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Jesús María Casal. Foto: Miguel ZAMBRANO / AFP

Con lo de las primarias de oposición, y la expectativa de unas elecciones en 2024, ha renacido el espíritu democrático en el ánimo de la gente. Lo cual no significa ni que la gente esté contenta con la democracia que tenemos, ni que necesariamente piensen en salir a votar; y menos que menos, que ese tema sea una prioridad, especialmente para aquellos que lo están pasando mal. Simplemente quiere decir que el tema democracia, está nuevamente sobre la mesa: y eso es bueno.

Ahora, ese renacer del tema, no necesariamente alcanza a los venezolanos que están afuera. A ellos les dura la sensación de las razones que los forzaron a irse, y el temor a “retratarse” … viven en otra dimensión, en la cual la pertenencia venezolana está orgullosamente atesorada, en algún espacio de su cotidianeidad, y allí se quedará. Porque la coraza emocional que tuvieron que construirse para abandonar su vida en el país y arrancar en otra parte, requiere de atender lo que es inmediato para sobrevivir y desarrollarse, ah… y en muchísimos casos, eso incluye juntar dinero para enviar a sus familias, que quedaron “atrapadas” aquí en casa.

Por primera vez en la historia, tenemos más de siete millones de venezolanos en el exterior, cuatro millones de los cuales están inscriptos en el padrón electoral, pero sin haber cambiado domicilio. Y pudiera pensarse que, entre los que están afuera, al menos hay dos millones más, que, por diversas razones, no están aún inscritos en el CNE.

Hay quienes critican al expatriado que no se inscribe para las primarias, como si no hacerlo fuera una manifestación de voluntad o de no estar interesados. Bueno… es posible que a estas alturas estén más interesados en la política del lugar donde viven que en la del lugar donde supieron vivir. Y tal vez, también les venga el recuerdo de las veces que se les crearon expectativas, se anotaron, se “retrataron”, y nada pasó.

La sensación de riesgo que puede significar para ellos, que los puedan perseguir, que no les den el pasaporte, o no les certifiquen algo, estando en la situación de vulnerabilidad en la que están, es muy grande, y es motivo suficiente como para que no sea reprochable su actitud. Más bien, los que quedaron, deberían asumir que “esto es lo que hay”, porque tienen la ventaja de monitorear de cerca, de tomar la decisión de militar en un partido, de salir a protestar, o de salir a votar masivamente o de, por el contrario, abstenerse y considerar que esto está perdido… que el chavismo se quedará a como dé lugar, y que no merece la pena el intento de cambio –una vez más- porque no nos llevará a nada.

Lo que sí también hay que tener en cuenta es que los tiempos cambian, que las sociedades se desgastan, y que hasta los poderes hegemónicos dejan de serlo. Y que los únicos capaces de “leer” esos cambios, son los que viven aquí dentro, de un bando y del otro. Porque la terrible situación de destrucción que vivimos, la viven todos, chavistas y opositores. Y que, en la cúpula de los “enchufados”, no existe esa diferencia, que se mezclan los bandos, y que lo único que importa, es mantenerse en el poder, y acumular lo más que puedan, para después, cuando las cosas cambien. Porque seguro habrá un después, y seguro las cosas cambiarán: porque esto no puede seguir así.

Político

La diatriba interna en el chavismo ha vuelto a quedar oculta, y ahora están tratando de resolver las cosas internamente. El velo de silencio volvió a caer y, por el momento, solo nos quedará la fotografía de cómo estaban las cosas hace un par de meses… porque seguramente su crisis interna ha ido evolucionando, pero volvieron a manejarla puertas adentro… como siempre fue, y como está volviendo a ser.

A menos, claro, que las cosas se vuelvan a salir de control, y tengan la necesidad de volver a ventilarlo puertas afuera. Les decía que las cosas cambian, y que la hegemonía se debilita en sus estructuras.

El cambio generacional les está ocurriendo también a ellos, y, por lo que se aprecia, la organización del chavismo no ha ido evolucionando en consecuencia; los discursos son los mismos de siempre, al igual que las medidas en lo económico, lo político y lo social. Y cada vez más se alejan de las expectativas de la gente. Para su propia gente pierden credibilidad (y seguidores), y para los opositores, se muestran más vulnerables… porque están más vulnerables… el país se les está escapando de las manos.

Y eso que están solos sin nadie que se les oponga, porque los empresarios, en calma, siguen su juego, los militares en sus cuarteles, la justicia casi imperceptible, y la oposición… bueno, la oposición, parece que se acostumbró a no oponerse… y se dedicó a convivir. Claro que hay excepciones, una o dos excepciones, que intentan mover el amperímetro, y aun tímidamente, lo están logrando… pero tomará tiempo… para el 2024, no es.

