Oto el pirata
| Foto Jesús Navas @navas_jesus

Antes de convertirse en un clásico de la temporada vacacional en Venezuela, Oto, el pirata era un niño que vivía en las historias narradas por la coreógrafa y bailarina Adriana Urdaneta. Cada noche, antes de acostar a dormir a su hija Gabriela, la intérprete y una de las fundadoras del grupo DanzaHoy le contaba las aventuras de un niño llamado Oto al que, por su color de piel, le decían Caraoto. Tenía los ojos de maní y los labios de chayota. Había nacido en la selva fronteriza entre Venezuela y Brasil.

El pequeño cautivaba la atención de la pequeña Gabriela por su personalidad zalamera, soñadora y creativa. Con el pasar de las noches, Oto fue creciendo hasta convertirse en un libro para niños. Después, se convirtió en el espectáculo musical que, con el tiempo, crecería y cautivaría al público venezolano durante décadas hasta 2014. Este año, Oto llega de nuevo a la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño (TTC) tras nueve años de ausencia.

La historia de Oto comienza durante las celebraciones de carnaval, época en la que le regalan una chaqueta dorada. Desde ese momento, el pequeño decide que se convertirá en el capitán Oto Dorado Cachún Bambei (que en congonés significa aventurero), con un ejército imaginario que crea a partir de los animales de la selva. Los bachacos, las hormigas e incluso las iguanas se convierten en sus soldados mientras juega e imagina cómo sería la épica batalla que pelearía de enfrentarse a uno temibles piratas.

Liderados por el pirata Calicolás, Oto imagina y se divierte con sus amigos, entre los que destaca su amiga Fireya. La historia es profundamente venezolana. El humor, la gracia, las bromas y las expresiones hacen constantes referencias al gentilicio y la idiosincrasia del país sin perder el atractivo ni la atención del público infantil.

Con un elenco de 45 bailarines, este año Oto, el pirata está dirigido por Luz Urdaneta, hermana de Adriana Urdaneta y otra de las fundadoras del grupo DanzaHoy. El espectáculo cuenta con  las coreografías del maestro y bailarín Brixio Bell con la producción general de Carlos Scoffio. En el papel de Oto estará el barloventeño Luis Leonel Palacios, de 27 años de edad, mientras que el papel de Calicolás lo interpretarán el bailarín Bryan Barrios y Luis Cedric con Oriana Zerpa y Emiliana Fernández como Fireya.

Oto el pirata
Foto Jesús Navas @navas_jesus

Del 4 al 13 de agosto, Oto estará en el TTC con funciones a las 4:00 pm los sábados y a las 11:00 am y 4:00 pm los domingos. Con costos que van desde los 10 dólares hasta los 42 dólares en las zonas VIP, las entradas para los sábados 4 y 11 de agosto ya están agotadas. El show es narrado por Simón Díaz.

El clásico de vacaciones

La primera vez que Oto, el pirata se presentó el elenco estaba conformado por 10 bailarines vestidos con prendas prestadas y un timón pequeño como representación del barco. La idea de hacer un espectáculo musical a partir de un cuento surgió desde el equipo creativo de DanzaHoy, cuenta Luz Urdaneta, directora del montaje. «DanzaHoy siempre tuvo esa inquietud de atender el público infantil y ya habíamos tenido incursión para hacer obras para niños, así que nos lanzamos», explica. Adriana y Luz Urdaneta y Jacques Broquet decidieron entonces estudiar la historia, analizar los personajes y evaluar una posible puesta en escena. Finalmente, tuvieron una primera presentación en la sala José Félix Ribas del TTC con Brixio Bell en el rol protagónico.

Después de ese estreno, los invitaron a presentarse al año siguiente en la sala Ríos Reyna y Oto comenzó a crecer como espectáculo. «Con el pasar del tiempo, Oto fue obedeciendo a la majestuosa sala donde siguió creciendo ante las necesidades de un gran espectáculo visual», comenta Urdaneta. La historia, poco a poco, fue haciéndose su espacio entre los venezolanos y ganando reconocimiento. El libro ganó la mención publicación en el I Concurso Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil, Editorial Norma, Bogotá, Colombia, en 1998.

Foto Jesús Navas @navas_jesus

Solo llevaba dos años presentándose en Venezuela y ya prometía convertirse en un clásico de la temporada de vacaciones. Varias generaciones de niños crecieron con su historia; aquellos primeros intérpretes de la obra, este año tienen la oportunidad de llevar a sus hijos a vivir la historia. Entre ellos está el director técnico Jorge Redondo: cuando era estudiante sus amigos universitarios estaban en elenco. Este año está a cargo de toda la microfonía, luces y sonidos del espectáculo.

