En la audiencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos realizada ayer en Costa Rica, Linda Loaiza exigió sancionar a todos los operadores judiciales, fiscales y jueces que tuvieron a su cargo su caso ocurrido en 2001.

Reiteró su petición de responsabilizar al Estado venezolano por la falta de justicia. “Que el Estado venezolano sea declarado responsable por violación, tortura, por todas las violaciones de derechos humanos que sufrí y que siguen sufriendo las mujeres en Venezuela,” dijo.

Loaiza estuvo en poder de Luis Carrera Almoina durante casi cuatro meses, en cuyo lapso fue objeto de violaciones, maltratos y torturas que le ocasionaron daños físicos que aún padece.

“Durante mi cautiverio fui sometida a violencia sexual, amenazas, torturas, de forma sistemática durante cuatro meses. Sufrí violaciones diariamente, fui agredida con las manos, con palos, me tenía amordazada y esposada. El agresor apagaba cigarros en mi rostro”, dijo en el tribunal. Durante estos años Loaiza ha estado sometida a tratamientos psicológico y psiquiátrico para superar lo vivido. No obstante, con la solidaridad expresada por muchas personas logró culminar sus estudios de Derecho en la Universidad Santa María y posteriormente realizó un posgrado en Derechos Humanos.

Los representantes del Estado venezolano que fueron a la audiencia no interrogaron a Loaiza, pero le expresaron su solidaridad; mientras que el presidente de la CorteIDH, Francisco Eguiguren, dijo que el Estado venezolano es responsable de la falta de diligencia en sancionar adecuada y proporcionalmente la extrema violencia de que fue objeto.

En su intervención, Loaiza, que es abogada, transmitió a los magistrados de la Corte el calvario que transitó por la acción de la justicia venezolana. “Con una fiscalía que se negó a atender mi caso porque el agresor era hijo de una persona de influencia política”, indicó.

Aunque presentó todas las pruebas ante el tribunal, el agresor fue absuelto en primera instancia, en 2004, y seis años después, en segunda instancia, lo condenaron por privación de libertad y lesiones corporales, pero fue absuelto por violación y homicidio en grado de frustración.

“Soy reflejo de la violencia física, sexual y psicológica que enfrentamos las mujeres. El Estado garantizó la impunidad, no mis derechos”, expresó Loaiza ante la Corte.


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