El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló este martes su plan de paz para Medio Oriente.

El mismo se basa en una solución de «dos Estados», en la que se otorga a Israel una serie de concesiones que provocaron un rotundo rechazo del lado palestino.

«Mi visión presenta… una solución realista de dos Estados«, dijo Trump, dando garantías sin precedentes a su «amigo», el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Este lo acompañó en la ceremonia en Washington y celebró el plan como un día histórico.

Optimista, Trump estimó que su iniciativa podría permitir dar un gran paso hacia la paz.

Pero el movimiento Hamas, el primero en reaccionar en el campo palestino, lo rechazó de inmediato.

«No pasará», dijo luego el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, tras un encuentro en Ramala entre las facciones palestinas. Entre ellas, los islamitas del Hamas.

Al menos 13 palestinos resultaron heridos en choques con fuerzas israelíes durante las protestas en Cisjordania contra el plan de paz de Trump.

Tanto en el centro de Ramala como en la Franja de Gaza, centenares de palestinos abuchearon la propuesta.

Trump enfatizó su convicción de que los palestinos se merecen una vida mejor. Agregó que envió una carta a Abas, instándole a aprovechar una oportunidad, quizás «la última», para obtener un Estado independiente.

«Le expliqué que el territorio asignado para su nuevo Estado permanecerá abierto y sin desarrollar con colonias israelíes por un período de cuatro años», dijo.

Fronteras

El futuro Estado palestino solo vería la luz bajo varias condiciones, incluido «un claro rechazo al terrorismo», subrayó Trump al explicar su plan de 80 páginas.

La Casa Blanca detalló que el documento propone un Estado palestino desmilitarizado.

Asimismo, publicó un mapa con las futuras fronteras que contiene unos 15 asentamientos israelíes, conectados al área de la Franja de Gaza solo por un túnel.

Esto técnicamente cumpliría con la promesa de Trump de un Estado palestino contiguo.

Jerusalén, en tanto, seguirá siendo la capital indivisible de Israel, aseguró Trump. Aunque también propuso crear una capital del Estado palestino en Jerusalén Este, sin explicar cómo se conciliarán ambas cosas.

Los palestinos quieren hacer de Jerusalén Este, parte de la ciudad ocupada desde 1967 por Israel y luego anexada, la capital del futuro Estado al que aspiran.

Tras el plan, la ONU anunció su apego a las resoluciones que ya ha tomado y a los acuerdos bilaterales sobre la creación de dos Estados, Israel y Palestina: «Que convivan en paz y seguridad dentro de las fronteras reconocidas, en base a las líneas definidas en 1967».

El primer ministro israelí, por su parte, enfatizó que el plan de la Casa Blanca le daría a Israel soberanía sobre el Valle del Jordán; una gran área estratégica de la Cisjordania ocupada donde el Ejército israelí acaba de fortalecer su presencia.

De hecho, pedirá el domingo a sus ministros que aprueben la anexión de partes de Cisjordania ocupada, indicaron responsables israelíes a la AFP.

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, dijo que la iniciativa estadounidense brinda la ocasión de relanzar los esfuerzos que se necesitan para lograr una solución negociada y viable al conflicto israelo-palestino.

Por su lado, Rusia instó a israelíes y palestinos a iniciar negociaciones directas.

Emiratos Árabes Unidos, en tanto, calificó al plan de importante punto de partida mientras que Irán lo consideró la traición del siglo.

Arabia Saudita dijo que «aprecia» los esfuerzos de Trump e instó a negociaciones directas entre israelíes y palestinos.

Boicot palestino

Trump le confió hace tres años a su yerno y asesor, Jared Kushner, elaborar la propuesta con la que pretende un acuerdo final entre israelíes y palestinos.

Pero el plan nació «muerto» para los palestinos y Abas se negó en los últimos meses a aceptar las ofertas de diálogo de Trump.

Mohamed Shtayyeh, primer ministro de Palestina, instó este lunes a las potencias internacionales a boicotear el plan. A su juicio, este fue diseñado para proteger a Trump de la destitución y a proteger a Netanyahu de la prisión.

Trump enfrenta un juicio político en el Senado y Netanyahu lucha contra un creciente escándalo de corrupción.

«Acuerdo del siglo»

«Señor presidente, su acuerdo del siglo es la oportunidad del siglo», dijo Netanyahu a Trump frente a cámaras.

Saeb Erekat, secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina, dijo este domingo que se reservaba el derecho de retirarse de los acuerdos de Oslo, que enmarcan sus relaciones con Israel.

En el acuerdo provisional de Oslo II de septiembre de 1995 entre la OLP e Israel, Cisjordania establece la división en tres zonas: a) bajo control civil y de seguridad palestino; b) bajo control de seguridad civil palestino e israelí, y c) bajo control civil y de seguridad israelí.

Sin embargo, el plan de Trump transformará la ocupación temporal en ocupación permanente, denunció Saëb Erekat.

El proyecto estadounidense también fue rechazado por Hamás, el movimiento islamista que controla la Franja de Gaza.

Este es un enclave palestino de 2 millones de habitantes separados geográficamente de Cisjordania, donde la autoridad de Abas es limitada.

El plan estadounidense no se aprobará e incluso podría llevar a los palestinos a una nueva etapa de su lucha, advirtió Ismail Haniyeh, líder de Hamás.

«No hay un solo palestino o un árabe que vaya a aceptar que Jerusalén sea de Israel», dijo a la AFP el joven palestino Firas Ladadwa.


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