Hezbolá
Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Foto: Chip Somodevilla/ Getty Images/ AFP

En las últimas semanas ha habido una cantidad de opiniones internas pidiendo el cese de las sanciones, y condenando a quienes están de acuerdo con que continúen. También voceros del exterior, indicando que el objetivo de haberlas impuesto no se logró y que –dicen que todos coinciden– hay que eliminarlas.

No cabe duda de que las sanciones afectan la vida económica del país, para las personas y las empresas, pero principalmente para el gobierno y sus funcionarios. Y que eliminarlas nos retrotraería a otros momentos en los que el gobierno gozaba de holgura económica, y eso permeaba a la parte pobre de la sociedad, y en forma limitada a ciertos segmentos empresariales.

Pero esos son los efectos directos… los indirectos tienen que ver con la construcción de una reputación negativa que nos coloca a todos, sin excepción, en el mismo grupo de Corea del Norte, Siria e Irán, que nos convierte en sospechosos por el solo hecho de tener pasaporte venezolano, y, sin tenerlo, por haber estado en Venezuela. En realidad, las sanciones son un incordio.

El origen de las sanciones está vinculado al hecho de que EE UU nos consideran una “amenaza inusual y extraordinaria… para su seguridad interior”, contando para esa apreciación con el apoyo de los dos partidos y, por mayoría del congreso de EE UU. Es una decisión de estado que cada presidente administra con más o menos dureza, según convenga a sus propios intereses, y no a los nuestros. Y este presidente Biden no las ha aflojado prácticamente en nada… porque la GL 41 de Chevrón, por como está estructurada, difícilmente pudiera considerarse una flexibilización.

Para ellos, el objetivo es que nuestro gobierno no disponga de ningún excedente económico que, según ellos, si lo tuvieran lo usarían en dos direcciones: para atacar a EE UU, y para ampliar las oportunidades de corrupción. Si leemos adecuadamente los resultados, realmente, últimamente, Venezuela no ha tenido los excedentes como para utilizarlos en su contra, y si ha habido corrupción, ha estado limitada al manejo restrictivo que tiene, y no con dinero proveniente de EE UU. Para ellos sus objetivos básicos sí se están cumpliendo.

Ahora, los objetivos secundarios como democracia y DD HH, son los que están sujetos a ser argumentados (aunque hasta ahora no han sido cumplidos por ninguna de las dos partes) y utilizados como un posible objetivo, que saben que nunca serían de levantamiento de sanciones, porque eso es algo que va más allá de una decisión ejecutiva.

Porque, inclusive, el ala de izquierda de la Casa Blanca, en la persona de Juan González, tiene sus dudas sobre la futura flexibilización, sin aclarar hasta dónde ellos pueden hacer algo, y siempre con el discurso de “sería muy triste si tuviéramos que endurecer las sanciones”.

O sea que las sanciones son de exclusiva e indivisible responsabilidad del Estado de EE UU, sin que haya habido intervención de ningún venezolano, porque ninguno ha tenido, o tiene, la capacidad de poder e influencia como para ser parte de esas decisiones de estado. Y, más allá de las razones o de la percepción sobre el tema sanciones, ellos las ponen, porque pueden hacerlo…

Entonces, el tema de que un venezolano salga a declarar que quiere que las sanciones se eliminen, y que otro salga a declarar que quiere que las sanciones permanezcan, son solo eso: declaraciones que solo tienen un efecto mediático aquí, internamente, y se convierten en uno más de los argumentos de esta polarización política que nos arropa.

Y, debido a esto, quien pida levantamiento de sanciones será considerado como del bando del chavismo o, a lo sumo, un pseudoopositor, y quien pida que se queden se considerará un opositor de pura cepa. Es importante que quede claro que el deseo o la declaración, en sí mismos, en una u otra dirección, no son factores que tengan ningún poder o influencia en los diferentes componentes del aparato sancionatorio de EE UU.

