Brasil Sao Paulo
Fotografía de personas con mascarillas caminando por una calle en Vila Isabel, en Rio de Janeiro (Brasil). Foto: EFE/Fabio Motta

Después de luchar durante año y medio contra la pandemia, los habitantes del estado de Sao Paulo, el más poblado y el más castigado de Brasil, pueden respirar con alivio porque, por primera vez, nadie murió por el virus en las últimas 24 horas.

Desde marzo de 2020, Sao Paulo había registrado todos los días al menos un fallecido asociado al covid-19.

Este lunes, el casillero ha marcado cero después de más de 4,4 millones de casos y 152.527 muertes en esta región con una población similar a la de países como Argentina y España (46 millones).

Los contagios también están a la baja, y en el último día se notificaron apenas 359 nuevos.

La situación de Sao Paulo se repitió en otros 9 de los 27 estados de Brasil, que tampoco registraron muertes por covid en las últimas 24 horas. Tales entidades fueron Minas Gerais (la segunda más poblada del país), Brasilia, Goiás, Sergipe, Piauí, Rondonia, Amapá, Roraima y Acre, según los datos del Ministerio de Salud.

Las autoridades paulistas señalaron en una nota que los lunes las cifras divulgadas suelen estar por debajo de la media semanal, pero esta es la primera vez que no fue reportado ningún fallecido más desde que se notificó el primero.

«Estamos muy felices de que finalmente no haya habido óbitos (fallecimientos) durante 24 horas, pero la transmisión del virus todavía está sucediendo», dijo a Efe Alexandre Naime, jefe del departamento de Infectología de la Universidad Estatal Paulista (Unesp).

Veinte meses sin tregua

El primer fallecido en Sao Paulo fue también el primero de Brasil. Ocurrió el 12 de marzo de 2020 en el Hospital Municipal Dr. Carmino Caricchio, en la capital paulista. La víctima, una mujer de 57 años de edad.

Desde entonces ha sido un goteo de víctimas que ha terminado por situar a Sao Paulo como el estado del país con peores números y a Brasil como el segundo país del mundo con más decesos por coronavirus (610.000), detrás apenas de Estados Unidos, entre sus casi 22 millones de positivos notificados.

Un cuarto del total de los fallecimientos han ocurrido en el considerado motor económico brasileño.

A pesar de tener la mejor infraestructura hospitalaria, Sao Paulo vivió momentos dramáticos entre marzo y abril de este año, cuando estuvo muy cerca del colapso sanitario con más del 90% de las camas de terapia intensiva ocupadas, en medio de la segunda ola pandémica.

Solo el 6 de abril sumó 1.389 muertes, récord absoluto para la región.

Hubo riesgo incluso de desabastecimiento de oxígeno medicinal en la capital regional, lo que obligó a la administración local a montar aprisa plantas de oxígeno para garantizar el suministro.

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Por esas fechas había más de 30.000 personas ingresadas con covid en los hospitales de todo el estado de Sao Paulo. La situación es radicalmente diferente en este último trimestre del año.

Este lunes hay 3.011 pacientes ingresados con el SARS-CoV-2 en la región, de los que 1.375 se encuentran en unidades de terapia intensiva, que tienen una tasa de ocupación del 24,5%.

Sin rastro de las restricciones a la movilidad, en la ciudad de Sao Paulo, que tiene 12 millones de habitantes, ya van miles de aficionados a los partidos de fútbol, no hay límite de aforo y horarios en los establecimientos comerciales y los estudiantes han recuperado las clases presenciales.

El efecto de la vacunación

Detrás de ese descenso sostenido en el ritmo de contagios y muertes en Sao Paulo, y también en todo Brasil, sobresale una razón: la buena acogida de la campaña de vacunación.

La primera vacuna que se pinchó en Brasil fue en Sao Paulo el 17 de enero y, pese a unos primeros meses de muchas dudas por la falta de dosis y al negacionismo que predica el gobierno de Jair Bolsonaro, el país ha acudido en masa a inmunizarse.

«Las vacunas hicieron que la enfermedad perdiera su potencial mayor de impacto», afirmó Naime.

73% de los 213 millones de brasileños ha recibido la primera dosis y un 56% tiene el ciclo completo.

Según Naime, si la tendencia a la baja de contagios «se mantiene en el primer semestre de 2022», Brasil estará más cerca del final de la pandemia. Los datos de este lunes van en esa dirección, tras reportar 126 fallecidos y 5.638 positivos en las últimas 24 horas.

Si bien alertó de que la situación puede cambiar en cuestión de semanas al recordar los repuntes que están ocurriendo en algunos países de Europa.


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