Tan solo han bastado 24 horas para que el Mundial de China se quede huérfano de sus dos grandes favoritos. Estados Unidos y Serbia, presentes en la mayoría de las quinielas para jugarse el título en Pekín, se tendrán que conformar ahora con luchar por los puestos que van del quinto al octavo.
Argentina dio la primera gran campanada del torneo. España les enseñó el camino el domingo y demostró que los hombres de Sasha Djordjevic son batibles y, dos días después, los suramericanos los echaron de la competencia en una exhibición de fuerza, tiro exterior y baloncesto de altura (97-87).
Y este miércoles Francia ejerció de verdugo de la vigente campeona mundial y olímpica. Estados Unidos, que cayó días antes del Mundial frente a Australia y dio muestras de fragilidad ante Turquía en un partido que salvó sobre la bocina, fue superada por Francia en un ejercicio de solidez y constancia (79-89).
Apartados de la lucha por las medallas, Serbia y Estados Unidos empezarán este jueves en Dongguan su lucha por los puestos quinto al octavo en un enfrentamiento entre ambos que muchos esperaban ver en la gran final de Pekín.
Mientras que -una vez culminadas sus hazañas y confirmada la clasificación directa para los Juegos Olímpicos de Tokio- franceses y argentinos se verán las caras en una de las semifinales del torneo, de la que saldrá el primer finalista.