cilindros de gas
EFE/ Rayner Peña Zulia, Táchira, Mérida y Trujillo figuran como los estados venezolanos que tienen mayor dificultad al momento de tener gas.

Solo 20% de los 15 millones de cilindros de gas estimados en Venezuela son aptos para uso doméstico, de acuerdo con analistas en el área de energía consultados por la agencia Reuters.

Mientras las muertes relacionadas con explosiones de gas han aumentado en los últimos meses en el país, los expertos señalan que la mayoría de los cilindros tienen más de 20 años en circulación y son muy pocos los nuevos que están disponibles.

El Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) señaló que más de 75% de los hogares venezolanos cocinan con gas de cilindros, mientras que 17% -principalmente en la capital Caracas- recibe gas por tubería.

La estatal Pdvsa es la encargada de canalizar y suministrar alrededor de 80% del gas licuado de petróleo (GLP) del país, que se vende en bombonas como propano, mientras que alrededor de 15% es controlado por empresas privadas.

Venezuela ha estado lidiando con un déficit de GLP desde que las sanciones de Estados Unidos detuvieron las importaciones en 2020.

Los trabajadores de la refinería dijeron que los volúmenes y la calidad de la producción de GLP de Pdvsa seguirán sufriendo, ya que sus refinerías funcionan a aproximadamente una cuarta parte de su capacidad.

No se hacen pruebas de calidad a los cilindros

El consultor energético Nelson Hernández explicó que los cilindros de gas deben someterse a pruebas hidrostáticas, donde se inyecta agua a presión para determinar si hay fugas, y el personal de las estaciones de servicio debe inspeccionar visualmente las válvulas.

El gas para cocinar también debe contener metanotiol maloliente como aditivo, lo que hace que las fugas sean más fáciles de detectar, pero desde hace un año Pdvsa no ha podido importar este componente.

Aunque el gobierno subsidia el gas, no regula el mantenimiento y la renovación de los cilindros, dijo Antero Alvarado, director de Gas Energy Latin America.

«Los últimos cilindros son de 2015. Además de eso, los viejos no han sido probados termostáticamente para detectar fugas», agregó.


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