La intención de Nicolás Maduro con el mensaje en lenguaje de señas que envió el domingo en la noche es captar un público distinto al que tiene en el Partido Socialista Unido de Venezuela, para sumar votos en las presidenciales, afirmaron expertos.

El politólogo Ricardo Sucre explicó que, bajo la figura del movimiento Somos Venezuela, el gobierno se planteó “atraer a otras personas que no se identifiquen con el PSUV, ya que solo 30% de la militancia está convencida de su proyecto”. Esta estrategia complementa a la de los bonos que comenzó con el carnet de la patria.

Andrés Cañizález, experto en Comunicación Política, coincidió con Sucre en que el objetivo era llegar a una parte de la población, en este caso a las personas que presentan discapacidad auditiva; sin embargo, el anuncio no estuvo asociado con la expectativa de los venezolanos que esperaban medidas económicas.

En el mensaje no estuvo Diosdado Cabello, solo el entorno más cercano a Maduro: Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación; Delcy Rodríguez, presidente de la asamblea nacional constituyente; Cilia Flores, constituyente y Tareck el Aissami, vicepresidente de la República.

Sucre afirmó que el mandatario quiere apartar a Cabello de su objetivo electoral por ser quien dicta las líneas del PSUV, y Cañizález atribuyó la ausencia a la etapa de “favorecimiento de parcelas políticas en la que está el chavismo”.

Los expertos confirmaron que con el mensaje propagandístico Maduro se encuentra en campaña, incluso, desde enero de este año, violando así el cronograma electoral dispuesto para las presidenciales, en el que se fijó la actividad desde el 2 de abril hasta el 18 de abril.

El politólogo Herber Koenecke sostuvo que el mandatario decidió apartar su personalidad “retadora, agresiva y poco diplomática”, para proyectar una imagen pacífica y armónica que se traduzca en mayor cercanía con los electores.


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