El exdiputado Rafael Narváez, defensor de los derechos humanos, aseguró que la democracia venezolana se encuentra en terapia intensiva como consecuencia de la falta de separación de los poderes y el desprecio a los derechos humanos por el régimen.
«La vitalidad de una democracia es la existencia de poderes públicos autónomos e independientes sin estar sometidos a disciplina partidista. Esto, para que puedan cumplir con sus atribuciones establecidas en nuestra Constitución», señaló en una nota de prensa.
En ese sentido, enfatizó que lejos de cumplir con sus funciones los poderes públicos se han convertido en adversarios de las garantías constitucionales.
«Esto coloca en el más alto nivel de indefensión a todos los ciudadanos, dado que no hay instancia a la cual acudir para exigir el restablecimiento de sus derechos infringidos», manifestó.
Además, calificó de indolente al Estado venezolano ante el sufrimiento de la población en las actuales circunstancias del país.
«El Estado no asoma soluciones. Al contrario, da órdenes a los cuerpos de seguridad para que apliquen represión, detenciones arbitrarias, cárcel y desaparición forzada a quienes reclamen sus derechos», expresó.
Periodistas y médicos
Narvaez también se refirió a las libertades de expresión y de prensa, así como a los atropellos cometidos contra los médicos en en medio de la pandemia de coronavirus.
«Es un Estado que desprecia a la libertad de expresión y el libre ejercicio del periodismo por que le incómoda la información veraz y oportuna impregnada de objetividad», señaló.
Agregó: «También se desprecia a los médicos, que son victimas de cuerpos de seguridad que llegan a centros de salud con funcionarios tiroteados sin signos vitales amenazando con armas de fuegos si en el informe no colocan que el funcionario falleció en la intervención quirúrgica».
Aseguró que situaciones como esa se presentaron en los estados Portuguesa y Guárico.
«Los médicos fueron detenidos por negarse a convalidar un delito», indicó.
Presos políticos
Por otro lado,se solidarizó con los presos políticos. Calificó el trato a los detenidos de «falta de humanidad sistemática».
«Los presos políticos que siguen encarcelados son víctimas de los tratos crueles, inhumanos y degradantes, así como a torturas ejecutadas en los centros de reclusión. Son víctimas de una justicia penal politizada que viola el debido proceso, el derecho a la defensa y lo más sagrado: la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario», dijo.