Social

En una charla, en estos días, alguien reaccionó a mis comentarios como que presentaba un panorama desolador. Y es posible que esa persona tuviera razón, porque estamos caminando sobre los escombros de una sociedad, cuyos pobres no comían de la basura, y ahora es frecuente y generalizado, ver familias enteras buscando ahí su sustento.

En las redes de las urbanizaciones de clase media, se quejan de que abren las bolsas de basura, buscando algo rescatable, y dejan todo “regado”, y queda la sensación de que las víctimas son los que cerraron las bolsas, y no los que las abren. Porque la realidad, es que los que pudiéramos tener algún excedente rescatable, en vez de deshacernos de eso junto con el resto de la basura, tal vez pudiéramos colocarlo aparte y salir a ofrecérselos.

Y si, como pasa cada vez más, se consume todo, y se descarta poco, tal vez deberíamos salir a ofrecerles comida –lo que más buscan para ellos y para sus hijos– alguna ropa, y hasta medicinas básicas; no olvidar que a los que están en esa situación de pobreza también les sube la presión, tienen acidez o tienen asma… la diferencia es que no tienen cómo adquirir esas medicinas. Ellos se atienden, solo cuando el tema es realmente grave… y, aun así, sabemos que la salud pública está muy deteriorada, y en algunos lugares, inexistente.

Y de ese grupo es la gente que elige irse del país, “a pie”, y a la que le pedimos que se inscriba para votar, en el país cuya seguridad social está asumiendo el papel que la nuestra no puede darles, y que tiene que comenzar a retribuir la gentileza trabajando más tiempo y más duro que los locales. No es por nada, que diferentes países comienzan a reconocer la contribución positiva del inmigrante venezolano en sus sociedades, y son tomados como ejemplo de lo que debe ser “un buen ciudadano”.

Económico

Hay que estar claro que la inflación no ha subido más por la política de restricción monetaria que, mal que mal, viene aplicando el gobierno a través del súper encaje, de la restricción del crédito y de las intervenciones en el mercado cambiario.

Hay un reconocimiento tácito de que la sensibilidad inflacionaria de la demanda está asociada al déficit de oferta de bienes y servicios. Si no se puede aumentar la producción, hay que restringir la demanda. Pero se trata de un equilibrio precario, que no funciona como freno de la inflación, sino como un retardador desfasado.

Todos los días los precios suben, y si no fuera por las medidas mencionadas, pues subirían mucho más; estamos todos los días en el límite del disparo de la inflación… de que el resorte que mantienen presionado, se les suelte y llegue a lugares en los que ya hemos estado, y de los cuales, ya sabemos, resulta muy difícil y doloroso regresar.

El otro tema es que la inflación, indicador crítico de un sistema económico con problemas estructurales, está altamente influida por las expectativas, las cuales a su vez están afectadas por el entorno político, social, económico e internacional. En nuestro caso lo social está “debajo de la alfombra”, lo económico se puede explicar como una “recesión crónica creciente”, lo internacional se caracteriza por una dependencia real y efectiva muy grande de EE UU, mientras el gobierno insiste en resistirla (en 25 años no lo ha logrado, sino todo lo contrario), mientras insiste en asociaciones tóxicas con Cuba, Rusia y China, y saco a Irán del paquete, porque son los que realmente aportan valor en la relación… porque los otros tres, son solo fuente de problemas.

Y finalmente, el tema político que es el de mayor influencia en las expectativas, porque tenemos una democracia seriamente comprometida y cuestionada por los países democráticos. Porque habíamos emprendido un camino de liberalidad, explicitado políticamente como necesario, y que de repente comenzó a ser auto cuestionado, no solo en lo comunicacional, sino con medidas prácticas, como la desdolarización y el IGTF, respectivamente; hasta llegar, a inundar de bolívares el mercado, con incidencia en el aumento de los precios y la dramática caída del consumo.

Lo anterior coronado por la “purga” política al interior del chavismo con epicentro en Pdvsa y el negocio petrolero, que le terminó de dar el golpe final a las expectativas y a las posibilidades de recuperación económica.

Pero no todo está perdido… aún están a tiempo de rectificar, de permitir que el dólar sea una moneda de curso legal y pueda ser operada por los sistemas de compensación bancaria y de operación bursátil, y que el sistema de precios de referencia sea determinado por el mercado, incluyendo al precio del dólar.

Internacional

La noticia del encuentro (ahora no tan) secreto entre Venezuela y EE UU, representado por Jorge Rodríguez y Juan Gonzales, respectivamente, en Qatar, incorpora al reino como un nuevo actor, sumándose a los casos de República Dominicana, Noruega, Barbados, México, Colombia y, últimamente, Brasil… que finalmente chocaron contra la pared de la necesidad del chavismo de mantenerse en el poder; porque en eso, a los jefes, les va la libertad, el patrimonio y hasta la vida.

