Noelkis Carolina Ramírez Blanco, de 21 años de edad, madre de dos hijos, fue asesinada de un tiro en el tórax por una comisión de encapuchados de la Fuerza de Acciones Especiales, adscrita a la Policía Nacional Bolivariana. El hecho ocurrió el viernes pasado en la mañana cuando salía de la torre ocho del complejo urbanístico Felipe Acosta Carlés, en Las Mayas, parroquia Coche.

Sus familiares desconocen a dónde se dirigía la joven y tampoco saben si murió en el sitio. Una vez que le dispararon, los policías recogieron el cuerpo, lo subieron a una camioneta y lo trasladaron al Hospital Pérez Carreño.

Un tío de la víctima, que ese día cumplía 43 años de edad, se enteró de que algo le había ocurrido a un familiar porque su esposa lo llamó.

Los allegados a Ramírez Blanco presumen que los policías la confundieron con un hombre porque vestía ropa masculina y una vez que la levantaron del pavimento se percataron de que se trataba de una mujer.

La joven vivía en ese complejo residencial con sus hijos de dos años y cuatro años de edad, y una prima. Su mamá, que reside en Panamá, le enviaba dinero para su sustento y el de los niños. Hace poco le remitió el monto correspondiente a un pasaje para que se fuese a ese país, Estaba previsto que viajara el 20 de este mes.

Uno de los parientes que llegó a la morgue para realizar el trámite en el Registro Civil anunció que el caso será denunciado en el Ministerio Público para que se abra una averiguación. “Llegan disparando como locos. Esto es injusto. Un ser humano no puede morir así”, expresó.

El viernes en la mañana, dos funcionarios, uno de las FAES, Luis Bravo, y otro de la PNB, Carlos Moya, fueron ultimados en Las Mayas en enfrentamientos con presuntos delincuentes y una vez que ese organismo supo lo ocurrido iniciaron operativos en los cuales resultaron muertos varios hombres. Entre los fallecidos, el viernes, están José Arteaga, de 18 años, y su primo David Arteaga, de 21 años. La FAES se los llevó de una cementera en Turmerito donde laboraban. Los familiares hallaron los cadáveres, el sábado, en la morgue del Hospital Pérez Carreño.

Mientras que a José Moisés Flores Espinoza, de 19 años, lo mataron frente a su casa en el sector Los Ranchos de Las Mayas cuando le ordenaron que se arrodillase y le dispararon.

Otro fallecido en esos operativos fue Vicente Ramírez, de 22 años, que vendía chucherías en trenes del Metro. El viernes salió a trabajar y no supieron más de él. El cadáver fue ingresado a la morgue al día siguiente. 


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