El Concejo Municipal de El Hatillo acordó elevar la petición de incluir en el presupuesto 2021 los recursos que necesitan los vecinos de tres edificaciones para evitar más deslizamientos de tierra que ponen en riesgo hasta sus vidas.
Con el propósito de canalizar las demandas de la comunidad, la institución pública, en sesión extraordinaria de este martes, acordó de modo unánime solicitar que se incorpore en el gasto fiscal de 2021 los recursos necesarios para afrontar la emergencia que viven los vecinos de los sectores del Alto Paují, que desde hace 5 años están afectados por peligrosas fallas de borde que amenazan las edificaciones donde viven unas 200 familias, así como la principal vía de acceso.
El presidente del Concejo, Omar Nowak, reiteró el llamado a la Gobernación de Miranda y a organismos competentes para que, en un esfuerzo conjunto, se atienda la demanda de los vecinos del Alto Paují, a los que se suman los de las zonas de Gavilán, Sabaneta, Terrazas del Hatillo y Altos del Hatillo, ubicados en un sector montañoso del municipio.
Afirmaron que desde hace cinco años han denunciado la progresiva inestabilidad del terreno donde están enclavados los edificios, la cual empeora por las lluvias, así como por los botes de aguas servidas.
Precisaron que aunque han contado con el apoyo del Cabildo y de la Alcaldía de El Hatillo, requieren con urgencia de recursos que no poseen esas instancias para ejecutar proyectos que ha realizado la propia comunidad mediante una comisión técnica, con la finalidad de hacer frente a los riesgos.
Ya invirtieron 20.000 dólares y el monto requerido podría superar los 45.000 dólares.
«La situación es tan grave que lo que actualmente es una emergencia puede convertirse en tragedia si no se resuelve a tiempo», expresó Ana Romero Capriles, vocera de las comunidades afectadas.
«En esa fosa que se ha abierto ahorita cabe un estadio de futbol; tenemos ya un acantilado, y es la tragedia que queremos evitar», indicó.
La versión de Romero fue confirmada por el director de Protección Civil, Freddy Barbera, y el director de Vialidad y Transporte de la Alcaldía, Jesús Fernández, quienes desde el comienzo han intervenido para buscar soluciones, pero no han logrado obtener la ayuda regional.
«El estado de ese terreno es bastante preocupante y delicado porque además compromete los servicios públicos y las estructuras de los edificios. Si los movimientos en el terreno siguen activos, los postes van a caer y se creará más inestabilidad», manifestó Romero.
Fernández, por su parte, advirtió que con solo una sobresaturación de lluvias, podría haber un deslizamiento masivo nunca visto hasta ahora, que pudiera llegar hasta la vía que comunica La Cima y otras zonas, y dejar aislados a los cientos de habitantes de las tres edificaciones.
«Ni un jardinero se puede meter allí; estamos más cerca del próximo deslizamiento que del último. Le pedí a Protección Civil que limite de modo extremo la carga pesada. Una cisterna de 35.000 litros es de alto riesgo», dijo.
Al concluir la reunión extraordinaria, concejales y vecinos urgieron la atención de la Gobernación de Miranda, que ha sido informada en varias ocasiones de la emergencia que viven los vecinos, con la finalidad de hacer un trabajo conjunto para salvaguardar la integridad y los bienes de esas comunidades.