Grupo Lima en
Foto La Nación

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, decidió no llamar a Nicolás Maduro en medio de la presión del kirchnerismo radical, molesto por la condena de su gobierno en la ONU a las violaciones de derechos humanos cometidas por el chavismo.

Funcionarios de la Cancillería de Argentina habían pedido a Fernández la noche del martes que llamara a Maduro para que explicara su posición, una posibilidad que el mandatario analizó, pero la mañana de este miércoles desistió, de acuerdo con una publicación en el diario argentino Clarín.

El rotativo, citando fuentes del gobierno argentino, indicó que la comunicación con el líder chavista la estaba organizando el equipo del canciller Felipe Solá.

El primero en anticipar la llamada fue el político de tendencia socialcristiana Luis D’Elía, quien expresó en un tuit: “Probablemente mañana tengamos comunicación telefónica (entre Maduro y Fernández)”.

“Si hoy hay llamado telefónico de Maduro y Alberto, detrás van a estar la mano de CFK y de Cuba”, agregó en una entrevista radial.

Otro de los dirigentes del kirchnerismo que criticó la posición de Argentina fue Alicia Castro, exembajadora de ese país en Venezuela en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner: “Argentina votó la Resolución del Grupo de Lima condenando a Venezuela, con (Jair) Bolsonaro, (Iván) Duque, (Sebastián) Piñera, (Martín) Vizcarra, en cuyos países se violan flagrantemente los derechos humanos. México votó con Venezuela. Un lamentable giro en nuestra política exterior”.

En el debate del martes en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, se renovó, con 22 votos a favor, por dos años más la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos, que investigó y documentó graves violaciones cometidas por el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

Argentina, Australia, Austria, Bahamas, Brasil, Bulgaria, Chile, República Checa, Dinamarca, Fiyi, Alemania, Italia, Japón, Islas Marshall, Países Bajos, Perú, Polonia, Corea del Sur, Eslovaquia, España, Ucrania y Uruguay respaldaron la continuidad de las investigaciones.

La posición de Argentina ha sido muy comentada porque previamente se generó una polémica luego de que su representante en la OEA, Carlos Raimundi, aseguró que Venezuela sufrió un fuerte asedio de intervencionismo y que la apreciación sobre las violaciones a los derechos humanos era sesgada.

Pero el canciller Selá dijo después que Raimundi expresó lo que él pensaba: “Y un embajador tiene que decir primero lo que le instruyen”, subrayó.


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