Oscar Perozo, de 59 años de edad, inspector de riesgos de la Dirección de Inspección de Riesgos de Protección Civil, fue muerto de 5 o 6 cuchilladas el martes en la noche, en su apartamento del edificio Los Andes, en la avenida Sorocaima, diagonal al Centro Médico de San Bernardino.

El cadáver fue localizado por una comisión de funcionarios de ese organismo, el jueves a las 9:30 am. El cuerpo presentaba heridas cortantes de un cuchillo en el cuello, pecho y una rasante en un brazo.

Perozo era un hombre trabajador, honesto y de conducta intachable, y por eso llamó la atención de sus compañeros de trabajo que no acudiera a sus labores el martes ni miércoles. Tampoco respondió las llamadas que le hicieron. Solía llegar a su trabajo media hora antes del inicio de actividades.

Cuando la comisión de operaciones de Protección Civil llegó al apartamento de Perozo decidieron abrir la puerta, en vista de que desde en el interior del inmueble se escuchaba música con alto volumen. Al irrumpir en el inmueble observaron desorden en la sala, así como en la habitación donde hallaron el cadáver. Estaba boca arriba y vestía short.

Se presume que Perozo pudo ser asesinado por alguna persona conocida o por alguien que tocó la puerta y él abrió. Lo sometieron y entraron para perpetrar un robo.

En principio, se conoció que del apartamento se llevaron un televisor y un teléfono. Estaba casado, pero ese día se encontraba solo en su casa porque la esposa estaba en Puerto Cabello donde la familia tiene un negocio. Será ella quien hará un inventario de lo que falta en el apartamento para que los investigadores del Cicpc sepan cuáles objetos faltan.

Los compañeros de trabajo de Perozo, que acudieron ayer a la morgue de Bello Monte, pidieron que se haga justicia, que el crimen no quede impune.

El funcionario de Protección Civil tenía más de 20 años en ese organismo de ayuda y salvamento. Era técnico en Construcción Civil y Analista Estructural. Era apreciado en su comunidad. Un empleado de un negocio cercano al edificio Los Andes manifestó que era un hombre amable y educado. Siempre lo veía pasar cuando Perozo se dirigía al Ymca, de San Bernardino, donde entrenaba.

La pesquisa sobre la muerte del inspector de riesgos quedó en manos de la División contra Homicidios del Cicpc que practicaron una inspección en el sitio del suceso, en busca de evidencias y de rastros dactilares del autor o autores de la muerte del profesional.

Como parte de la averiguación, los encargados del caso hicieron un recorrido por la zona en busca de cámaras de seguridad que pudieron haber grabado a los homicidas una vez que salieron del edificio. Las tomas pueden revelar si los individuos huyeron a pie o en vehículo.

La pesquisa incluye una encuesta en las edificaciones cercanas al edificio Los Andes para determinar si alguien observó personas extrañas en los alrededores.  


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