Patrick Swayze
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Fue todo un mito sexual en los años 80 y 90, pero la vida de Patrick Swayze no fue la típica de una estrella de Hollywood. Así lo recuerda un documental que, cuando se cumple una década de su muerte a los 57 años de edad, muestra sus inicios en el ballet y su tremendo amor por la cultura cowboy.

I Am Patrick Swayze es el sencillo título del documental dirigido y escrito por Adrian Buitenhuis. Lo estrenó Paramount Network el pasado 18 de agosto, solo unas semanas antes de que este sábado se conmemore el décimo aniversario del fallecimiento del inolvidable protagonista de Dirty Dancing (1987) y Ghost (1990) debido a un cáncer de páncreas.

El documental refleja la fama universal que logró, la locura y el deseo que sentían sus fans por él, y el gran talento que atesoraba como artista. También algunas facetas curiosas de Swayze, como su amor desde muy pequeño por el ballet. Esta afición, en el ambiente conservador de Texas, la tuvo que defender y proteger frente a las burlas de otros niños.

Vaquero y bailarín

Y si bailando se sentía como pez en el agua, Swayze también encontró otro paraíso particular en los ranchos. El actor siempre cultivó un aire de vaquero y aventurero que le hizo alejarse de Los Ángeles, Estados Unidos, para vivir en paz en el campo y rodeado de caballos.

Patrick Swayze
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Del ballet al cowboy, del chico sensible al tipo duro. La carrera de Swayze se dibujó entre contrastes que desafiaban algunos estereotipos de su época.

«Era un tipo rudo, pero realmente tenía el alma de un poeta», aseguró en el documental su mánager, Kate Edwards.

Así, I Am Patrick Swayze se esfuerza por retratar a la persona real detrás de los sensuales bailes de Dirty Dancing. Igualmente, de la tórrida escena alfarera de Ghost enfatizando que no todo era tan brillante como parecía bajo los flashes de los fotógrafos.

Problemas de alcoholismo y los abusos que sufrió a manos de su madre son solo dos ejemplos de los obstáculos con los que lidió el intérprete a lo largo de su vida.

Sólido y versátil

No obstante, el documental también recuerda a un artista ambicioso y muy versátil, lleno de energía. Era tan capaz de mostrar la acción de Road House (1989) como de apelar a la humanidad y a la compasión en City of Joy (1992).

Una cosa que parecía preocuparle y molestarle mucho era que Hollywood no le considerara un artista de verdad sino que creyeran que solo era una cara bonita para engatusar a los adolescentes.

El actor le robó el corazón a millones en todo el planeta (llegó a ser nombrado el hombre más sexy del mundo por la revista People en 1991). Pero su filmografía destaca por ser la de un actor con un amplio y sólido registro.

Patrick Swayze
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Por ejemplo, trabajó para Francis Ford Coppola en The Outsiders (1983) y brilló como drag queen en To Wong Foo Thanks for Everything, Julie Newmar (1995). También explotó su vena más comercial, la que le llevó a la cúspide, con Dirty Dancing y Ghost, y en otras películas para el gran público como Point Break (1991).

En sus últimos años, Swayze fue perdiendo posiciones en la industria, pero el letal cáncer que padeció, y que acabó con su vida en pocos meses, conmocionó a un Hollywood. Se le recuerda por su espíritu salvaje, confianza en sí mismo y por su imagen del seductor que tiene todo bajo su poder.

«Fue triste ver a alguien tan lleno de vida irse tan pronto», indicó en el documental Demi Moore, su compañera de reparto en Ghost.

«Creo que su dulzura se contagió a todos los que tuvieron la oportunidad de trabajar con él», añadió.


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