Una habitación de hotel que automáticamente se personaliza a gusto del cliente, gafas de realidad virtual como folletos… están surgiendo nuevas tecnologías en el sector turístico que espera aprovechar la mina de oro de los datos personales.

En el hotel del futuro no habrá recepcionista, sino un espejo de reconocimiento facial. Una vez identificado el cliente, la habitación se adaptará instantáneamente a todos los deseos formulados durante la reserva: temperatura, luz de ambiente, Picasso o Van Gogh en los marcos digitales colgados en las paredes, y otras opciones.

“Incluso la cerradura es inteligente: se abre y se cierra a través de la aplicación de whatsapp del teléfono del cliente”, dice Carlos Mendez, jefe de innovación de la consultora de tecnología francesa Altran, quien presentó su prototipo en la feria internacional Fitur, en Madrid.

Mientras que algunos hoteles ya ofrecen versiones más básicas, esta habitación de hotel de lujo incorpora los últimos avances en reconocimiento de voz, lo que permite a los clientes pedir pizza en 40 idiomas. El colchón está equipado con sensores que registran los más mínimos movimientos del cliente, lo que permite, eventualmente, ofrecer un café de buena mañana sino se ha dormido bien.

Detrás del aspecto del gadget, la inteligencia artificial promete a los hoteleros un conocimiento extremadamente íntimo del cliente. “La tecnología nos permitirá conocer las necesidades del cliente antes de que él mismo lo sepa”, dijo Álvaro Carrillo de Albornoz Braojos, director del Hotel Technology Institute.

Un conocimiento forjado gracias a los datos personales proporcionados durante la reserva hecha por internet, pero también una vez que el cliente esté en el hotel, gracias a la tecnología beacon – más o menos autorizada según los países-, son pequeños emisores de señales que permiten detectar la ubicación de los teléfonos inteligentes.

Alimentados por estos datos, los algoritmos de inteligencia artificial identifican los hábitos del cliente para ofrecerles una bienvenida a medida o para venderles productos adicionales.

Si el algoritmo “sabe que cuando vas con tu esposa al hotel no cenas en el restaurante, sino que pides la cena en tu habitación, él te ofrecerá un menú especial en la habitación con una botella de champán, si vienes con tu familia, él te ofrecerá un descuento en los menús infantiles “, explica el Sr. Carillo.

Además, estas herramientas tecnológicas pueden ayudar a mejorar la productividad del hotel. “Todas las compras se pueden automatizar, por ejemplo, si hay una afluencia masiva de británicos, el sistema sabe que tendrá que pedir más tocino”, dice Rodrigo Martínez, director de la firma consultora Hotel Servicers.

Realidad virtual. Los fabricantes de gafas de realidad virtual (VR) también están buscando ingresar al sector turístico. En las cabinas de exposición de Fitur, los visitantes pudieron sumergirse en las calles de Marrakech o recorrer un tramo del Camino de Santiago.

La cadena de hoteles Palladium, con sede en las Islas Baleares, se ha embarcado en la aventura de ofrecer sus establecimientos a las agencias de viaje a través de presentaciones con gafas VR. Hay videos disponibles para cada uno de los hoteles del grupo, lo que le permite visitar habitaciones, piscinas o restaurantes.

“Los agentes de viajes están mucho más familiarizados con los hoteles y nos dicen que les ayuda a vender”, dice Ivan Corzo, gerente de marketing europeo del canal, asegurando que los clientes aprecian poder ver las proporciones reales de las habitaciones. Es mucho más difícil engañar con gafas VR”, dice Cesar Urbina de la agencia de realidad virtual Iralta.

La Oficina de Turismo de Marruecos ya ha grabado varios videos en realidad virtual. “El turismo está vinculado a la experiencia, a la sensibilidad. La realidad virtual no puede reemplazar el sabor de la cocina local o el olor del océano, pero te dan ganas explorar más”, asegura Siham Fettouhi, gerente de e-marketing.


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