Cruz-Diez
Carlos Cruz-Diez, hijo mayor del artista, vendrá al país para los homenajes que se le preparan a su padre | FOTO © Atelier Cruz-Diez Paris

El 28 de octubre se cumplirán tres meses de la muerte de Carlos Cruz-Diez, el maestro del color, precursor del cinetismo y responsable de un legado que quedó representado, entre otros, en los talleres Articruz de Panamá y París, el Museo del Diseño y de la Estampa, en Caracas, y en cientos de obras que se encuentran en espacios urbanos del mundo.

La garantía de que el legado del maestro seguirá siendo estudiado, difundido y respetado está en manos de su familia que, con diligencia y entrega, dirige los talleres de París y Panamá; y se ocupa de liderar proyectos que permitan velar por el cuidado de las piezas tanto en Venezuela como en el mundo.

Carlos Cruz-Diez jr., hijo del maestro del color y director del taller de París, señaló que su padre pidió hace dos años a la empresa In Situ Art Projects, filial del Grupo Odalys, un levantamiento detallado de cada una de sus obras ubicadas en espacios urbanos. Él mismo está coordinando el proyecto junto con la arquitecta Karina Saravo, directora de la sucursal.

La alianza ya ha generado noticias. El jueves 10 de octubre se inauguró en la Galería Odalys de Madrid la exposición Carlos Cruz-Diez, un legado a perpetuar. Allí se pueden apreciar siete piezas del artista y se exhibe una línea de tiempo de toda su obra. Además, servirá para presentar el plan de restauración de In Situ Art Projects, titulado Gran Proyecto de Recuperación del Patrimonio Artístico Monumental.

Según el Grupo Odalys, en todo el mundo hay 223 obras del maestro situadas en espacios urbanos. 157 de ellas están en Venezuela.

La muerte de Cruz-Diez trajo tristeza. Pero también la responsabilidad de proteger su legado. «Nos toca a nosotros, como familia, continuar con los múltiples proyectos que él dejó en pleno desarrollo, así como divulgar su pensamiento y sus obras», subraya Cruz-Diez jr.

—¿Se tomaron previsiones sobre la continuidad del trabajo en los talleres del maestro Cruz-Diez?

—Desde sus comienzos como artista, mi padre dijo que el taller, el hogar y la familia eran una unidad en la que conviviríamos. Aparte de los estudios formales de cada uno de nosotros, mis hermanos y yo, hijos y nietos, nos formamos en su taller. Dedicamos tiempo a aprender de él y a ayudarlo en la elaboración de sus obras. En mi caso, trabajé con mi padre por más de 40 años, al frente del Atelier Cruz-Diez de París. Acumulé una vasta experiencia en la utilización de tecnologías aplicadas al arte para la elaboración de sus obras y en las estrategias para su colocación en el mercado del arte. Ahora me toca darle continuidad a los proyectos en curso de obras de colección y de integración a la arquitectura que él concibió en diversos países.

—A casi tres meses de la muerte del maestro Cruz-Diez, ¿cuál es la situación actual de sus talleres? ¿Cómo se trabaja en su ausencia? ¿Quién se encarga de supervisar la labor?

—Los talleres están dirigidos por la familia. Articruz Panamá lo dirige Marion Cruz, hija de mi hermano Jorge, desaparecido tempranamente. Mientras que yo dirijo el taller de París. Ambos espacios están en constante comunicación debido a los múltiples proyectos en curso. Por otra parte, estamos acompañando y asistiendo a otros artistas en sus proyectos. Estoy al día en la aplicación de diversos medios tecnológicos que siempre han estado a la disposición de mi padre y de los artistas que acuden a nosotros.

—¿Había proyectos del maestro pendientes? ¿Cuáles son?

—La lista es larga. Como un ejemplo, le comento que un proyecto en Madrid, concebido hace tres años, de convertir una edificación en una obra de arte, está en desarrollo. Este mes se inaugura la exposición Homenaje al color en la galería Denise René y el Environnement de Transchromies, una estructura circular y participativa en la plaza la Concordia en París, en el marco de la FIAC. Junto al equipo del taller nos ocupamos de coordinar las diversas exposiciones planificadas que por los próximos años tendrán lugar en diversos países. En fin, son muchos y variados los proyectos de un artista que trabajó incansablemente y con una extraordinaria lucidez hasta el último día de su vida.

—¿Qué va a pasar con sus obras situadas en zonas urbanas de Venezuela y el mundo?