Hay demasiadas demandas multidimensionales que pesan sobre ellos, desde los pedidos de captura con recompensa, hasta la Corte Penal Internacional… más todo lo nuevo que pueda surgir cuando se investigue el pasado, porque en la mayoría de los casos se tratará de temas que no prescriben.

Porque si bien cualquier alternativa colocaría en el futuro a la oposición en el gobierno, el poder opositor real, en este momento, lo tiene EE UU. Hoy, dependemos de ellos en casi todo. Nos tienen rodeados, sancionados, nos administran con cuentagotas los ingresos, y en general continuando con la estrategia de máxima presión, que ellos llamaron de “la fruta madura”, esperan a que, en algún momento, caiga suavemente en sus manos.

Pero para que eso les funciones, lo más probable es que aumenten la presión, y no que la debiliten. Claro que es posible que a veces aflojen algo aquí y allá, pero siempre con la premisa de que el chavismo debe abandonar el poder; y con alguna concesión, que el chavismo gane unas elecciones en fair play, pero sin Maduro como candidato.

Todas las iniciativas están detenidas, desde la flexibilización económica, hasta las mesas de negociación política. Uno podría pensar que están desconcertados… eso es posible… pero también es posible que consideren que ninguna decisión, en sí mismo, ya es una decisión, y la consideren una buena decisión. Esperar y ver qué pasa.

El problema es que el país va deteriorándose, y que las bases chavistas están reemplazando ideología por pragmatismo, generando con eso una brecha entre la dirigencia y las bases que será difícil de cerrar, si no hay acciones concretas; que hoy pasan por lo político internacional, para que haya algún efecto sobre lo económico; lo cual, como les decía más arriba, es el problema principal de nuestra sociedad.

El chavismo está consciente de que seguir así, en forma reactiva y defensiva, puede durar mucho tiempo más en el poder, pero que no habrá posibilidades reales de frenar la caída económica, que, a veces es más lenta como en el 2021 y 2022, y a veces más acelerada, como la estamos viviendo en este 2023. Por lo que es de imaginarse que las reuniones secretas bilaterales, deben incluir el tema del cambio en el poder, y las consecuencias concretas y tangibles que sobre ellos podrían tener.

El representante del lado venezolano tiene capacidad para tomar decisiones y comprometer, mientras que Juan Gonzales, no solo no tiene poder ejecutivo, sino que hay instancias institucionales que finalmente tendrán que proponer algo al Congreso, porque no hay que olvidar que el tema Venezuela surge de una decisión bipartidista, que permanece sólida y sin fisuras. Y las decisiones ejecutivas deben ser consensuadas con ellos.

Y electoralmente hablando, a ninguno de los dos partidos que están en campaña, le interesa ser el que flexibilizó, porque su oponente, en este caso los republicanos (y el grueso de los demócratas) les caerán encima incrementado los costos electorales que están enfrentado los dos bandos.

Recomendación

  • Al gobierno: que habilite el traspaso al sector privado de toda actividad empresarial en manos del Estado, y que lo haga a través del Mercado de Valores. La estrategia del emprendimiento (bottom up) tiene sentido económico solo cuando hay un mercado para adquirir sus productos y servicios; porque de otra manera se queda solo en un proyecto social. La clientela natural del emprendedor está en el sistema empresarial, y gran parte de ese sistema está cerrado o subutilizado por estar en manos del Estado. Ah… y no olvidemos comenzar por el sector eléctrico, porque sin electricidad no hay actividad económica y el PIB no puede crecer.
  • A la dirigencia opositora: que no se preocupen tanto por las inhabilitaciones actuales y venideras, porque en realidad, con o sin ellas, no iban llegar a la presidencia. Lo importante es que reconozcan al resultado de las primarias como la construcción de un liderazgo suprapartidario que esté apoyado en las gigantescas bases populares que quieren un cambio. Y que, desde ese liderazgo, genuino y legalmente construido, recién entonces emprender el camino hacia el cambio. Al final del cual estarán las elecciones presidenciales, y no al revés.
  • A la dirigencia empresarial: que hay que tomar conciencia del cambio de perfil de nuestra sociedad, y del nuevo rol del Estado; ninguno de los dos es como era antes… ambos son nuevos y no los conocemos muy bien. Hay que planificar en forma privada, sin financiamiento del Estado, con la mínima intervención posible, rebaja en las exacciones de todos los niveles del Estado. Financiamiento por accionistas al principio, hasta que alcancemos las posibilidades de financiarnos por los ingresos, y recién cuando las cosas cambien, buscar la inversión extranjera, y cuando paguemos lo que debemos, buscar el financiamiento internacional.

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