Representantes de la Iglesia Católica, que no habían fijado posición pública sobre las elecciones presidenciales del 20 de mayo, rompieron el silencio y exigen que se vuelvan a realizar. Sustentan su solicitud en la falta de garantías y condiciones que hubo a lo largo del proceso, en los cuestionamientos que han hecho varios sectores del país y en el desconocimiento de los resultados por parte de la comunidad internacional, que ha insistido en que la reelección de Nicolás Maduro carece de legitimidad.

“Es necesario la realización de nuevas elecciones con elementos que garanticen su equidad, sin inhabilitaciones y sin dirigentes políticos presos o en el exilio. Deben organizarse con tiempo suficiente y con garantías. Tal como se efectuaron, las elecciones del 20 de mayo no son realmente válidas. No hay seguridad de que esos resultados sean ciertos, y se hicieron bajo una presión indebida. Esto lo corroboran las impugnaciones de los candidatos que participaron en el proceso”, señaló el cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas

Rechazó el juramento  de Maduro –tras los comicios– ante la asamblea nacional constituyente, instancia cuya legitimidad ha sido cuestionada por la Iglesia.

“La repetición de elecciones debería entrar en cualquier agenda de negociación y llegarse a acuerdos. Debe plantearse con quienes están en el poder, pero no es una decisión a la fuerza. Debe pensarse cuál es el bien común  y lo que el país necesita en este momento”, afirmó el cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Mérida.

El prelado recordó los sufrimientos del pueblo venezolano de los que se ha hecho eco la Iglesia, como la escasez de alimentos y medicinas, la inseguridad, el alto costo de la vida y, más recientemente, las fallas en los servicios públicos como el transporte, la falta de agua y electricidad. Consideró altisonante el tono del gobierno de Venezuela ante la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos al irrespetar a los diplomáticos que expusieron la crisis del país.

Tratos crueles. La Iglesia da gracias a la Providencia por las excarcelaciones de presos políticos que se han efectuado hasta ahora. Sin embargo, advierte que la medida evidencia la falta de autonomía de los poderes públicos y rechaza que el beneficio sea concedido discrecionalmente por el presidente de la República.

“Es inaceptable que haya centenares de perseguidos por disentir del gobierno y que luego Maduro le diga una palabrita al Poder Judicial y este se los libere. Esto es una situación totalmente irregular, el Poder Judicial hace la voluntad del presidente, se demuestra que su voz es omnipotente. Urge la libertad plena de los presos por razones políticas y que se cumplan oportunamente las boletas de excarcelación. Los recursos utilizados para estas medidas reflejan la dictadura del Poder Ejecutivo sobre los otros poderes públicos”, expresó el cardenal Urosa Savino.

Criticó la forma cómo se han llevado a cabo  las excarcelaciones, a las que calificó de “insuficientes” debido a las medidas cautelares impuestas a los beneficiados. Exigió una investigación independiente de la Fiscalía General y de la Defensoría del Pueblo acerca de las denuncias sobre torturas y tratos crueles hechas por los presos políticos y sus familiares.

“Las afirmaciones sobre tortura, que son recurrentes, parecen tener fundamento. Son hechos abominables que solo se realizan por sadismo. Deberían investigarse para dar con los culpables y castigarlos con el peso de la ley. Al presidente Maduro y a los ministros de la Defensa y de Interior les conviene que se pueda probar que esto no es cierto”, subrayó.

Porras aseguró que las excarcelaciones son irregulares: se han concretado de forma unilateral por el gobierno y carecen de rigurosidad jurídica. “Es una medida adoptada por una de las partes y favorece solo a los que el gobierno quiere.  Se hacen luego de las denuncias sobre violaciones al debido proceso y deben efectuarse de acuerdo con las leyes para que generen confianza y credibilidad en la población”.

El arzobispo de Mérida añadió que el diálogo y los beneficios procesales que ha impulsado Maduro “indudablemente tienen un carácter político para lavarse la cara ante el mundo”. Puntualizó que el diálogo no debe convertirse en un monologo, de allí su llamado: “El diálogo convocado por el Ejecutivo debe tener una agenda previa por el bien del país, la disposición de cumplir los acuerdos y que se logre un entendimiento. Si no se corre el peligro de los procesos anteriores en los que no se llegó nada”.

“El Vaticano no olvida”

Los cardenales Jorge Urosa Savino y Baltazar Porra negaron los señalamientos según los cuales la Santa Sede se ha desentendido de la crisis nacional. “El Vaticano no se ha olvidado de Venezuela. El papa Francisco está muy pendiente de lo que aquí ocurre, al igual que el secretario de Estado del Vaticano. No solo se propició el diálogo, ahora ha tendido un puente de solidaridad con las conferencias episcopales de Suramérica y Cáritas para atender a los migrantes venezolanos que no han sido atendidos por las embajadas y consulados”, aseveró  Porras.

Urosa Savino afirmó que el Papa continúa con su mirada puesta en el país y está muy preocupado por la situación de los derechos humanos, como lo ha señalado en varias oportunidades. “Pero no puede inmiscuirse en los asuntos de la política interna”, argumentó el prelado.


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