Cuando asisto a eventos de economía, energía o tecnología, siempre escucho la acertada frase: los mejores países para invertir para el futuro son Panamá, Paraguay, Costa Rica y Uruguay. Sencillamente porque sus democracias, sus grados de compromiso con la libertad y su apertura a ideas de innovación y disrupción son ciertas y se están empezando a plasmar desde hoy.

Hablemos en concreto de Uruguay: están en el camino correcto para constituirse, en próximas décadas, en un país no sólo receptor de inversión extranjera sino de desarrollo y ejecución de proyectos en energía renovable, concretamente el hidrógeno.

Para entrar en materia es preciso establecer que Uruguay informó, a través de su Administración del Mercado Eléctrico (ADME), que 100% de su generación eléctrica es de fuente renovable (eólica, hidráulica, solar y biomasa), de manera que de forma obvia les queda dar el paso de estructurar un negocio industrial que permita la construcción de una planta de generación de hidrógeno verde.

Podrían ser el primer país de América Latina. Y la cercanía de Uruguay mercados gigantescos como Brasil y Argentina, y su peso específico en Mercosur junto a Paraguay podría ser un detonante de nuevas inversiones, en la región Mercosur para modernizar e innovar el sistema eléctrico y apostar a mayor interconexión comercial entre Uruguay, Argentina y Paraguay.

Volvamos a “repasar” qué es el hidrógeno “verde”:  es el que se produce sin dejar profundas “huellas de carbono”; normalmente su fuente principal es desde los recursos naturales renovables, con uso de electricidad producida desde solar y eólica.

Este hidrógeno “verde” se produce mediante electrólisis del agua (que puede ser marina), lo que implica la separación de la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno mediante la aplicación de electricidad (que por lógica deberían venir de fuente eólica o solar). También se produce hidrógeno verde desde biomasa. Ambos procedimientos son libres de emisiones.

Segundo concepto a subrayar: será, ciertamente, un “método” de “almacenamiento” de energía (el hidrógeno verde líquido será transportable y almacenable; contrariamente a la electricidad que de momento no se la puede almacenar en grandes volúmenes solo en “pilas” de litio recargables que no son tan eficientes).

Bueno, volvamos a lo que está haciendo el gobierno de Uruguay en materia de impulsar y estimular el hidrógeno verde: firmó un memorando de entendimiento con la firma internacional energética HIF Global para la construcción de una planta de hidrógeno verde en Paysandú (noroeste).

La inversión calculada es de 6.000 millones de dólares estadounidenses; aunque creo yo que esa cifra va a llegar fácilmente a 10.000 porque la industria del hidrógeno va a “jalar” consigo industrias adicionales relacionadas a desarrollo de transporte y logística, renovación de redes, almacenamiento y además moverá la economía con desarrollo inmobiliario.

Sobre el consorcio, el secretario de la Presidencia, Rodrigo Ferrés, declaró que HIF Global es «un consorcio serio, una empresa con muchísima trayectoria y una inversión que sería la más importante de la historia».

Naturalmente se debe estructurar una normativa que permita a Uruguay no sólo ser receptos de inversiones para hidrógeno, sino la generación de excedentes para exportación, de manera que la legislación y tributación debe ser muy amable para continuar atrayendo inversión y tecnología externa al país con la correspondiente seguridad jurídica que implica aquello.

De momento, los costos de producción y la tecnología para el hidrógeno verde están en su etapas primigenias, pero el avance y el tiempo y el suficiente dinero serán factor determinante en lograr el equilibrio de lo que denomino la ecuación perfecta: construcción de plantas, generación de hidrógeno a costo razonable y a alta tecnología.

La industria del hidrógeno verde moverá todo un ciclo productivo virtuoso: no sólo hidrógeno verde (líquido), sino producción de e-gasolina.

Un detalle de la e-gasolina: es un combustible sintético, y “limpio” que se produce a partir de dióxido de carbono, agua y energía renovable; será ampliamente utilizado en el mercado europeo a partir de 2035 en vehículos cuyos motores sean de combustión de fósiles.

El hidrógeno va a revolucionar el sistema de transporte, ayudará a la drástica reducción de fósiles en transporte marítimo, trenes, vehículos y será una gran ayuda para la economía de países que lo produzcan, no sólo por la generación de empleos primarios, sino dinámicas económicas totalmente positivas y favorables, como la construcción, banca, comercio y desarrollo de negocios en tecnología.

Parabienes a Uruguay país que como digo siempre es un pequeño gigante que siempre da buenas noticias a América Latina por su fama de país estable, democrático, amante de la libertad y ahora a paso firme para ser un país verde de la mano del hidrógeno.

@BorisSGomezU


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