El falconiano Robert Capriles cumplió con un anhelo en 2019. Atendió una invitación para montar en el hipódromo de Las Américas en México y hasta tuvo la dicha de sumar cuatro triunfos. Por un asunto de documentación, el látigo que cumplirá los 22 años en abril regresó a Venezuela para concretar el bicampeonato en la estadística de jinetes de La Rinconada.
Con la pausa de poco más de un mes en el óvalo de Coche, Capriles tendrá tiempo para pensar si 2020 es el año propicio para ir por el sueño de establecerse en el hipismo internacional o si, debido a su juventud, prefiere pulirse más y buscar el tercer Casquillo de Oro seguido en el circuito caraqueño.
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«Estoy muy contento y muy feliz porque siempre había anhelado ganar una carrera internacional. Ahora me falta otro sueño por cumplir que es establecerme en los Estados Unidos, así como lo han hecho los maestros Javier Castellano, Emisael Jaramillo y Leonel Reyes Ramos. Quiero competir con ellos», aseguró el fusta al regresar al país en declaraciones para la revista Jockey Pronósticos.
El campeón de los jinetes 2019 sobresale realmente en un hipódromo donde abunda la inexperiencia sobre los puros de carreras, debido al éxodo masivo de los látigos con más jerarquía como Emisael Jaramillo, Rigo Sarmiento o Leonel Reyes Ramos, por nombrar solo tres de los profesionales que han salido más recientemente de La Rinconada.
Pese a marcharse en julio, Capriles pudo regresar en la segunda quincena de septiembre con la estadística todavía a su favor de 79-72 sobre el zuliano Jaime «Pocho» Lugo, uno de los pocos veteranos junto a Jean Carlos Rodríguez, que todavía monta en el principal hipódromo venezolano. ¿Los números finales? El oriundo de Punto Fijo ganó su segundo cetro con 98 fotos por 79 del jinete de la campeona Endrygol.
Entre los 98 lauros de 2019, el doble monarca sumó 13 clásicos y condujo a destacados corredores como Gran Omero y Tap Daddy, entre muchos otros. Su nuevo agente es el aspirante a entrenador Alí Gallardo.
Al margen de los éxitos en la temporada que terminó recientemente, Capriles tiene detalles por mejorar. Si bien el óvalo de Coche le empieza a quedar pequeño, su juventud a veces le juega malas pasadas, sobre todo cuando le da por festejar victorias parado en los estribos, un ademán peligroso, innecesario y que inclusive va en contra de los reglamentos vigentes.
Esa impulsividad es impensable en el hipismo internacional y mucho menos en el de Estados Unidos, donde una «gracia» de ese estilo supone una sanción ejemplarizante para el jockey involucrado.
Aspectos como la madurez para afrontar una nueva experiencia, más exigente y ya no como la estrella, sino como un novato más serán de los muchos que deberá evaluar Capriles con relación a 2020 si es que decide marcharse en algún punto de la nueva campaña. Ir por el sueño o postergarlo un poco más será una de sus decisiones más importantes en el nuevo año.