CNE
Leonardo Morales Poleo, vicepresidente del Consejo Nacional Electoral | Foto Cortesía

Leonardo Morales Poleo, vicepresidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), aseguró que el Poder Electoral no está cerrado a postergar los comicios parlamentarios pautados para el 6 de diciembre, siempre y cuando se presente una solicitud adecuada. Sin embargo, cuestionó que no se ha planteado qué pasará cuando termine el periodo de la actual Asamblea Nacional.

El también consultor político-electoral y profesor de la Universidad Central de Venezuela habló con el diario El Tiempo acerca de los preparativos para el polémico proceso electoral del 6 de diciembre.

—Distintos sectores han pedido que se postergue la elección, sobre todo considerando que la Unión Europea dijo que necesita seis meses para enviar una misión de observación. ¿Qué probabilidades hay de que esto suceda?

—Nosotros estamos cumpliendo un mandato constitucional, que es convocarla. Yo lo he dicho en varias ocasiones: si aquí viene el sector del gobierno y los sectores de la oposición que están participando, y nos dicen: «Nosotros creemos que, en ocasión de tales atenuantes: pandemia, luz, gasolina, y solicitud que viene de países hermanos de Europa, creemos que podemos correr esto un mes, dos meses, no sé cuánto», bueno, está bien. Si esa solicitud llegara al cuerpo de rectores, no veo razón para negarla.

Tendría que también resolver el TSJ, o no sé quién, qué hacemos con un país que durante un tiempo deja de tener Parlamento. Uno de sus poderes fundamentales fenece el 5 de enero, y va a pasar enero, febrero, marzo, no sé cuántos meses pedirían. ¿Cuántos meses se queda un país sin uno de sus poderes? Es un problema muy serio, muy grave. Se dice: «Vamos a suspender», pero no se dice qué pasa después del 5 de enero, ¿cómo administramos el país sin la Asamblea Nacional, sin parlamentarios?.

—Hay poca información de las máquinas y del software que se empleará en esta elección.

—Es una máquina electoral diseñada para eso, no fue diseñada para otra cosa. Ya están llegando al país, ya hay unas cuantas. El primer simulacro se va a hacer con 1.000 máquinas en 500 y tantos puntos. Ya se está trabajando en esa materia para poder verificar el funcionamiento de máquina, de transmisión y de totalización, las tres fases fundamentales del simulacro y de la actividad electoral.

Todos esos procesos son auditados por los partidos políticos. En esta oportunidad, vamos a involucrar tanto a observadores nacionales como a los acompañantes internacionales que así lo deseen. El software es de ExClé.

—Teniendo en cuenta las recientes intervenciones a partidos, ¿qué tan representativa será la participación política en estos comicios?

—El CNE y el país han intentado que efectivamente se regule la vida de los partidos políticos, en el sentido de que cumplan con sus postulados, pero eso no ocurre con la frecuencia que se querría. Hay un problema serio, que han llamado especialistas el desencantamiento con los partidos políticos, en toda la región. Es precisamente por eso. Y los partidos no han logrado todavía resolver esa deuda que tienen con los ciudadanos.

Eso ha hecho que haya algunos partidos en los cuales algunos de sus militantes, dirigentes, han concurrido a los tribunales para intentar dirimir diferencias que no pueden dirimir democráticamente en sus respectivas organizaciones, porque se conculcó la democracia interna de los partidos políticos.

Frente a esa realidad, el tribunal ha resuelto algunas cosas. Eso escapa del CNE, no es una materia que nos toque a nosotros decidir. A nosotros, y a mí en particular, como presidente de la Comisión de Participación Política y Financiamiento, me toca registrarlo y decir: sí, este partido cumplió con todos los requisitos.

—Entre las denuncias que se han hecho del proceso hasta ahora destaca que el período de inscripción y actualización de datos en el registro electoral fue demasiado corto.

—El Registro Electoral nunca cierra, está abierto permanentemente, siempre hay una oficina en cada entidad federal. Ahí hay un equipo de personas que se dedica a registrar a los nuevos votantes o a los que se cambiaron de residencia. En tiempos de proceso electoral aumenta el número de puntos, se colocan en mercados, farmacias, en sitios concurridos, para que la gente tenga mayor facilidad para proceder a hacer su actualización o inscribirse, si es un nuevo elector.

Se dio un tiempo, se abrieron creo que 500 puntos en el país para que los venezolanos que no lo hicieron cuando debieron lo hicieran en esta oportunidad. Luego del cierre se abrió un proceso de impugnación del proceso electoral. Se puso la planillita en la página del CNE para que todo aquel que tuviera un reclamo lo hiciera y se pudiera corregir. Todas las garantías en esa materia se dieron.

—¿Qué tan alta esperan sea la participación del electorado?

—Esta elección tiene un ingrediente adicional que tiene que ver con la pandemia. La pandemia obliga a tener unos protocolos para evitar el contagio, que el CNE ha estado trabajando arduamente sobre el particular. Nuestra intención es que se pueda hacer una elección sin que genere aumentos significativos de contagios sino garantizando la salud y la vida de los electores.

Hay muchos venezolanos que se están cuidando y evitan salir a la calle, eso seguramente va a tener un impacto. Va a tener un impacto en la participación la campaña que obviamente hay de parte de algunos sectores del país que van a llamar a la abstención, creen que con la abstención es posible salir del gobierno. Esa es una opinión. Ya se intentó en 2005, ya sabemos los resultados, pero cada quien tiene derecho a construir su ruta política.

Las encuestas dijeron que la participación estaba por el orden de 45 a 47%, eso baja y sube. Recordemos también que la campaña no ha comenzado, estamos apenas organizando esto, vamos a ver qué impacto tiene la campaña en la sociedad civil, qué campaña hacen los partidos que también deben estar moliéndose el cerebro porque no es posible hacer campaña como en el pasado. ¿Tendrá impacto positivo?

Ya la elección pasada vimos menos afiches que en el pasado, no hubo concentraciones ni mitines, es una campaña absolutamente distinta porque la realidad nos ha ido cambiando la vida, y esta situación de pandemia la hace cambiar mucho más. Mi impresión, no como rector sino como analista, politólogo, es que, iniciada la campaña electoral, comienza a subir la intención del voto, va a aumentar, no sé cuánto, pero eso es posible.

—¿Qué tan imparcial es realmente el Consejo Nacional Electoral del que usted hace parte?

—Todos los que se comprometen con organismos de esta naturaleza tienen inclinación política. Unos las hacen más visibles que otros, pero la tienen.

El problema es que haya individuos que, independientemente de sus convicciones, inclinaciones políticas, actúen con honradez y sensatez, y en atención a los intereses generales del país. Eso es lo que para mí es más importante: que creen una red de confianza.

Este es un cuerpo rectoral nombrado por el TSJ toda vez que no hubo posibilidad de nombrarlos por la AN, a la que le correspondía. ¿Cuántos CNE han sido electos por la AN en lo que va de siglo? Uno solo, en 2006, porque esa AN fue monocolor porque la oposición se abstuvo de participar. El oficialismo tenía las 2/3 partes de los escaños.

De resto, todas las modificaciones que ha tenido este cuerpo electoral han sido decididas por el TSJ, incluida aquella de 2015 que produjo unos resultados gloriosos para la oposición, que obtuvo las dos terceras partes.


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