homosexualidad

El Parlamento de Singapur revocó este martes una ley contra la homosexualidad masculina, que databa de la época colonial británica y era criticada como discriminatoria para la comunidad LGBTIQ+.

La ley en cuestión castigaba el sexo entre hombres hasta con dos años de prisión, aunque en la práctica ya no se aplicaba. El Parlamento revocó la ley con 93 votos a favor, tres en contra y ninguna abstención.

«Me siento agradecido y afortunado de haber vivido la culminación de nuestra lucha de 12 años por tumbar esa ley contra la homosexualidad», dijo Roy Tan, un médico que había impugnado el texto sin éxito ante los tribunales. Según él, este cambio alumbra un nuevo capítulo en la historia de la comunidad LGBTIQ+ en Singapur.

«Estoy feliz de que finalmente haya sucedido», dijo a AFP Justin, un miembro de la comunidad LGBTIQ+ que solo quiso dar su nombre.

«Una razón menos para mí de ocultar mi verdadero yo, a raíz de una ley arcaica. Pero es solo el primer paso para terminar con el estigma social y religioso que ha tenido esta comunidad por unas creencias anticuadas y la censura en los medios», agregó.

Se reafirma el matrimonio tradicional

Al mismo tiempo, el Parlamento singapurense enmendó la Constitución para fortalecer la definición tradicional de matrimonio entre un hombre y una mujer, lo que cierra la puerta a futuras acciones legales en favor del matrimonio para la comunidad LGBTIQ+.

El ministro de Interior y Justicia, K. Shanmugam, dijo al final de los debates el martes que la derogación de la ley fue lo correcto, pues no hay «consideraciones públicas que justifiquen que el sexo privado y consentido entre hombres sea un delito».

El ministro defendió igualmente la enmienda constitucional, pues de lo contrario el concepto de matrimonio tradicional, dijo, podría verse amenazado en los tribunales y con él todas las políticas públicas basadas en dicha definición.

«No hay planes de cambiar esa definición para incluir los matrimonios entre personas del mismo sexo», enfatizó el ministro de Promoción Familiar y Social, Masagos Zulkifli, cuya oficina promovió la enmienda constitucional.

«Los líderes religiosos o cualquier otra persona autorizada a esos fines no puede oficializar una pareja entre parejas del mismo sexo. Eso va contra la ley», añadió.

Los defensores de la comunidad LGBTIQ+ denunciaron que este tipo de enmiendas promueven una diferencia de trato.

En 2020 la homosexualidad era ilegal en 69 países del mundo, entre ellos 11 donde se contempla incluso la pena de muerte, según un informe de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA).


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