La primera vez que Alejandro Picó vio El pez que fuma (1977) quedó atónito. Tenía 15 años de edad. La trama, la crudeza de los personajes, toda la puesta en escena lo cautivó. Para él, Román Chalbaud es uno de los cineastas venezolanos más prolíficos y esa cinta un clásico digno de tener un documental sobre su proceso creativo: cómo escribió el guion con José Ignacio Cabrujas, el rodaje, la elección de las locaciones. Su obsesión fue descubrir qué hizo el equipo de producción para lograr la que fue la película más taquillera el año de su estreno y que ostenta el puesto 38 en el ranking histórico de audiencia (341.647 espectadores). Ahora exhibe el trabajo final en su ópera prima, Un país llamado el pez que fuma (2021), en la edición 17 del Festival de Cine Venezolano.

16 entrevistas —incluye reparto, vecinos de la comunidad donde se grabó y miembro del staff de producción y críticos de cine—, material de archivo (afiches, reseñas de periódicos), extractos de la película y algunas escenas dramatizadas le dan forma a un documental sobre la sexta película de Román Chalbaud.

Un país llamado el pez que fuma (2021)
Alejandro Picó
Género documental –  87 minutos

Proyección: Lunes, miércoles y viernes por 24h. Disponible en Cine Mestizo.

El pez que fuma es una adaptación de una obra de teatro del director que data de 1968. Sigue a La Garza (Hilda Vera), una mujer que regenta un burdel cuyo nombre le da el título a la película, y que le confía a su pareja Dimas (Miguel Ángel Landa) sus ganancias, que las gasta en apuestas y amantes. Jairo (Orlando Urdaneta) le solicita trabajo. En un principio no hay nada que ofrecerle, pero poco a poco obtendrá la confianza de todos en el burdel e incluso algo más de La Garza.

Analistas y críticos de cine han señalado que es una de las mejores obras de Chalbaud. La definen como una metáfora de las relaciones de poder y, a su vez, del país de entonces. Picó coincide: “Es una historia de transferencia de poder, viene el joven y destierra al viejo y se posiciona él”. Chalbaud se mantuvo activo como cineasta hasta 1997. A partir de 2005 realizará algunas películas que nada tienen que ver con lo filmado previamente. Críticos como Sergio Monsalve e Ibsen Martínez, a juzgar por las últimas cintas, lo señalan como un brazo de propaganda del régimen chavista.

Picó empezó a escudriñar en la producción de El pez que fuma en la Escuela de Cine y TV. Siempre estuvo vinculado con la producción audiovisual publicitaria, pero el interés por el cine fue creciendo. Un amigo le recomendó que hiciera su propia película y regresó a las aulas para saber más sobre el séptimo arte. Allí, en la materia de Cine Documental, comenzó a gestarse una primera parte de la cinta. Tenía que pensar un tema para realizar el trabajo final. No le costó mucho. Ya sabía que quería hacerlo sobre El pez que fuma.

Una primera reunión con Román Chalbaud y dos compañeros de clase fijó el curso de la investigación. “Esa primera entrevista fue increíble. No grabamos nada ese día. No tienes idea del arrepentimiento que tuvimos después. A partir de ese encuentro conceptualizamos la idea para desarrollar el guion”, explica el director de 44 años.

Otro elemento que complementó su impulso para llevar a cabo el proyecto es su fanatismo por las películas que tratan sobre películas. “Hay filmes como El padrino que tienen su documental, en el que hablan con los actores, los directores, el equipo y cuentan qué pensaban en ese momento. Por qué se hizo de esa manera, los recursos de ese año… a mí eso me parece interesantísimo. También escuchas recomendaciones, consejos a los actores, curiosidades y después de haber buscado, el cine venezolano no tiene una película en este formato”, agrega.

El resultado fue un cortometraje —solo tenían un semestre académico para realizarlo— con entrevistas a Chalbaud, Miguel Ángel Landa, Haydée Balza, Pilar Romero y Rodolfo Izaguirre.

Pero Picó lo percibía incompleto.

En 2015 retomó el proyecto por su cuenta, con apoyo de uno de sus compañeros, Jean Ormaño, para armar la historia detrás de la película. Faltaba explicar el contexto: el auge económico en el país debido a la explotación petrolera que benefició al sector cultural en ese entonces y apoyó a la “edad dorada” del cine venezolano. Thaelman Urgelles y Bernardo Rotundo contribuyen a explicar ese panorama. También quería ahondar en la historia del local donde Chalbaud filmó que, como en la película, era un burdel. Habló con vecinos del barrio La Pedrada, donde estaba ubicado. Desapareció con la vaguada de Vargas en 1999. También con allegados a Petra Montoya, la dueña, que hizo un cameo al final de El pez que fuma.

Entrevista a Román Chalbaud en la producción de Un país llamado El pez que fuma | Foto Alejandro Picó

Tuvo un preestreno en el Festival Birregional de Cine, que se realizó del 18 al 24 de enero en formato virtual. Fue la primera edición de ese evento que unió al Festival de Cine de Barquisimeto y el Festival de Cine de Maracaibo. El estreno fue el 28 de enero, el Día del Cine, con una proyección en la plaza Los Palos Grandes. Román Chalbaud le dio el visto bueno, afirmó Picó. “Me dijo que le gustó, que le trajo muchos recuerdos y que yo le había demostrado que sé hacer una película”.

Fue una producción en la que Picó tuvo que hacer ejecutar tareas: fue director, investigador, hizo cámara, edición, posproducción, sonido y corrección de color. Levantar presupuesto no fue sencillo. Solicitó financiamiento al Centro Nacional Autónomo de Cinematografía  para costear la música y la mezcla de sonido. Un año después recibió el dinero, que se fue diluyendo por la crisis económica. Solicitó un segundo financiamiento que nunca llegó. Hoy, dice, aún tiene compromisos por pagar. También realizó algunas cosas por intercambio, como las escenas dramatizadas, en las que tuvo apoyo de la Villa del Cine.

Rodaje escenas dramatizadas de Un país llamado El pez que fuma | Foto Alejandro Picó

Aún así, no descarta volver a realizar otro documental sobre una película venezolana. Sería sobre  Macu, la mujer del policía (1987) de Solveig Hoogesteijn, basada en la historia real del Monstruo de Mamera. En su año de estreno impuso récord en taquilla y actualmente se mantiene como la tercera en el ranking histórico: 1.180.817 espectadores. También considera Homicidio culposo de César Bolívar, la segunda más vista en el país con 1.335.362. Pero su proyecto ahora es realizar un largometraje de ficción, del que no quiso adelantar detalles.


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