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Foto Alex Wong/Getty Images/AFP

La solución de dos Estados con uno palestino hiperfragmentado, Jerusalén como capital de Israel, y un nuevo trazado de las fronteras que concede a Israel el oeste del Valle del río Jordán, con lo que se anexionaría parte de Cisjordania, integra el plan de paz propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Como indicativo de por dónde soplaba el viento, el mandatario de Estados Unidos presentó esta nueva iniciativa de paz para Medio Oriente, acompañado por el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y sin la presencia de ningún representante palestino.

Aun así, Estados Unidos expresa en el plan su esperanza de que todas las partes aprovechen esta oportunidad, acepten esta visión de la situación y comiencen las negociaciones.

1. Un Estado palestino como piezas de lego separadas

El plan de Donald Trump (consta de 181 páginas) señala que esta visión quiere lograr un reconocimiento mutuo del Estado de Israel como una nación-Estado para el pueblo judío y el futuro Estado de Palestina como el Estado-nación del pueblo palestino, con los mismos derechos civiles para todos los ciudadanos.

Sin embargo, el mapa que marca el plan muestra un Estado palestino fragmentado con asentamientos israelíes en su interior y conectados con el Estado israelí a través de corredores que parten el territorio.

Asimismo, concede a Israel zonas al oeste del Valle del río Jordán, situadas en Cisjordania, con lo que esta área ocupada quedaría sin salida directa a Jordania, a la que estaría vinculada por dos carreteras que cruzarían territorio israelí hasta alcanzar la frontera con el reino hachemí.

«El Valle del Jordán, que es fundamental para la seguridad nacional de Israel, estará bajo la soberanía de Israel», establece el texto. Por su parte, Gaza y Cisjordania estarían unidas a través de un túnel que las conectaría y que atravesaría Israel.

El plan señala que la idea abarca un Estado palestino que maximiza la facilidad para viajar dentro del Estado de Palestina a través de trabajos de infraestructura de vanguardia que comprenden puentes, carreteras y túneles, los cuales proporcionan beneficios notorios más allá de las fronteras del Estado de Palestina.

2. El «problema» de Gaza

La iniciativa recuerda que Gaza ha estado gobernada por el grupo islámico Hamás al que describe como una organización terrorista, responsable del asesinato y ataques a miles de israelíes, y concede la soberanía de sus aguas territoriales a Israel, que considera que son esenciales para la seguridad del Estado israelí.

También advierte de que no habrá mejoras notorias en Gaza hasta que haya un alto el fuego con Israel, una desmilitarización completa de la Franja y una estructura de gobierno que permita a la comunidad internacional invertir de forma segura y cómoda para mejorar su economía.

Propone, a su vez, que Israel ceda territorio a los palestinos cerca de Gaza, que pueden ser áreas pobladas y no pobladas.

En el mapa que traza el plan, esas zonas aparecen descritas como zonas de manufactura industrial de alta tecnología y área residencial y agrícola. Pese a que están cerca de la frontera con Egipto, estas están separadas del país vecino por una estrecha franja fronteriza controlada por Israel.

3. Jerusalén, capital de Israel; Al Quds, capital de Palestina

En el plan de Trump está reconocer a Jerusalén como capital de Israel y reitera que debería permanecer como una ciudad íntegra.

Además, afirma que Israel debe ser guardián de los lugares religiosos en Jerusalén tanto judíos como cristianos y musulmanes, y aboga por mantener el statu quo actual.

En cuanto a la capital del hipotético Estado palestino, el plan recoge que debería ubicarse en Jerusalén Este en todas las zonas al este y el norte de las barrera de seguridad existente, incluyendo Kafr Aqab, la parte este de Shuafat y Abu Dis.

Esta podría ser renombrada Al Quds, como la denominan los árabes, o con otra denominación que decidan los palestinos. Ello significa que la posible capital palestina se encontraría en barrios en las afueras de la Jerusalén actual.

El plan va aún más lejos al establecer que Jerusalén debería ser conocida mundialmente como capital del Estado de Israel, y Al Quds, o el nombre que los palestinos elijan como capital del Estado de Palestina.

4. El no retorno de los refugiados palestinos

La iniciativa aborda, además, uno de los temas más espinosos en unas hipotéticas negociaciones entre israelíes y palestinos: el derecho de retorno de los refugiados.

Al respecto, determina que no habrá derecho de retorno o absorción de ningún refugiado palestino en Israel.

Y establece tres opciones para los refugiados palestinos que busquen un sitio permanente de residencia: absorción para aquellos registrados en la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos en el futuro Estado palestino; integración en sus países actuales de acogida o su reasentamiento en los países miembros de la Organización de Cooperación Islámica que los acepten.

En ese sentido, el plan establece que los hermanos árabes tienen la responsabilidad moral de integrar a los refugiados en sus territorios del mismo modo que los judíos fueron integrados en el Estado de Israel.

5. Potenciar el desarrollo económico de los palestinos

Otra de las propuestas de Estados Unidos es alentar la economía de los palestinos fomentando el desarrollo de los derechos de propiedad y contratos, medidas anticorrupción, el imperio de la ley y creando una estructura tributaria, entre otros.

Asimismo, estipula la creación de una zona de libre comercio entre Palestina y Jordania para acelerar la cooperación económica en una zona todavía por determinar.


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