En mayo de 2020, Alejandro Emel Olivares González, del comando FAES, fue retenido en Colombia. FOTO: Archivo particular. Foto: EL TIEMPO/GDA

Alejandro Emel Olivares González llevaba en un bolsillo un viejo carnet que lo acreditaba como miembro de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) al servicio del gobierno de Nicolás Maduro.

Por ese documento y por haber pagado 650 dólares para obtener una cédula colombiana, se confirmó que venía cumpliendo labores de espionaje en Colombia. La Policía Judicial de Migración Colombia y el Batallón de Contrainteligencia de Fronteras del Ejército Nacional lo retuvieron el 20 de mayo de 2020 en Madrid, Cundinamarca.

Aunque Olivares juró que era colombiano y dijo vivir en la zona, lo vieron en centros comerciales de Bogotá y en el Hotel JW Marriott (en la zona financiera) siguiendo al diputado Hernán Alemán, opositor al gobierno de Maduro.

¿Qué hacía el espía en Colombia?

En ese momento se estaba coordinando Gedeón, un supuesto golpe armado contra Nicolás Maduro. Alemán, el hombre al que seguía Olivares, presuntamente era uno de los cerebros de la frustrada incursión armada en Venezuela por un grupo de mercenarios.

El diputado murió dos meses después de covid-19, y del espía no se volvió a saber nada hasta hace unos días.

El miembro de las FAES terminó involucrado en una persecución policial por la autopista Regional del Centro, en el estado de Miranda. El 10 de septiembre, hombres de la división antirrobos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) lo persiguieron e intercambiaron disparos.

El espía, expulsado de Colombia hace un año, se movilizaba en un carro Chery, modelo Orinoco, color blanco y sin placas.

Según el reporte oficial, Olivares terminó chocando su vehículo contra una montaña al borde de la vía, a la altura de un relleno sanitario conocido como La Bonanza.

Este es el documento legal colombiano que el espía venezolano Alejandro Olivares logró obtener tras pagar 650 dólares. Foto: EL TIEMPO/GDA/

¿Qué sabía Alejandro Emel Olivares González?

Se le encontró una pistola Glock y munición 9 milímetros. Al parecer, Olivares perdió el control del vehículo tras recibir impactos de bala. El caso permaneció bajo reserva durante cinco días.

Actualmente, excompañeros de Olivares, de 31 años de edad, están indagando cómo pasó de constituir una de las fichas del gobierno de Maduro en las labores de espionaje a opositores en Colombia a ser un objetivo de los hombres del Cicpc.

Cuando empezaron a preguntar sobre el asunto apareció una orden de aprehensión contra Olivares, expedida por el Tribunal 3° de Control del estado Zulia. Según el documento, se lo investigaba por secuestro desde agosto de 2012.

Pero el carnet que lo acredita como oficial de las FAES, adjunto de la Base Territorial de Inteligencia (BTI) del estado Falcón, es posterior a ese proceso.

De hecho, sus excompañeros aseguran que es extraño que a alguien lo persigan y lo acribillen hombres del Cicpc por un caso de secuestro, y menos si había cumplido misiones al servicio de las FAES.

«Es claro que Olivares tenía información importante. De otra manera no se explica cómo pasó más de un año en Venezuela sin que lo detuvieran», dijo un excompañero.

Y otro más se preguntó por qué a Olivares no lo detuvieron cuando lo expulsó Migración Colombia.

Cuerpos de seguridad «utilizan tácticas criminales»

Por eso no dudan en señalar que Olivares pudo haber sido silenciado. Para aclararlo, ahora intentan ubicar a Herierv José Borja Pirona y a Wilnelmary Lourdes Callejas, dos venezolanos que fueron retenidos y expulsados junto con Olivares.

Además, señalan que este caso puede tener relación con las torturas y persecuciones a las que están siendo sometidos ciudadanos venezolanos supuestamente vinculados a la operación Gedeón.

Francisco Cox, de la Misión de Determinación de Hechos sobre Venezuela, de la ONU, se refirió a esos patrones de violaciones de derechos humanos por el gobierno de Maduro para silenciar a la oposición.

Un documento de esa misión detalla que funcionarios de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) vienen aplicando tácticas de tortura nazi.

En el punto 73 del informe de la misión se afirma que la persecución del gobierno de Maduro no se limitó a las figuras opositoras: se concentró, además, en su entorno.

Testigos y víctimas señalaron que «agentes de seguridad o de inteligencia presuntamente utilizaron tácticas criminales, incluyendo el secuestro o la detención de miembros de la familia de opositores reales o percibidos, para lograr los arrestos».

El efecto Clíver Alcalá

Un acusado de participar en Gedeón dijo que «lo torturaron y le dijeron que aplicarían el sippenhaft: táctica de castigo colectivo usada por nazis»: es la supuesta responsabilidad familiar por un delito.

Autoridades de Estados Unidos han venido observando estos episodios y en los próximos días se sabrá si uno de los implicados entrega información relevante.

Se trata del capturado y extraditado mayor general retirado Clíver Alcalá, supuesto cerebro de Gedeón y socio del fallecido diputado Alemán en esa supuesta conspiración.

Alcalá, investigado por formar parte del Cartel de los Soles, está listo para llegar a un acuerdo de colaboración y a revelar qué fue lo que pasó con la fallida operación y hasta dónde la direccionó Maduro.


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