renacido la esperanza.

Renovación y pluralidad

Al evaluar la situación interna de los partidos, Aveledo Coll opinó que “la renovación del liderazgo, que debe ser regular, no se da en el ritmo que sería ideal por factores externos y también por voluntades internas”.

“Si no hay confianza ni apelación al pueblo para que diga quién está por encima y quién no,¿quién puede dirigir los destinos de las fuerzas democráticas? Tiene que haber un acuerdo entre personas que desconfían entre sí. Allí es clave la dinámica de reglas previas que permita tomar decisiones colectivas”, aseveró el académico de la Universidad Metropolitana en el Foro Democratización.

Pensando en la labor de los políticos en un contexto tan hostil como el venezolano, Straka planteó que no hay que buscar atajos sino apostar por la perseverancia, la constancia y la coherencia. El historiador recalcó que la dirección política debe “establecer un diálogo abierto y sincero, ahuyentar las vocaciones de césares y oír a la gente” para reconstruir sus vínculos con los venezolanos.


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