El gobierno de Joe Biden, con la intención de minimizar la crisis migratoria en la frontera sur de Estados Unidos, comenzó a deportar en esta oportunidad a venezolanos que en un intento de encontrar mejor calidad de vida emprendieron una larga y peligrosa travesía para llegar a ese país.
Las primeras deportaciones datan del 27 de enero. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) confirmó entonces la deportación a Colombia de dos migrantes venezolanos que habían residido en la nación latinoamericana.
Esa expulsión -se esperan muchas más según Washington- se hizo mediante el Título 42, una política instaurada por el entonces presidente republicano Donald Trump y mantenida por el demócrata Biden que permite expulsar rápidamente a migrantes a propósito de la pandemia de covid-19.
Solo en 2021 llegaron 108.510 venezolanos a la frontera sur de Estados Unidos, que colinda con México, afirmó David Smolansky, comisionado de la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos. Ofreció datos del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en inglés) en entrevista con El Nacional.
El «gran fenómeno» migratorio de 2021 en todo el continente fue el incremento de venezolanos entrando a Estados Unidos por la frontera sur con México. «Una cifra sin precedentes», dijo Smolansky, quien aseveró que «nunca antes tantos venezolanos habían llegado a Estados Unidos de esa forma».
En términos porcentuales la nacionalidad venezolana fue la que más creció en comparación con 2020. De los 108.510 solo en diciembre de 2021 unos 25.000 (25%) connacionales ya estaban en territorio estadounidense.
La pandemia los obligó a retornar
El comisionado de la OEA aclaró que esos más de 100.000 venezolanos no proceden propiamente de Venezuela, sino de países como Chile, Panamá, Ecuador, Perú y Colombia, y con «miedo y valentía», enfatizó, arriesgaron su vida atravesando la selva del Darién donde muchos fueron víctimas de abusos, maltrato y extorsión.
Con esta importante cifra, según Smolansky, se estima que estén en Estados Unidos más de medio millón de venezolanos entre regulares e irregulares.
El vocero de la OEA reafirmó que en el contexto de la pandemia hubo un retorno significativo de unos 150.000 venezolanos al país entre marzo y diciembre de 2020. El motivo, las consecuencias que dejaría el covid-19 en el mundo.
«Muchas personas dejaron su país de acogida para estar cerca de su familia en Venezuela», dijo.
Sin embargo, otro de los motivos fue el desempleo que generó la llegada del coronavirus, que desató una crisis en la economía global. Los más vulnerables en este caso fueron los migrantes y refugiados que no tenían cómo pagar sus necesidades más básicas, incluso sus viviendas.
Mientras el coronavirus generaba drásticos cambios en el mundo, el fenómeno migratorio no cesaba por más que las fronteras estuvieran cerradas y los aeropuertos paralizados. Desde marzo de 2020 aproximadamente 1,7 millones de venezolanos salieron de Venezuela, cifra que calificó de «astronómica si se consideran las restricciones fronterizas».
«Con pandemia, con fronteras cerradas y con nuevos gobiernos solicitando visas a los venezolanos, aun así siguen huyendo. La razón es muy sencilla, la situación en Venezuela está lejos de arreglarse; empeoró la hambruna, se intensificó la violación sistemática de los derechos humanos, hubo un mayor deterioro de los servicios básicos y continúa la inseguridad», dijo Smolansky a El Nacional.
¿Qué es el Título 42 y por qué se implementa contra los migrantes venezolanos?
El Título 42 es una disposición federal de salud pública de Estados Unidos para no admitir a personas si hay riesgo por salud, y tras la llegada del coronavirus a ese país en marzo de 2020 el gobierno de Trump desempolvó la polémica ley de 1944.
El Título 42, motivo de grandes debates en el Congreso estadounidense, es una medida que el gobierno demócrata mantiene, permite expulsar a los migrantes hacia México o a sus países de origen pero de «forma inmediata», «sin la posibilidad de iniciar un proceso de asilo», explicó a El Nacional Lora Espada, abogada estadounidense especialista en migración. Ofreció detalles sobre por qué el gobierno de Biden comenzó a deportar a migrantes venezolanos bajo esa normativa.
La especialista resaltó que mientras la pandemia no esté controlada, las autoridades fronterizas de Estados Unidos continuarán aplicando el Titulo 42 a los migrantes que lleguen a sus fronteras de manera irregular. Sin embargo, la política fronteriza tiene sus filtros, si bien es cierto que el gobierno norteamericano expulsó a dos ciudadanos venezolanos a Colombia es porque ambos tenían un estatus legal en el país vecino.
Bajo el Título 42 se expulsó en 2020 a cientos de miles de migrantes de distintas nacionalidades, dijo Espada, quien coincidió con David Smolansky al considerar el desplazamiento masivo de venezolanos a Norteamérica como un «gran fenómeno» que se produjo en 2021.
El Título 42 no es una deportación común
La experta en migración indicó que el Título 42 no afecta a todos los venezolanos con procesos legales activos. Esta medida solo se aplica en las fronteras de Estados Unidos para detener a quien «entrará de forma irregular» o si ya entró y fue detenido por las autoridades «lo podrán expulsar de manera expedita».
Espada también señaló que bajo el Título 42, los migrantes ni siquiera reciben una orden formal de deportación. «Un proceso de ese tipo implica una investigación, entrevistas y presentación en la Corte», entre otros aspectos legales.
En cambio, los agentes fronterizos toman la información biométrica de los migrantes y realizan un chequeo superficial de salud. El proceso puede demorar aproximadamente 90 minutos, antes de devolverlos al país de donde provenían.
Aún cuando se deporta a venezolanos bajo la polémica ley, la experta aseveró que son muchos más los connacionales a quienes les permiten la entrada e incluso la posibilidad de iniciar un proceso de asilo.
El Nacional no pudo constatar cuántos venezolanos han sido deportados hasta la fecha, pero la abogada estadounidense resaltó que los connacionales expulsados no procedían directamente de Venezuela sino de países de acogida, por lo que son rechazados en Estados Unidos debido a que ya están protegidos en esas naciones. Por ello los dos venezolanos que regresaron a Colombia recientemente fueron deportados porque ya tenían estatus legal de protección en el país suramericano.
Unos venezolanos entrarán y otros deberán salir
Pero a la gran mayoría de los venezolanos, insistió Espada, los han dejado entrar, «les han tomado las huellas, los entrevistan y los liberan para que tengan la oportunidad de iniciar un proceso legal»; mientras los que no podrán iniciar un proceso de asilo serán aquellos que ya cuenten con un estatus legal en su país de acogida, por lo que pudieran estar expuestos a una orden de deportación por un juez, en este caso bajo el Título 42.
Si los venezolanos continúan desplazándose masivamente hacia Estados Unidos, el impacto sería «negativo para la nación». Mientras no estén de forma regular podrían convertirse en una «carga pública» porque aunque la nación norteamericana tiene espacio suficiente, no posee la infraestructura para recibirlos, dijo.
La experta recordó que el asilo es una protección humanitaria para aquellas personas que verdaderamente han sufrido amenazas y persecuciones en su país de origen, por lo que la falta de alimentos, empleo y hogar no son fundamentos legales para obtenerlo.
Hasta ahora, según Lora Espada, cerca de 250.000 connacionales ya gozan de los beneficios del TPS, el instrumento que otorga el gobierno de Biden a los migrantes para permanecer regularmente en el país.