Otro ejemplo es el del coreógrafo y maestro Brixio Bell. En los primeros años de Oto, el pirata, fue parte del montaje como intérprete. Aunque por razones artísticas, personales y profesionales se desligó del proyecto, no dudó ni un segundo al aceptar estar al frente del montaje este año.  «Me reencontré con él al décimo aniversario representando de nuevo a Oto y esta vez me reencontré con él enfrente de la puesta en escena. No deja de ser, como en aquel entonces, una experiencia enriquecedora, llena de conocimientos, aprendizajes y mucha emoción», confiesa. Para el bailarín, ser parte del gran regreso de Oto es una alegría que no puede describir. El personaje le dio la oportunidad de desarrollarse y crecer como ser humano. «Ahora tengo la oportunidad de darle esa herramienta a un elenco joven y eso me sigue dando crecimiento y evolución como artista», señala.

En el caso de Luz Urdaneta, Oto es el responsable de gran parte de su experiencia, sapiencia y conocimiento como directora, coreógrafa e intérprete. «Uno tiene un morralito atrás de experiencias que vas cargando. Mucho de ese morral se lo debo a Oto. Ha sido una gran lección, me ha enseñado cosas de todo nivel. Aquí lo tengo, dispuesto para seguir y usar esas sapiencias en nuevas generaciones para poder dirigir con mayor claridad y foco, para llegar a ese puerto feliz», explica.

Oto el pirata
Foto Jesús Navas @navas_jesus

Un viaje de nuevo años

En 2014 Oto, el pirata zarpó y no regresó sino hasta nueve años después luego de haber estado en escena desde 1994. «Como clásico, nunca te imaginas que va a parar, siempre piensas que va a seguir y yo creo que sí, vamos a seguir», afirma Urdaneta. La ausencia del espectáculo se lo atribuye a distintos factores, tal como coinciden con ella Brixio Bell y el director de Image Producciones, Carlos Scoffio. Un cúmulo de circunstancias se juntaron e impidieron su regreso, comentan. Entre ellas destacan la situación del país, dificultades económicas, algunos motivos personales de los artistas que eran parte del show e incluso estuvo la pandemia.

«Se juntaron cosas que hicieron que Oto saliera a navegar y conocer mundo. Lo importante es que ahorita está aquí, con nosotros, y tenemos la oportunidad de poder disfrutarlo. Salió a navegar por los mares, viene con más experiencias y con el barco cargado de tesoros», comenta Urdaneta.

Luz Urdaneta, directora de Oto, el pirata | Foto Jesús Navas @navas_jesus

No hubo una razón específica para traerlo de regreso, señala Carlos Scoffio, productor. En febrero de 2023 comenzó la preproducción y producción del espectáculo, lo que requirió un esfuerzo titánico. El montaje incluirá nuevas tecnologías en cuanto a la iluminación y un complejo sistema de microfonía llamado Costellation con micrófonos ambientales en el escenario. Los vestuarios, aunque en su gran mayoría son los mismos de hace 9 años, cuando se presentó por última vez, mantienen el brillo y el colorido.

En cuanto a la escenografía todos los elementos son nuevos. Un barco de doce metros, un puente colgante que se alza a lo largo de la sala Ríos Reyna y frutas a escala gigante son algunos de los elementos que se utilizarán. «La coreografía es la misma pero son nuevos bailarines y actores. La escenografía está renovada, el vestuario tuvo su restauración», explica Scoffio. Hubo muchos retos en el camino por los elementos escenográficos de tamaños colosales o el número de artistas en el elenco. «Es todo un proceso muy importante que se ha hecho gracias al trabajo de producción como los realizadores del TTC que siempre nos han acompañado», añade.

Oto que baila joropo

Cada año, Oto cambia. Hay una estructura que se mantiene pero DanzaHoy, como agrupación, también obedece a esa filosofía de mantener las cosas vivas y no repetirse, explica Urdaneta. Los espectáculos siempre dependen del talento y los recursos que se tengan y, cada año, la agrupación busca encontrar al Oto de ese momento. En esta oportunidad, el protagonista de la historia se formó en las agrupaciones Parranderos de Mendoza, Tradiciones de Venezuela y en la Compañía Nacional de Danza en el elenco Danza Tradicional. Es un Oto que baila joropo y tuvo que aprender a actuar, proyectar la voz e incluso a caer sin lastimarse.

«Los ensayos han sido un reto muy fuerte, he hecho cosas que no había hecho nunca como teatro o proyectar la voz. Antes solo bailaba y aquí tengo que bailar, actuar y hacer cosas que como bailarín nacionalista no hacía como subir y escalar. El reto más grande han sido las alturas, nunca había hecho nada en las alturas», cuenta Luis Leonel Palacios. Con sus alpargatas negras y descoloridas por el uso, por primera vez en 30 años de historia el personaje de Oto usará zapatos sobre el escenario. «Así sonará más cuando haga el zapateo en mi solo. Quiero hacer guiños a la danza nacionalista durante mi interpretación», comenta.

