Expertos coinciden en que el presidente encargado de la República, Juan Guaidó, ha ganado seguridad en la medida en que ha tenido que dirigirse a la población de manera reiterada. La confianza que exhibe en los últimos tres meses, luego de juramentarse como presidente interino, le ha permitido ampliar los tiempos de sus intervenciones públicas. 

“Podemos afirmar que hay una evolución en el discurso de Guaidó. Ha madurado en la concepción y articulación de las ideas que plantea”, expresó Nícmer Evans, politólogo, alineado con el chavismo disidente, y magíster en Psicología Social.

Indicó que otro de los factores que ha incidido en la que a su juicio representa una mejora en la exposición de las ideas de Guaidó es que en cada una de sus alocuciones existe un objetivo subyacente, lo que le da coherencia, le permite focalizar y, por ende, justificar cada acción ante la ciudadanía.

Esta visión es compartida por Félix Seijas, catedrático de la Universidad Central de Venezuela y director de la encuestadora Delphos, quien aseguró que luego del ascenso meteórico de las responsabilidades de Guaidó, este ha tenido que dirigirse a la ciudadanía continuamente lo que ha facilitado que, por la práctica, su verbo sea cada vez más fluido.

“El rol que le ha tocado no es sencillo. Le cayó de un día para otro pasar de ser un líder político, no reconocido en todo el país a, de repente, tener que dirigirse a millones de venezolanos en discursos públicos. Eso necesita cierta práctica y justamente es lo que ha venido sucediendo, ha venido ganando experiencia, seguridad y eso le permite extenderse más en su discurso”, señaló.

Carlos Leáñez, profesor de la Universidad Simón Bolívar y experto en Lengua y Política, dijo que si bien la duración de los discursos de Guaidó se ha extendido como un reflejo de un aumento paulatino de su confianza y seguridad, ello ha venido acompañado de una merma en el contenido del mensaje. Afirmó que el mandatario debería realizar intervenciones de lapsos más cortos porque el impacto comunicacional es mayor.

“Los mensajes breves e intensos tienen más receptividad que aquellos largos, porque se puede correr el peligro de que la gente empiece a sentir que está oyendo y oyendo, y no pasa nada porque no hay algo que comunicar verdaderamente contundente”, justificó Leáñez, al tiempo que afirmó que esa problemática “está comenzando a surgir”.

¿Por qué nosotros en lugar de yo?

En el lenguaje usar el “yo” está asociado a un discurso personalista y no inclusivo, mientras que el «nosotros» incluye al destinatario del mensaje. “Guaidó, con el empleo del ‘nosotros’, busca el equilibrio e incluye a los que no necesariamente comparten su posición, ideología o concepción política”, señaló Evans.

Precisó que en el lenguaje político, si bien no está descartado el uso del “yo”, este debe ser utilizado solo en situaciones que verdaderamente lo ameriten y no de manera indiscriminada, error que a su juicio cometió el fallecido presidente Hugo Chávez debido a su afán personalista.

Juan Guaidó acompañado de diputados de la Asamblea Nacional de Venezuela | Efe

Evans sostuvo que al emplear el término “nosotros”, Guaidó denota la intención de empoderar a la ciudadanía para que esta se haga partícipe de la construcción de las acciones políticas necesarias para lograr un cambio en Venezuela. Descartó que su uso pueda llegar a asociarse con un mensaje socialista.

Leáñez planteó que el uso del “nosotros” también podría estar vinculado con un intento por parte del jefe de la Asamblea Nacional de incluir en sus intervenciones al resto de los diputados. “Guaidó tiene que hablar con ese vocablo ‘nosotros’, porque está en relación con un cuerpo de personas muy concretas que lo rodea, que no necesariamente lo apoya de manera monolítica”, argumentó.

Fallas en el discurso

El 23 de febrero fue una fecha crucial en el discurso de Guaidó, porque era el día en el cual decenas de toneladas de ayuda humanitaria enviadas por Estados Unidos y la comunidad internacional ingresarían al país, procedentes de Colombia y Brasil. “La ayuda entrará sí o sí”, era parte del mensaje de Guaidó y de la mayoría de la dirigencia opositora, pero la ayuda no entró.