Ahora, las sanciones europeas, son algo diferente, porque están dirigidas a personas y no a instituciones; o sea que, si en el proceso democrático eleccionario que se viene, ellos consideran que se cumplen los pasos del último informe electoral de la Unión Europea, comenzarán a aliviarlas; mientras que, si se sigue en el camino por el que vamos, de descabezar sorpresivamente al CNE e inhabilitar candidatos, lo más probable es que las mantengan.

El tema es, que las sanciones americanas se aplican a cualquier empresa, en el mundo, que opere con el gobierno de Venezuela, incluyendo a las empresas europeas. Claro que hay empresas en el mundo, incluyendo europeas, a las que no les afectan las sanciones, porque sus sistemas financieros no pasan por el ámbito de influencia de EE UU, y esas son las que se sentirán libres de operar con Venezuela, sabiendo del riesgo de negocios que están corriendo.

Si bien esas empresas, no necesitan permisos de la OFAC, deben cuidarse de no pisar los límites de las sanciones vigentes, pues podrían verse impactadas por el lado de un proveedor, de otro cliente, o por algún banco o fondo de inversión. Como les decía, EE UU coloca las sanciones, porque puede hacerlo… porque tiene el poder, la fuerza y la credibilidad para hacerlo… y porque es estricto en su cumplimiento.

Comisión Nacional de Primaria, sanciones
Foto: Comisión Nacional de Primaria

Político

Sigue la oposición manejando en positivo la agenda mediática, porque hasta las cosas negativas, asociadas ahora a las traiciones internas de cara a las primarias, son reprocesadas por la sociedad en forma positiva. Hay una sensación de “limpieza” donde cada vez queda más claro quién es quién, quién se opone, y quién dice oponerse, pero haciendo todo lo contrario.

Porque las declaraciones de cada uno ya no son las que cuentan, porque son reemplazadas por las acciones. Se acabó el tiempo y ahora tienen que comenzar a tomar posición. Los que participaron en las primarias, los que especularon hasta último momento, los que se lanzarán por fuera (o al menos eso dicen), y los que aún no saben qué harán.

También está el rol de los outsiders que, sin participación directa, opinan y se ven obligados a alinearse. Y, como pudimos ver, el sorpresivo rol político que tomaron algunos miembros de la comisión de primarias, quienes supuestamente debían mantenerse independientes… bueno… no lo hicieron y tomaron partido, en este caso intentando “implosionar” el proceso.

Porque el tema de los partidos ya no es tan relevante como el de las personas. Y eso es, porque con las intervenciones y las divisiones, ya no se sabe de qué partido se trata, porque de los tradicionales, hay, al menos dos versiones de cada uno, y en algunos casos, hasta tres versiones. Es un tema de personas, y que cuenten con una plataforma administrativa para las inscripciones y como centros de acumulación de votos.

Habría que hacer una acotación para una mejor lectura de las encuestas que están circulando. Parten de la premisa de que la gente cambia su constitución si simpatiza con un partido político o si se considera “independiente”, y de esa manera los colocan en dos segmentos separados, diluyendo el impacto que causaría si la respuesta se colocara integrada.

Porque la realidad es que nuestra población la que cae en la muestra, está polarizada, y tal vez más que antes, con menos violencia por el cansancio, pero está polarizada. Son solo dos grupos… los que están a favor de que el gobierno continúe, y los que quisieran un cambio.

Y tal vez las preguntas deberían mirar al futuro preguntando sobre el perfil del futuro presidente, de las políticas futuras, y en general, poner el foco en el futuro, y no en el pasado como vienen haciendo. Y ahí, tal vez está la respuesta para los aciertos o los yerros, y para la credibilidad o desconfianza de la encuesta. Tal vez está de más recordarlo, pero las encuestas deben poder leer la realidad y las tendencias, en vez de tratar de influir en esa realidad y en esas tendencias.

Social

Hace años se decía que nuestra sociedad no había sufrido y por eso no valoraba ciertas cosas que tenía, porque no le había costado obtenerlas. Ahora, que ya sufrimos, y seguimos sufriendo, estamos en condiciones de valorar lo que tenemos, y también lo que perdimos. Y es por eso que esta vez, los mensajes de cambio y de oferta de una vida mejor, tienen un peso y una cabida que no habían tenido en el pasado.