—Para mi padre, las obras en los espacios públicos poseen un valor emocional y afectivo, de pertenencia y orgullo del ciudadano en relación con su comunidad, pueblo, ciudad o región donde se encuentran. En el Memorándum de Viena de la Unesco, se “insta a la ciudad a ser competente y responsable de lo que posee, de ser guardiana de su patrimonio”. Hay que insistir ante los entes públicos y privados en que el valor cultural patrimonial, su conservación y restauración es una exigencia ciudadana, ya que esas obras le pertenecen a la gente que vive en esa ciudad o que utiliza los espacios donde se encuentran.

—¿Qué tan involucrada están la familia y los talleres en el Gran Proyecto de Recuperación del Patrimonio Artístico Monumental de Carlos Cruz-Diez que lleva adelante el grupo Odalys?

—Toda la familia considera necesaria la recuperación de las obras de Cruz-Diez, no solo en Venezuela, sino en las ciudades del mundo donde se encuentren. Pensamos que es el verdadero homenaje a rendirle. Hace dos años mi padre pidió a la empresa In Situ Art Projects un levantamiento en detalle de cada una de sus obras integradas al espacio urbano. Yo estoy coordinando ese proyecto junto con la arquitecta Karina Saravo, directora de In Situ. Esta empresa es el polo consultivo o de contacto para todas las entidades que deseen rescatar las obras. Ellos están autorizados para ubicar y contratar a las personas o compañías que pueden realizar los trabajos de manera idónea. In Situ Art Projects está realizando el levantamiento y diagnóstico del estado de las obras con una gran eficiencia y profesionalismo, basándose en los planos originales de cada uno de los proyectos de mi padre, de manera de poder planificar los trabajos de restauración junto a los talleres Cruz-Diez y las entidades públicas y privadas a las que les correspondan estas iniciativas.

—¿En qué condiciones están las piezas de Cruz-Diez en Venezuela? ¿Mantienen comunicación con las autoridades del Estado para garantizar su cuidado?

—Hay obras emblemáticas que son consideradas por miles de personas como referencias de su identidad. Sin embargo, la mayoría se encuentra en un estado deplorable. Se ha invertido tiempo y dinero en hacer este trabajo, y se han superado dificultades de tipo administrativo y de permisología para realizar los levantamientos. Hemos encontrado receptividad hasta el momento y esperamos que continúe así.

—¿Cuál es el estatus actual de las obras de Cruz-Diez? ¿Se podría saber cuántas hay en Venezuela y el mundo?

—Son más de 100 obras monumentales esparcidas en la geografía nacional. Entre las de mayor resonancia figuran la Represa de Guri, el Homenaje al Sol en Barquisimeto y las que están integradas a los espacios urbanos en Valencia. La del aeropuerto Simón Bolívar es la que más resuena en la emocionalidad del venezolano. De allí que le haya propuesto a In Situ empezar a hacer el diagnóstico del estado de cada obra en el aeropuerto de Maiquetía, para seguir con las piezas que están en el puerto de La Guaira, Barquisimeto, Margarita, Universidad Simón Bolívar, aeropuerto Carnevali en Mérida, entre otras. Sabíamos que tarde o temprano había que hacer este trabajo. Estamos listos para emprender esa enorme tarea y no queda más que conseguir el financiamiento y buscar los contratistas que garanticen un trabajo bien hecho, puesto que se trata de obras de arte.

—¿Qué homenajes se realizarán pronto dedicados a Cruz-Diez? ¿Participarán en los que se celebren en Venezuela?

—En el cuadro del deceso de mi padre, varias instituciones públicas y privadas están organizando homenajes y eventos. La gente consideraba a Cruz-Diez como un representante cultural y artístico de Venezuela en el mundo. Otros lo veían como un ejemplo a seguir, en especial los jóvenes. Creo que es importante dar el mensaje de que, si bien mi padre partió, el país sigue contando espiritualmente con él a través de su legado, parte del cual son las obras que realizó en distintas ciudades del país y que es preciso restaurar porque son patrimonio de todos los venezolanos. Pienso asistir a dos de estos homenajes, el que prepara la Alcaldía de Chacao y el de la Embajada de Francia en Caracas. Espero que mi visita motive el inicio de los trabajos de restauración que las obras de Cruz-Diez merecen, ya que estas les pertenecen a los venezolanos.

@Sasamendoz


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