El cineasta colombiano Luis Ospina, uno de los más importantes de América Latina, falleció este viernes a los 70 años de edad.
Antes de su muerte pudo terminar el ambicioso documental Todo comenzó por el fin (2015), que se convirtió en una premonición porque retrata el final de la vida de su director, quien de hecho grabó algunas partes ya gravemente enfermo.
Ospina pertenecía al Grupo de Cali, unos amigos que en las décadas de 1970 y 1980 produjo un cine desafiante y rebelde, y que hoy día es fundamental para la historia del séptimo arte colombiano.
En ese mismo grupo estuvieron Carlos Mayolo y Andrés Caicedo, fundadores de la revista Ojo al cine, que se publicó entre 1974 y 1977, así como del Cine Club de Cali.
Entre sus producciones más importantes destacan Pura sangre, Soplo de vida y Un tigre de papel.
El año pasado Ospina estuvo en Venezuela por el Festival Binacional de Cine Colombia-Venezuela, en el que se proyectó Un tigre de papel.
En entrevista para El Nacional, dijo que Todo comenzó por el fin tenía un final feliz: «Me operaban y me extirpaban el cáncer. Duré un año bien, pero he tenido una recaída hace año y medio. La enfermedad hizo metástasis en otras partes del cuerpo. Pero sigo activo. Hago una terapia que no es tan dura».
También expresó su rechazo hacia las producciones que narran el narcotráfico colombiano. “Los colombianos ya estamos un poco hartos de películas de Pablo Escobar, que se volvió como una franquicia”, dijo.
En vida Ospina recibió muchos tributos y retrospectivas en salas y museos de Nueva York, Caracas, Santiago de Chile, Buenos Aires, Madrid y Barcelona.
Además, recibió distinciones como el premio A toda una vida dedicada al cine, que otorga el Ministerio de Cultura de Colombia.