Antes Wonosari, una localidad al oeste de Semarang, en el centro de la isla de Java, era un pueblo más, como otros muchos del archipiélago. Lo formaban unas 200 casas apagadas y separadas por calles sucias en una colina que da a un río. Pero los habitantes tomaron cartas en el asunto con un programa de renovación para el que recaudaron fondos del gobierno local y de empresas de la zona.

En tan solo un mes dieron a las casas un baño de colores chillones y descontaminaron el río, por un costo total de 200.000 dólares.

Desde su inauguración a mediados de abril, la nueva Wonosari pasó a llamarse “aldea arco íris” y atrae a numerosas personas que inundan Facebook e Instagram con fotos de este decorado multicolor.

“Es muy peculiar, muy creativo”, afirma entusiasmada Maya Susanti, una indonesia que ha visitado el pueblo con una amiga. “Antes la aldea era muy apagada pero ahora hay muchos sitios maravillosos para fotografiarlos”.


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