Un tropiezo en la recta final y apenas centímetros impidieron que Reynaldo Yánez tuviera el colofón ideal de la temporada 2019, con un triunfo de su pupilo Gran Omero en el Clásico del Caribe celebrado en el hipódromo de Gulfstream Park en Miami.
No obstante, el meritorio placé del indiscutible Caballo del Año en La Rinconada demostró el tino y la sapiencia del joven entrenador, de 30 años de edad, para preparar y llevar a su presentado a la máxima condición en un escenario distinto y con dinámicas de entrenamiento diferentes a las que se suelen utilizar en el óvalo de Coche.
Robert Capriles tiene un sueño por cumplir en 2020
Esa caída con honores de GO no eclipsa en lo más mínimo la notable campaña del hijo del legendario fotógrafo hípico Jorge Yánez, quien ganó su primera estadística en el año recién finalizado y ahora le apunta a la consolidación en 2020.
“Para consumar una estadística se necesita una mezcla de muchos factores que deben conjugarse de una manera casi perfecta para lograr el éxito, que siempre tendrá detractores; sin embargo seguiremos trabajando incansablemente para continuar demostrando nuestras facultades como equipo en la cuadra 34”, escribió recientemente el trainer.
Para heredar el cetro que perteneció a José Francisco D’Angelo en 2018, Yanez contó con el apoyo de importantes propietarios como los representantes del Stud Los Grandes, dueños de Gran Omero y otros valiosos pisteros. Con 89 presentados menos que su escolta Nelson Castillo, el nuevo monarca ganó 83 carreras por 66 de Castillo, que incluyen 12 clásicos y el 68% de sus 254 ensillados llegó en los 3 primeros puestos de la pizarra.
Los números hablan por sí solos para un cuidador en evolución que debutó apenas en 2017 con el caballo Green Spam y que en la nueva campaña tendrá un reto mayor al perder a su máxima carta GO, que se quedó en Estados Unidos, y enfrentar cuadras rivales reforzadas por el retiro o la deserción de algunos profesionales del entrenamiento.