Peng Shuai
Montaje fotográfico en el que aparecen la tenista Peng Shuai y Zhang Gaoli, exviceprimer ministro. Foto: Paul CROCK y Alexander ZEMLIANICHENKO / AFP

Una semana después de la reaparición pública de Peng Shuai, Steve Simon, el presidente la WTA, el circuito profesional de tenis femenino, señaló este sábado que sigue «muy preocupado» por su libertad, después de que acusara a un importante dirigente del país de haberla forzado a tener relaciones sexuales.

Según dijo una portavoz de la WTA a la AFP este sábado, Simon «sigue estando muy preocupado sobre la libertad de Peng frente a cualquier censura y decidió no retomar contacto con ella vía correo electrónico mientras no esté seguro de que sus respuestas son personales y no las de sus censores».

Respuestas influenciadas de Peng Shuai

«Steve Simon tomó contacto con Peng Shuai a través de diferentes canales de comunicación. Le ha enviado dos emails, pero estaba claro que sus respuestas estaban influenciadas por otras personas» explicó la portavoz.

Esta portavoz no quiso comentar en cambio una información de la BBC, basada en declaraciones de un amigo de la jugadora, según las cual ella habría enviado un email a Steve Simon, agradeciéndole su preocupación, pero pidiéndole que no intervenga y la deje tranquila.

La deportista de 35 años de edad, campeona de dobles en Roland-Garros en 2014, publicó a principios de noviembre en la red social china Weibo un largo mensaje sobre su relación con el exviceprimer ministro Zhang Gaoli, de 75 años.

En este texto en forma de carta abierta, rápidamente censurada por el internet chino, Peng Shuai habla de sus sentimientos hacia el exdirigente, jubilado desde 2018 y le reprocha haberla forzado a una relación sexual hace tres años.

Después, desapareció totalmente de las redes sociales durante varios días. La ONU, varios países occidentales, entre ellos Estados Unidos, Francia o Reino Unido, y numerosos tenistas de renombre mundial, desde Chris Evert a Novak Djokovic, pidieron a China que diera explicaciones sobre su paradero y estado de salud.

Finalmente, la tenista reapareció el pasado fin de semana en un torneo de tenis organizado en Pekín y en un restaurante, en imágenes difundidas por los medios oficiales chinos y habló con el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) por videoconferencia.

Según el COI, Peng Shuai explicó que estaba «sana y salva en su casa de Pekín, pero que quería que su vida privada fuera respetada».

El carácter oficial y vigilado de sus declaraciones y apariciones -la china Li Lingwei, miembro del COI, estuvo presente en la videoconferencia-, no parece haber tranquilizado al movimiento de apoyo a la jugadora.

Reacción de Pekín

El martes Pekín por fin reaccionó oficialmente, algo excepcional debido a que el ministerio chino de Asuntos Exteriores había rechazado hacer comentarios sobre este caso, afirmando que no pertenecía a la esfera diplomática.

Preguntado sobre el impacto de la polémica en la imagen de China, un portavoz, Zhao Lijian, reaccionó escuetamente en un encuentro con la prensa.

«Pienso que algunos tienen que dejar de exagerar de manera deliberada y con malevolencia y dejar de politizar este asunto», declaró.

Zhao no dio detalles sobre a quién se dirigía con sus afirmaciones.

Un día después, la Unión Europea pidió «pruebas verificables» de la libertad de circulación de la tenista y una investigación transparente de sus alegaciones sobre el abuso sexual del que asegura haber sido víctima.

«Seguimos pidiendo al gobierno chino que presente pruebas independientes y verificables del bienestar y paradero de la tenista. Esperamos que pronto pueda reanudar sus actividades deportivas y no deportivas», escribió Nabila Massrali, portavoz de la diplomacia de la UE, en un mensaje a la AFP.


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