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Foto: @MariaGMonagas

En 28 años, Venezuela ha sufrido retrocesos en materia de derechos de la mujer, luego de los logros en la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, conocida como la Convención de Belém Do Pará, del 9 de junio de 1994. En la actualidad, 8 de cada 10 mujeres enfrentan la violencia política que puede ser física, sexual, psicológica, e inclusive digital. Y al menos 100 mujeres fueron asesinadas por feminicidas, en los dos últimos meses.

“Y  lo más alarmante es que las dos terceras partes de ellos no se consiguen, no hay ley donde conseguirlos. La justicia es selectiva”, señaló la diputada Marialbert Barrios, durante su intervención en el foro Rol de la mujer en los procesos políticos, el cual fue convocado por el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, que preside Ramón Guillermo Aveledo.

“¿Cómo podemos aspirar a vivir en democracia y en progreso cuando la mitad de la población no es considerada para ser parte de los procesos de toma de decisiones sobre el destino de nuestro país y están arrinconadas por la violencia?”, se preguntó.

El evento, realizado en los espacios del ITER en Altamira, forma parte del programa que adelanta el IEPFT, a través del Instituto de Estudios Parlamentarios para la Mujer que dirige la diputada María Gabriela Hernández, en el marco del Día Internacional de la Mujer.

Correspondió a Barrios, en su carácter de miembro de la directiva del Instituto, presentar el foro y a las panelistas Luz Beltrán, consultora de salud sexual y reproductiva para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (PNUD); y a Rosa Emilia Salamanca, directora de la Corporación de Investigación y Acción Social y Económica (Ciase). Ambas expositoras resaltaron la importancia de los derechos de la mujer y la igualdad de oportunidades en procesos de paz.

El evento contó con la participación de la abogada Virginia Rivero como moderadora.

Durante la presentación, Barrios destacó el papel del IEPFT en la defensa de la institucionalidad y en el abordaje de temas de gran interés nacional. Entre estos, los referidos a grupos vulnerables como las mujeres. Destacó la labor de Hernández como referente en las tareas por un país sostenible.

“Las luchas por la reivindicación y los reconocimientos de la mujer en la política, economía, cultura y sociedad siguen siendo una tarea pendiente. Y el gran reto de hoy es involucrar a más figuras masculinas en este camino en el que se espera la verdadera igualdad en libertad”, expresó.

Voces por la igualdad de género

Barrios, internacionalista y la más joven diputada electa en la historia  de la AN (2016-2021) centró su ponencia en la situación de la mujer venezolana, antes y después de la Convención, y en las demandas de igualdad de género.

“Mientras sigamos con estas cifras, la Convención de Belém Do Pará nos seguirá haciendo el llamamiento de que lo que está escrito en la ley se cumpla”, dijo. Lo aseguró, luego de referirse al reto que significa el ejercicio parlamentario, en medio de violaciones a la institucionalidad democrática, en el cual también “una debe convertirse en un verdadero soldado en permanente resistencia”.

Señaló que mientras durante la convención la lucha de la mujer era por el fin de la pobreza, la dignidad, o la libertad, ahora enfrenta una dura violencia política. Y de ser Venezuela el segundo país de la región en cumplir una legislación a la altura de las demandas femeninas, hoy no figura entre los 10 países que erradicaron la violencia y respetan las leyes de cuotas. “En nuestro continente 85% de la representación política regional y local está ocupada por hombres. Es decir, las tres cuartas partes de esa torta del cumpleaños al que todas hemos sido invitadas se la llevan ellos”, afirmó.

Aclaró que estas luchas por los derechos de la mujer no procuran acabar con la especie masculina. “Lo que queremos es  gozar de las mismas condiciones, por las mismas oportunidades en materia de derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales. No es justo es que después de todo este tiempo, el 45% de las mujeres  de nuestra región participan en la economía”, dijo.

Destacó que es necesaria activar la participativa de la ciudadanía, de la sociedad civil, partidos políticos, iglesia, y comunidades, entre otros: “No basta promulgar leyes si no tenemos instituciones que garanticen que esas leyes sean una protección, un acompañamiento al trabajo  y al desempeño de las mujeres”.

Recordó los aportes de la Convención de Belém Do Pará a la legislatura venezolana, como la incorporación del término feminicidio, la  Ley de la violencia contra la mujer, la Ley de igualdad de oportunidades para la mujer y la Lopna, entre otras. No obstante, después de 1994 “hemos sido el rostro de la pobreza”

“Cuando nos toca mirar en el impacto de la pandemia el flagelo del confinamiento los rostros de las víctimas y de las pérdidas son de mujeres y niños. Los retrocesos en la educación han terminado afectando a las mujeres”.  E invitó a ser parte de la  lucha femenina. “Se necesitan tantos hombres como mujeres sean necesarios para conquistar la igualdad, el desarrollo humano y el crecimiento económico”, afirmó.

