Sobria. Austera. Espiritual. Esas son las palabras con las que la coordinadora de la Comisión Nacional para la beatificación de José Gregorio Hernández, Albe Pérez, define la ceremonia que se llevará a cabo en la Iglesia San Juan Bautista La Salle. No solo porque es una celebración religiosa, también porque la pandemia de covid-19 sigue al acecho: 194.959 casos confirmados, más de 2.000 fallecidos y sin un plan de vacunación nacional establecido. No se pueden permitir las aglomeraciones.
«Tengo 20 años en gestión cultural. Me he dedicado siempre a eso y, desde lo profesional, este es el evento más importante y trascendente en el que he trabajado. Ha sido un esfuerzo que ha dejado muy claro la solidez y la unidad de la Iglesia católica. Producir un evento de esta trascendencia en pandemia es muy complejo y aun así podemos garantizar una ceremonia inolvidable y que honrará el legado de José Gregorio y nos va a unir mucho como país», dice Pérez.
De querer celebrarse a lo grande, en el Estadio Universitario de la UCV, donde se realizaron las beatificaciones de Candelaria de San José y Carmen Rendiles, unas 150 personas se reunirán en la modesta capilla del Colegio La Salle – La Colina, diseñada por los arquitectos Carlos Guinand Baldó, Alberto Iriarte y Moisés Benacerraf.
En la entrada del templo se inicia el protocolo: gel antibacterial y medición de temperatura.
La Iglesia tiene un único pasillo central. El altar se ubica en el fondo de una pared semicurva revestida con piedra. Tiene ocho grupos de bancos. En los cuatro delanteros se sentará el clero, compuesto por los obispos del país, y en los cuatro restantes se ubicarán los familiares del doctor José Gregorio Hernández; la joven Yaxury Solórzano, cuya curación fue certificada como un milagro por el Vaticano y permitió la beatificación; su mamá, Carmen Ortega; los médicos que atendieron a la niña, y un grupo de personas de la pequeña localidad andina de Isnotú, donde nació el médico.
Entre ellos habrá metro y medio de separación y la distribución será de tres personas por cada banco. Generalmente, en cada banco se sientan entre siete y ocho personas.
No se prevé la asistencia de funcionarios públicos, pero Casa Militar desplegará un cordón de seguridad en los alrededores del colegio.
En un nivel superior estará del lado izquierdo el coro, integrado por 65 cantantes de la Schola Cantorum de Venezuela, y delegados de otras agrupaciones corales del país. Y, al costado derecho, los 50 músicos de la Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho, así como de otras orquestas del país. Luimar Arismendi estará a cargo de la dirección coral y Elisa Vegas y Jesús Pérez Perazzo de la parte orquestal.
El equipo técnico, músicos, coralistas, solistas y miembros de la comisión organizadora se han hecho pruebas de despistaje de covid-19.
Apenas dos días antes de la ceremonia, el Vaticano informó que su secretario de Estado, Pietro Perolin, quien presidiría la misa, no viajaría a Venezuela “por causas de fuerza mayor, ligadas principalmente a la pandemia del covid-19”. Será monseñor Aldo Giordano, nuncio apostólico en Venezuela, quien oficiará la misa, que se iniciará a las 10:00 am. También contará con la presencia del cardenal Baltazar Porras, el arzobispo emérito de Caracas, Jorge Urosa Savino, y de la doctora Silvia Correales, postuladora de la causa de beatificación y canonización.
La eucaristía se iniciará con la petición del cardenal Porras a monseñor Giordano de que se declare beato al Dr. José Gregorio Hernández en nombre del pueblo de Venezuela, explica el padre Armelim de Sousa Andrade, miembro de la comisión de Liturgia. Se hace lectura de las Letras Apostólicas, un texto del papa Francisco en el que presenta y declara al médico como beato y que puede ser venerado en el país y en donde sea conocido. También se ubicará en un trono, que estará en el altar, la reliquia de primer grado (huesos), se develará una imagen y un busto de bronce.
Al final, el cardenal entregará a los obispos y arzobispos presentes un relicario elaborado artesanalmente, hecho con restos mortales del beato. Así, cada diócesis llevará uno a la iglesia que haya sido declarada santuario de honor. En Caracas, el templo-santuario es la Iglesia Nuestra Señora de La Calendaria, donde reposan los restos del médico.
Todo el rito de beatificación estará acompañado por temas de misas criollas de compositores vivos, así como de cuatro piezas escritas para la ocasión. Una de ellas es la parranda “La luz del siervo de Dios”, de Francisco Pachecho, que interpretará con Trina Medina, Magdalena Frómeta y Marilyn Chirinos.
“En 2019 fui con mi esposa y mis hijas a Isnotú para ir a una misa de sanación por una situación de salud y quedé impresionado con la energía que tiene el lugar. Se respira un aire muy positivo. Eso me dio la oportunidad de hacer el tema. Pensé en eso, en que es una luz que está allí, que le pedimos por nuestra salud. La canción comienza como un merengue y termina como una parranda, un género común en mi natal Cata”, dice Pacheco, que participó en la ceremonia de beatificación de la madre María de San José.
El único canal autorizado para transmitir desde la capilla es Vale TV, que pertenece al arzobispado de Caracas, informó su directora, María Eugenia Mosquera. “Haremos la transmisión limpia y sin mosca (logo del canal) y se la entregaremos a todos los canales que quieran participar en el acto. Es decir, puede verla desde el canal que usted desee. Será un evento plural y nacional”, dijo. El canal de Youtube de la Arquidiócesis de Caracas también transmitirá.
La esperada ceremonia, entonces, será íntima y permitirá que cada hogar venezolano se convierta en un templo en honor de José Gregorio Hernández.