Evans cree que si bien significó un revés importante para Guaidó, esto le sirvió como una enseñanza de lo delicado que puede llegar a ser realizar una afirmación de esas dimensiones. “El haber puesto ese ‘sí o sí’ quizás es el más claro y único error comunicacional en estos tres meses. Hubo un logro, pero no tuvo la contundencia que se esperaba en su momento”, expresó.

Leáñez apuntó que lo ocurrido con la ayuda humanitaria no fue un problema discursivo, sino que se trató de un error de cálculo político debido a que se pensaba que solamente con la presión internacional, el régimen de Nicolás Maduro permitiría el ingreso de la ayuda humanitaria, situación que no ocurrió.

Seijas dijo que inicialmente los mensajes de Guaidó apuntaban a objetivos muy ambiciosos a corto plazo, cuya consecución era difícil de lograr. Afirmó, sin embargo, que no debería ser considerado como una falla en el discurso sino como una estrategia política que no dio los frutos esperados. “Ese es un ejemplo claro de que en una primera etapa se apuntaba a metas muy grandes en breve tiempo. Obviamente, no funcionó porque hubo factores que tal vez no se tomaron en cuenta o no se evaluaron de la manera correcta y sucedió lo que sucedió”, subrayó.

Otro evento que señalaron los expertos como una falla importante en el mensaje del presidente encargado ha sido la manera en que se comunicó el tema sobre la Ley de amnistía aprobada por la AN, pues argumentaron que el asunto no fue enfocado de forma correcta.

Evans calificó como un error intentar dirigir el mensaje de la amnistía a los altos mandos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, debido a que la mayor parte de estos está en complicidad con el régimen, razón por la cual el foco debería haberse ubicado en  los mandos medios de los diversos componentes castrenses.

“Creo que allí hay que hablarles a los jefes de tropa, a los coroneles, a los tenientes, a los capitanes, a aquellos que no están tan embadurnados de corrupción. Deben preguntarles a esos militares si son capaces de mirar a sus hijos a los ojos y ofrecerles un futuro en el país”, señaló.

Leáñez explicó que también es necesario que se inste a los militares a cumplir con su deber de proteger tanto a los ciudadanos como a la nación y a la democracia. Añadió que ellos están llamados a preservar el equilibrio de poderes y el Estado de Derecho: “La FANB tiene el deber de preservar la democracia, el equilibrio de poderes. Eso lo está incumpliendo rigurosamente. El punto en el que, en primer término, hay que insistir es el honor y el deber”.

Claridad del mensaje

Seijas y Evans concordaron en que el discurso de Guaidó es comprendido y compartido por el ciudadano común opositor, incluso por el chavista disidente.

Dicen que una de las razones por las cuales su mensaje es entendido es debido al lenguaje que utiliza, el cual es simple y claro, y se aleja del político tradicional.

Seijas indicó que un estudio realizado con jóvenes en edad universitaria reveló que estos perciben las intervenciones públicas de Guaidó como alejadas de los discursos tradicionales de los dirigentes políticos. Precisó que cuando el presidente interino de la República habla, sienten que su mensaje va dirigido directamente hacia ellos. 

Leáñez advirtió que el mensaje de Guaidó no está llegando con la suficiente claridad. Señaló que está intentando actuar como un equilibrista para mantener contentas a las diversas corrientes de pensamiento que hacen vida en la oposición lo que, a su juicio, termina lastrando su avance: “Si Guaidó pretende estar bien con todos no podrá dar un mensaje claro”.

Para lograr el objetivo planteado por el profesor Leáñez será necesario que el presidente encargado realice un análisis dentro de la estructura de la oposición, a fin de determinar cuáles son los apoyos que considera necesarios para avanzar con su mensaje y los prescindibles en su misión de conseguir un cambio político en Venezuela.


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