Si bien no hay señales que puedan indicar violencia social en las calles, no hay que descartar que el comportamiento de las sociedades se corresponde con ciertos patrones de respuesta emocional, que varían entre la gente, quedándose en su casa, o saliendo a la calle.

Una vez que la gente fue sacada de su zona de estabilidad emocional, donde puede manejar razonablemente los buenos y los malos momentos, y fue sacada por circunstancias extremas externas, como no tener para comer, o para curarse, o para realizar, mínimamente su actividad diaria, entra en una situación de “inmovilización” por no saber qué hacer, aunque en la conciencia de que algo tiene que hacer, y que esto no puede seguir así.

Y el siguiente paso, derivado de la inmovilización, es la “negación”, que se lee como “esto no me puede estar pasando a mí… es injusto”. Y la respuesta, entendiendo que la lectura que hace de la situación es negativa, y que no tiene por delante herramientas institucionales, ni alternativas para mejorar, entonces se mueve hacia un nuevo estatus emocional de actividad o híper actividad de “rabia”, la cual sí pudiera reflejarse en movimientos violentos.

Esa rabia puede ser evaluada en términos de un reducido número de personas en un tiempo corto, o en una gran masa humana en las calles, por tiempo indeterminado. Esas son las opciones que están frente a nosotros; y, dependiendo de su evolución, es que se comportarán los caminos gruesos que se plantean en lo económico… si la calle se radicaliza, la respuesta del chavismo será radicalizarse en lo político represivo y económico… porque en lo social, en la calle, difícilmente pueda contrarrestar una gran masa humana.

Y, dependiendo del resultado de esa situación de rabia, es que se regresa a inmovilización y negación, o se avanza a un nuevo estadio de “negociación”, donde realmente haya algo que negociar, porque se cortaron las asimetrías, y ahora habría más paridad de fuerzas.

Y, si esto resultara así, que se va a una mesa de negociación con paridad de fuerzas, entonces todos deben estar dispuestos a ceder algo, para facilitar el tránsito hacia el futuro… ninguno obtendrá todo lo que le gustaría, pero todos obtendrían todo lo que se podía… en beneficio de una patria que hoy está muy dañada y que se merece un futuro mejor… al que, por el camino que vamos, no se llegará.

Económico

Insisto en que no hay ninguna señal en el horizonte de medidas que corten el estancamiento en la actividad económica. Por lo cual, el escenario inercial es el que se impone, y por la tendencia, las cosas no mejorarán, todo lo contrario, se puede anticipar más inflación, más devaluación y menos actividad económica.

Hay empresas que lo están haciendo muy bien, en sectores deprimidos, y empresas que no se han dado cuenta que tienen que cambiar, en sectores más animados, y que por eso no pueden aprovechar las oportunidades. Los sectores de alimentos y laboratorios y farmacias, mantienen un nivel de demanda con menor elasticidad al precio, lo cual significa que, aunque los precios aumentan mucho, la demanda se contrae menos; sí se contrae, pero menos que otros que son más sensibles al precio y que, ante el menor aumento, dejan de ser consumidos.

Estamos en un punto de decisión, que muestra dos caminos gruesos de salida: 1) radicalización política que arrastre a la economía, y 2) profundización de la liberalidad y el mercado.

Esa salida no va a estar totalmente en uno u otro camino; seguramente tendremos una mezcla de grises, que dependerá del interés político asociado a esa actividad; pero, sí se notará mayor influencia de uno de los dos escenarios. Y debemos encontrarnos con mayor presencia del estado. Ese “repliegue” que se notó en el pasado, ya no está más, y difícilmente se regresará a él.

Si se lee correctamente el entorno, notaremos que toda actividad económica de la cual pueda derivarse poder político para la oposición, será sujeta de todo el peso de las posibilidades que ya conocemos. Por otra parte, toda actividad relacionada con hidrocarburos, de cualquier tipo, tendrá la presión de un seguimiento cercano por parte del Estado.