Varios estilos dancísticos se presentan en la obra | Foto Jesús Navas @navas_jesus

Regresar con Oto, el pirata ha sido, para todo el equipo, una experiencia increíble. Urdaneta explica: «Como hemos tenido esa pausa tenemos, una generación no ha visto la pieza. Eso fue un gran reto. Cuando tu repites año tras año, el montaje las generaciones que vienen ya lo ven del año anterior. Pero esta vez no. Hubo que empaparlos de ese espíritu de la obra y fue un gran trabajo para que ellos entendieran de lo que se trata». La directora explica que su elenco estaba deseoso de seguir ejecutando proyectos de esta magnitud y de tener la oportunidad de jugar en serio. «Es un juego en serio, muy serio. Están gozosos de poder participar, el elenco es muy variado, una variedad que ha enriquecido el espectáculo», añade.

En el cuerpo de bailarines se unen diferentes estilos dancísticos. En palabras de Brixio Bell, pareciera que Oto tuviera una «simbiosis» en cuanto a los estilos de danza y lo es en el sentido de que el elenco está bastante completo. «Tenemos bailarines de muchas tendencias, nuestro Oto este año es un bailarín de danza tradicional, nuestro Calicolás es un bailarín profesional en ballet. Hay bailarines contemporáneos, urbanos y acróbatas; hay una fusión de estilos bastante interesantes», comenta. Insiste en que Oto como espectáculo  tiene su propio lenguaje que no está enmarcado en un estilo específico pero sí da cabida a muchas tendencias, lo que implicó un reto durante el montaje: tuvo que coordinar a tantos participantes de diferentes estilos en un solo show, algunos de ellos sin experiencia teatral. .
Bell, desde la puesta de escena, intentó recuperar ese aspecto genuino que tenía la obra y que fue evolucionando con el tiempo. «Mi misión, desde el primer día, fue rescatar esos valores genuinos que tenía la obra como esencia sin perder la evolución que ha tenido la pieza a lo largo de los años. Es decir, fusionar esa evolución con la tecnología y la esencia teatral que tenía. No perder aquella esencia teatral era para mí muy importante», insiste.

Brixio Bell fue quien interpretó a Oto en el primer montaje | Foto Jesús Navas @navas_jesus

Una pieza atemporal

La gran expectativa del equipo detrás de Oto, el pirata es que la pieza siga en escena. A parte de coincidir en el deseo de ver la sala del TTC repleta durante esta temporada, los artistas, coreógrafos y productores desean volver el año que viene. «Oto siempre va a quedar y se va a seguir haciendo por generaciones. Esa es la sensación que tengo. Oto va a seguir, entró en la casa de los que lo vivieron. Marcó fuertemente por ese sentir venezolano que tanto tiene», afirma Urdaneta.

El ensayo de la obra | Foto Jesús Navas @navas_jesus

Por ello, todo el equipo detrás de esta pieza musical confía en que las nuevas generaciones sabrán quererlo y apreciarlo como aquellos que ya lo conocieron en el pasado. Tanto Scoffio, como Urdaneta y Bell insisten en que esta es una obra atemporal que podrá conectar con el público y transmitir su mensaje. Para el coreógrafo no hay duda: las nuevas generaciones van a estar encantadas. «Oto no tiene tiempo, es eterno», asevera. Para él la pieza transmite los valores que tienen los venezolanos como seres humanos, ese sentido del humor, la idiosincrasia, la jovialidad.

«Es un mensaje bellísimo que da la obra: a veces nos enfrascamos en ciertas cosas por cualquier razón y a la larga lo que tiene valor es el unirnos, dejar de pelear, sentir que juntos podemos ganar muchísimo y que a veces por discusiones o conflictos nos perdemos las cosas bellas», reflexiona.

Carlos Scoffio, productor | Foto Jesús Navas @navas_jesus

Además del mensaje que transmite, el espectáculo rescata la importancia de invitar a los niños a salir de la virtualidad y jugar con la imaginación. «Hoy por hoy los niños juegan con una tableta o un teléfono. El niño suele aburrirse muy rápidamente. Con Oto los estamos incentivando a la creatividad. Esa parte lúdica de generar creatividad, juego, de que tú te crees lo que hace el niño en el juego es muy importante y es lo que causa Oto», explica Scoffio. El productor asegura que el espectáculo no tiene nada que envidiarle a las grandes producciones extranjeras.

Para Urdaneta, este tipo de piezas que unen y levantam el espíritu de las familias son necesarias. Sobre todo en la actualidad: «Oto te habla de ser auténtico, de tener esa libertad para ser tú mismo. Habla sobre la reconciliación, de seguir tus sueños y seguir lo que a ti te hace único. Oto es sentirte venezolano, sentirte en casa».


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