La Sociedad Interamericana de Prensa, al concluir su asamblea anual en Utah, Estados Unidos, rechazó la persecución contra los periodistas en el país.

“En Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro multiplica los mecanismos de censura. En la actualidad el solo hecho de cubrir una manifestación contra el gobierno puede ser calificado de terrorismo y el periodista queda sometido a los tribunales militares. El cierre de plantas televisoras y radiodifusoras ha continuado, así como las llamadas inspecciones técnicas a las emisoras de radio y televisión. Varias señales internacionales de cable, incluida CNN en español, han sido prohibidas en razón de sus líneas editoriales. A los periodistas extranjeros con frecuencia se les prohíbe, sin motivo, la entrada al país y los periodistas venezolanos deben sufrir las agresiones de civiles armados y de una Guardia Nacional bien equipada y dispuesta a utilizar la violencia indiscriminadamente para controlar desórdenes. Son comunes los robos de los implementos de trabajo”, denunció.

Indicó el organismo que la censura también es activada en el país por la legislación impulsada desde el gobierno contra los medios de comunicación. La SIP destacó que otra limitación para la prensa en Venezuela son las dificultades para publicar trabajos por la falta de papel prensa. Advierten que además los medios corren el riesgo de enfrentar demandas judiciales “por motivos inexplicables”.

Al cierre de su asamblea anual, la SIP también denunció la persecución de gobiernos, autoridades y el crimen organizado en el hemisferio. El organismo indicó que este patrón es claro en Bolivia, en Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Honduras, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y en Venezuela.

“En México y en Honduras, desde la reunión anterior de la SIP en el mes de abril, desgraciadamente hubo 10 periodistas asesinados; 7 en México y 3 en Honduras. En lo que va de 2017 ya son 18 los comunicadores que han caído víctimas de un crimen. Los asesinatos son la expresión máxima de brutalidad que puede alcanzar la censura. Luego de cometidos, sus autores, en casi todos los casos, quedan en la impunidad más absoluta”, señaló la SIP.

La Sociedad Interamericana de Prensa señaló que se presentan ataques contra los medios bajo las acusaciones de “fake news” o “noticias falsas” parecen ganar cada vez más espacio en la región: “Detrás de esta arremetida contra la labor de los periodistas por parte de funcionarios o gobiernos hay una clara intención de desacreditar el trabajo de los informadores, especialmente cuando se trata de notas o reportes que no les son favorables”.


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