“Si nuestras amas de casa cobraran un sueldo por lo que hacen estarían contribuyendo con un 20% al PIB del país”, agregó.

“Es necesaria la participación política desde los partidos desde la sociedad y de cada instancia que sea necesaria para despertar la conciencia crítica de la gente y entender que si hoy tenemos un régimen que no atiende nuestras necesidades e intereses como demócratas, esta lucha es de todos y todas y para eso hay que comenzar a reconocer, a respetar, y a entender que las mujeres merecemos un trato en condiciones iguales y por las mismas oportunidades”, dijo.

La sexualidad, un derecho de la mujer

Beltrán, psicóloga clínica, se refirió a la importancia de la salud sexual y reproductiva de la mujer para obtener logros enriquecedores en cualquier espacio en que se desenvuelva. Incluyendo el político.

El enfoque que escogió para la ponencia, dijo, es enriquecedor para fortalecer las capacidades: “Una mujer con una salud sexual y reproductiva sana tendrá alta autoestima y por tanto  desempeñará roles positivos y fructíferos”.

Luego de exponer las etapas y aspectos psicosociales de la relación sexual como fuente de crecimiento personal, señaló cómo las mujeres asumen patrones culturales de sumisión y  desventaja frente a la pareja, lo cual incide en su posición ante la vida. Y no están superados.

Mencionó también los “patrones errados que asumen los hombres”, y destacó la necesidad de estimular la comunicación de la pareja en paridad.

“La naturaleza emocional y psicológica de la mujer influye en que diversos factores que producen placer no se produzcan, y por eso  debe aprender a manejarse y conocerse a sí misma. Esa esa es una relación humana”, afirmó.

“El placer sexual es un derecho de la mujer, las mujeres merecemos y eso no depende del otro”, agregó.

Resaltó la importancia del placer mutuo con afecto, para lograr modificar conductas que atentan contra la mujer: “Muchas de las personas se consultan por ansiedad, por depresión y ustedes se sorprenderían la cantidad de personas que tienen en su origen una insatisfacción sexual”.

Rol de la mujer en la resolución de conflictos en paz

Correspondió a Salamanca hablar de la participación de la mujer en la construcción de procesos políticos de paz y construcción de democracia, desde su experiencia como actora acreditada en el proceso de paz en Colombia.

Su trabajo por la paz y resolución de conflictos ha sido reconocido por organismos internacionales en 2016 y 2019.

Luego de agradecer la invitación del IEPFT, hizo un recorrido histórico sobre la exclusión y la lucha de la mujer y precisó que las investigaciones en el mundo evidenciaron la exclusión de más de la mitad de la población en el mundo en la toma de decisiones en todos los niveles. Solo se les consideraba como sujetos económicos. Sin embargo, estudios posteriores señalaron problemas “estructurales y estructurantes” que frenaban la participación en el desarrollo, lo que luego ocasionan la aparición de relaciones de poder que configuran el sistema patriarcal.

En las causas de tantas restricciones en lo público se encontró la división sexual del trabajo que condenó a mujeres y hombres a lo privado y a lo público, respectivamente, y cercenó las posibilidades de cada uno. “Y lo más grave, condenó a un solo bloque de la humanidad a asumir las decisiones, mientras las mujeres tuvieron un rol marginal”, explicó Salamanca.

“La lucha de las mujeres en el mundo ha sido la de recuperar a plenitud su derecho de ser consideradas sujetos humanos integrales, capaces de sentir, pensar, y tomar decisiones. Y eso le ha costado décadas”, dijo.

Expresó que el sistema patriarcal reproduce y normaliza la discriminación de las mujeres, y excluye su participación en el ámbito de la política: “Y no es solo de los partidos, sino donde se discute la definición de los enfoques, acciones,  programas y el ejercicio completo de lo que implica diseñar la política pública de un país o diseñar políticas de negociación”.

En América Latina, precisó, la exclusión se fue agudizando al extremo de que 50% de mujeres en todos los ámbitos no lograban tener ciudadanía plena.

“Las sociedades patriarcales, y en general las latinoamericanas, han fomentado la violencia contra la mujer, y una de las premisas es que la participación de la mujer está ligada a aceptar la violencia, incluyendo la económica”, señaló.

“Hay que crear condiciones, acciones afirmativas para que las condiciones de igualdad sean en la participación política, pero tienen que ver mucho con el lugar y la posición de la mujer en la sociedad, porque los niveles de discriminación pueden ser muchos”, advirtió.

Al referirse a la participación de la mujer en los procesos de paz, dijo que hay “unos desafíos tremendos” y son los culturales: “El miedo a no ser escuchadas tiene que romperse, debe llegarse a la negociación política y la mujer tiene mucha creatividad en los procesos de diálogo, en la negociaciones políticas. Hoy en América Latina estamos reclamando un lugar, determinado por la capacidad inmensa de las mujeres de construir y reconstruir”.

Con información de nota de prensa.


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