Trasplante de cadáver a vivo trasplantes
84 menores de edad han fallecido en el Hospital JM de los Ríos desde 2017. | Foto: archivo

La Organización Nacional de Trasplante de Venezuela (ONTV) y la Organización No Gubernamental Prepara Familia, a propósito de cumplirse seis años de la suspensión del Programa de Procura de Órganos en Venezuela, exigieron nuevamente al Estado venezolano la reactivación de los trasplantes con donante de cadáver a vivo.

Durante una presentación el martes 16 de mayo del Observatorio Social Humanitario, las organizaciones denunciaron que el gobierno no ha hecho ningún tipo de inversión en el sistema de salud pública para poder realizar este tipo de procedimientos en los hospitales autorizados.

«Vemos con mucho dolor cómo sigue pasando el tiempo sin una respuesta. Necesitamos que el Estado invierta en políticas públicas. El daño es muy grande, sobre todo para quienes están en una unidad de diálisis con las malas condiciones sanitarias en Venezuela», indicó Katherine Martínez, directora de Prepara Familia.

Señaló que desde 2017, cuando se suspendió de manera «temporal» el sistema de procura de órganos, hasta 2022 fallecieron al menos 75 niños y adolescentes con enfermedades crónicas, la mayoría a la espera de un trasplante.

«En lo que va de año hemos perdido a tres niños en el JM de los Ríos», agregó.

Martínez explicó que si no se acondicionan los centros de salud venezolanos, es muy complicado reactivar los trasplantes. 

«No se puede realizar una operación de alto nivel en un hospital venezolano en las condiciones en que se encuentran actualmente. Estamos hablando de problemas con los servicios públicos, para nadie es un secreto la situación fuerte que vive el sector salud con el suministro de agua. El agua no es regular, usted no puede hacer una operación de alta envergadura sin agua», dijo.

Anabela Arminio, nefróloga y asesora médica de la ONTV, explicó que los trasplantes de órganos se detuvieron hace años por la misma razón que aún no se han reactivado, debido a la falta de condiciones hospitalarias adecuadas.

«Se suspendió el programa de trasplante de cadáver porque no había cómo obtener los medicamentos que garantizaran el éxito de la intervención. En junio de 2017, las autoridades dijeron que lo iban a solventar en tres meses, pero vamos por seis años y seguimos en lo mismo», dijo.

Señaló que es todo un reto reiniciar las operaciones de este tipo en el país pues, a su juicio, es necesario reentrenar al personal y volver a contratar trabajadores especializados en el área porque muchos se fueron del país.

La especialista indicó que el programa de trasplante de cadáver a vivo es importante porque no todos los pacientes tienen disponibilidad de un donante vivo. Además, aseguró que el trasplante de vivo a vivo es limitado en el país.

«Solamente se están haciendo en la clínica El Paraíso, en Maracaibo se han hecho uno o dos trasplantes de donante vivo en el Hospital Coromoto y en el Hospital de Niños J. M. de los Ríos se hizo en el mes de noviembre un trasplante de donante vivo», manifestó.

En 2022, se habilitó una unidad para trasplante renal en la Clínica Popular El Paraíso Dr. Francisco Salazar Meneses, en Caracas, donde este año se han realizado 26 intervenciones quirúrgicas de vivo a vivo. Sin embargo, no se conocen los resultados de esas intervenciones porque no hay transparencia en la data, explicó Anabel Arminio.

Para Arminio es vital que el Estado venezolano asuma este programa principalmente por lo elevado de los costos que todo el proceso comprende. «El trasplante es muy costoso el primer año, pero a medida que pasa el tiempo, los costos son mucho menores que el procedimiento de diálisis, que también es costoso», añadió.

La directora de la organización Prepara Familia detalló que los pacientes en Venezuela con enfermedades crónicas, como el síndrome nefrótico, experimentan grandes inconvenientes en las unidades de diálisis en medio de la crisis económica y la escasez de personal y suministros médicos, lo que genera sufrimiento y desplazamiento del personal de salud.

«En el caso de los niños, niñas y adolescentes, que al igual que los adultos, están en una unidad de diálisis, con todas los inconvenientes que significa vivir en Venezuela con una enfermedad crónica, se suman todo tipo de inconvenientes porque hay fallas en el suministro de agua, fallas en algunos insumos, problemas con el tema de la enfermería», denunció.

«Pareciera que nos hubiéramos suspendido en el tiempo, porque las mismas denuncias que hacíamos en el año 2017 las seguimos haciendo ahora», expresó Arminio.

Ambas voceras coinciden en que no existen registros oficiales que informen cuántas personas han muerto por falta de trasplantes o cuántas están siendo analizadas actualmente.

 


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