No olvidar que los dos puntos prioritarios para el gobierno son: 1) conseguir el mayor flujo de caja positivo posible; 2) asegurarse el control social como contrapeso a la pérdida de popularidad. Y a partir de esos dos elementos referenciales, se pueden entender y explicar las medidas que se están tomando, y, también, las que no se están tomando, aunque deberían.

Internacional

Al mismo tiempo que se endurece la situación en el Mar Negro, y que entran en acción las flotas de guerra de Rusia y de la OTAN, se incentiva una campaña de medios indicando que en realidad Rusia está ganando, que Ucrania no recuperó nada, que el responsable por la invasión es Ucrania por no haber cumplido los acuerdos de Minsk, y que, en realidad, Putin es el bueno y que todos los demás son los malos.

El recientemente creado Consejo OTAN-Ucrania, que institucionaliza la relación de Ucrania con la Otan, y se considera el primer paso para su futura integración, se reunió para trabajar en la grave situación de seguridad en el Mar Negro tras la terminación unilateral de Rusia de la Iniciativa de Granos del Mar Negro negociada por las Naciones Unidas y Turquía.

Desde el lado de los países de la OTAN han ampliado la capacidad de producción de equipamiento de guerra, en cuanto a drones, aviones, misiles, tanques, vehículos blindados, y equipos personales, así como en entrenamiento de fuerzas de tierra, mar y aire. Se están preparando para una guerra larga, durante la cual desplegarán esos recursos, tratando de mantener activa el resto de sus economías.

Pero lo que parece claro es que la recuperación económica y el alejamiento de la recesión, el aumento del nivel de empleo (EE UU está en picos históricos), más la estrategia de suba de tasas (también a máximos históricos) para los bonos del tesoro americano, están auspiciando que serán capaces de resistir todo el tiempo que sea necesario, para doblegar el esfuerzo expansionista de Rusia, y ahora de su aliado Bielorrusia. Polonia, Finlandia y los países Bálticos son los que deben estar preparados para la siguiente ola de conflicto promovida por Rusia.

Por otra parte, habrá que ver si Taiwán, se convierte en el detonante de la entrada de China y de EE UU a una guerra, que todo indica que será global. Y si eso es así, nuestra situación en Latinoamérica se verá comprometida, forzándonos a alinearnos en la esfera de EEUU; es como la consecuencia de la alerta temprana que les comentaba, sobre el aumento de la frecuencia de viajes de la general Richardson a la región. Y allí sí puede haber un problema para Venezuela, al estar en el territorio de influencia de EE UU, siendo considerados una amenaza para ellos. Habrá que ver cómo tratan a las amenazas cuando están en guerra. De todos modos, no se ve bien para nosotros.

Recomendación

  • Al gobierno: que trabaje en una reforma económica que impulse el crecimiento económico y la creación de empleos; al mismo tiempo que inicie un proceso de diálogo y negociación con la oposición para encontrar una solución pacífica a la crisis política. Todo en el marco de un plan de desarrollo social que aborde los problemas de pobreza, desigualdad y violencia. También debería trabajar para restaurar la confianza de la comunidad internacional.
  • A la dirigencia opositora: que reconozca que los que quedaron en el campo de las primarias, son los que tienen verdadera vocación opositora, lo cual confirmaron con sus declaraciones en la UCAB, que no dejaron lugar a dudas. Y que refuercen esa trinchera, “limpiando” la institución Comisión Nacional de Primaria, cerrando filas, para evitar la palabra “implosión” que en este caso se asemeja a quinta columna y a traición… gente que tiene intereses propios que se alejan del interés nacional.
  • A la dirigencia empresarial: que establezca una sala situacional defensiva para leer las señales del entorno, e identificar los puntos ciegos para las empresas, los cuales suelen estar en los campos político, social e internacional, y que se manifiestan en lo comunicacional. Cuanto menos se declare, mejor para todos. Como dicen por ahí: ”Calladito te ves más bonito”.

 

 


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