Foto: Archivo

Rafael Díaz murió a causa de haber recibido golpes en la cabeza. El agresor, un paciente psiquiátrico crónico, tomó los tubos metálicos de su cama para atacarlo.

El hecho ocurrió en el hospital psiquiátrico de Lídice Jesús Yerena, situado en la parroquia La Pastora, el pasado lunes 19 de agosto.

De acuerdo con la versión del personal de enfermería, Díaz se encontraba en el área del comedor en horas del mediodía cuando fue atacado por otro paciente. Este hombre había cometido el mismo hecho de forma recurrente con otros trabajadores del hospital.

Díaz fue recluido en la emergencia del centro asistencial y murió el 21 de agosto. Pero sus parientes se enteraron del suceso tres días después, cuando el cadáver yacía en la medicatura forense de Bello Monte.

Este martes, a diez días de la muerte de Díaz, familiares aportaron otros detalles del caso mientras agilizaban los trámites para el retiro del cuerpo.

Hasta hace seis años Rafael Díaz se desempeñaba como vigilante privado en residencias del este de la capital. Vivía con una mujer y su hija menor de edad.

Sus familiares lo recluyeron en el hospital Lídice, donde fue tratado como un caso social. Alegaron que no tenían los medios económicos ni otras posibilidades que les permitiera cuidarlo en casa.

Díaz sufría de pérdida de memoria a causa de un disparo que recibió de su pareja, lo que le causó parálisis en el lado izquierdo del cuerpo.

Se supo que el agresor estaba recluido de por vida en el psiquiátrico y que ya no respondía a la dosis de medicamentos que le suministraban a diario.

Parientes de la víctima indicaron que ese centro de salud no cuenta con el personal suficiente para atender a pacientes con enfermedades psiquiátricos.


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