Desde 2018 se sabe, por confesiones de los propios atletas, que 40% de los jugadores de le NBA padece problemas relacionados con la ansiedad y la depresión. Y esto no es un secreto en la liga.

Este año, en una conferencia, el Comisionado Adam Silver reconoció la magnitud del problema: «Cuando me reúno con ellos lo que me sorprende es ver que son realmente infelices».

«Desde el mundo exterior la gente ve que ellos tienen fama, dinero y todos los adornos que eso conlleva, pero hay muchos jugadores jóvenes que son realmente infelices», agregó.

Hay que tomar en cuenta y tener presente que muchos de estos atletas caen en un bache mental que si no es tratado de la manera adecuada, puede llevarlos a un oscuro abismo del cual ningún jugador, por muy superestrella del tabloncillo, podrá salir.

Las grandes figuras del baloncesto están expuestas a mucha presión y no todos saben manejar esa situación.

La NBA tomó cartas en el asunto y creó un programa en conjunto con el gremio de basquetbolistas, con un plan de ayuda para tratar distintos tipos de situaciones psicológicas por las que atraviesan los jugadores de la liga. Con ello buscan evitar que la ola de críticas y la negatividad afecte el desenvolvimiento profesional.

«Es una epidemia en nuestra liga», apuntó John Lucas II, ex jugador profesional y asistente técnico en los Rockets de Houston. «Estoy hablando de todo, de trastorno de déficit de atención, bipolaridad, ansiedad, depresión».

Conozca los 5 jugadores más mediáticos con este problema

Larry Sanders

El pivot de la NBA se destacó por su capacidad defensiva. Era una máquina de propinar bloqueos y firmó un contrato multianual por 44 millones de dólares con los Bucks de Milwaukee. Su ocaso fue tal vez más rápido que los flashes que prometían una próspera carrera.

Ni siquiera llegó a cumplir aquel acuerdo: dos temporadas más tarde, la franquicia rescindió el contrato luego de múltiples incidentes. Cuatro violaciones a la política antidrogas, dos suspensiones y algunos altercados en la noche fueron demasiado.

A Sanders se le tildó de problemático y rebelde. Se le encasilló en ese grupo de jugadores a los que señalan como «esos pobres tipos que no aprovechan todo lo que tienen».

Nadie reparó en el verdadero problema del basquetbolista: era víctima de una seria depresión y ansiedad. Y sin la fuerza para hablar con alguien al respecto ni saber cómo encarar su situación, decidió consumir marihuana para intentar aliviar los síntomas.

Kevin Love

Fue uno de los primeros en hacerse cargo de su problema de depresión. Fue en la semana del Juego de las Estrellas, justo cuando se reúnen los mejores para una fiesta del espectáculo. Lo que demuestra que la víctima puede ser cualquiera, incluso los que mejor parecen llevar la vida deportiva.

El ex jugador de Cleveland llegó a abandonar al equipo en plena campaña y terminó una noche de partido tirado en el suelo del vestuario, sintiendo que se moría.

DeMar DeRozan

Fue el siguiente en abrirse. El ex jugador de Toronto, nueva figura de San Antonio, resaltó las razones por las que pocos los comprenden:

“La gente te dice: ¿Qué es lo que te deprime si puedes tener lo que quieras? Ojalá todo el mundo fuera rico para entender que el dinero no es todo lo que importa”, agregó la ex estrella de los Raptors.

Paul Pierce

Luego de ser apuñalado en un club nocturno de Boston, en septiembre de 2000, padeció graves secuelas psicológicas. Vivió con custodia en su casa las 24 horas y no toleraba estar ante una muchedumbre por temor de volver a ser atacado.

”Me estaba comiendo a mí mismo. Ahora les diría a todos que busquen la ayuda que necesitan”, reconoció.

Alex Abrines

Lo que para muchos podría ser un sueño, para Alex Abrines se convirtió en una pesadilla. Cuando llegó al baloncesto estadounidense sufrió una depresión severa que no solo terminó con su carrera en la liga sino que lo dejó fuera de las canchas por casi un año.

Ese abismo lo contempló Abrines. En julio de 2016 llegó el máximo nivel del basquetbol mundial jugando para el Thunder de Oklahoma City de la NBA; actualmente viste la camiseta del Barça.

Ya recuperado de sus problemas y listo para regresar a la competencia, es otro de los profesionales del baloncesto que subraya la importancia de atender el aspecto mental de un deportista.

“Da igual si eres Bill Gates o estás sin trabajo, estos problemas le pueden pasar a cualquiera. La gente debe saber que con la ayuda de profesionales, de amigos y de la familia se puede sale adelante”, atestiguó.

LeBron James

Ser una superestrella (actualmente con los Lakers de Los Ángeles) no lo eximió de que la depresión y otros problemas psicológicos tocaran a su puerta.

«Durante años has trabajado en tu cuerpo. ¿Pero hubo alguna vez en tu vida o en tu carrera en la que empezaste a poner más énfasis en el lado de la aptitud mental?», le preguntó en un evento Dave McMenamin, periodista de ESPN.

El cuarto histórico anotador de la liga respondió muy honestamente:

“Diría que probablemente los últimos ocho años. El único ejemplo en el que puedo pensar como inicio de esto fue después de la derrota ante Dallas en las Finales de 2011. Entonces supe que el tema físico no iba a ser suficiente. El nivel de escrutinio sobre mi persona con el que estaba lidiando y cómo salí de mi zona de confort… Perdí las ganas de jugar. Sabía que todo eso era la parte mental”, comentó James.


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