Kirchner se presentó a la cuarta audiencia del juicio oral sobre irregularidades en la concesión de obras viales durante su mandato.

La audiencia comenzó con la continuidad de la lectura de requerimiento de elevación a juicio de los fiscales que investigaron el caso, Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques.

La senadora nacional ingresó por un acceso lateral a los tribunales federales de Retiro y fue directo a la sala de audiencias del subsuelo de Comodoro Py 2002.

Allí el público que concurrió a presenciar la audiencia la recibió con aplausos hasta que se ubicó, como ya es usual, en la última fila de asientos destinada a los acusados junto a su abogado Carlos Beraldi.

Vestida íntegramente de rojo y cartera al tono, la expresidenta presenciará la lectura de la acusación fiscal ante el Tribunal Oral Federal 2.

El lunes pasado no asistió al juicio porque presentó un justificativo de actividad parlamentaria en el Senado Nacional.

La exmandataria sostiene que el juicio es una «persecución política con un único objetivo: colocar a una ex presidenta opositora a este gobierno en el banquillo en plena campaña electoral».

Kirchner y el resto de los acusados tienen obligación de presenciar la lectura de cargos. Contra la ex presidenta están abiertas media docena de causas por corrupción, dos de las cuales ya pueden pasar a juicio oral: una por lavado de dinero a través de hoteles de la familia, en la que también están acusados sus hijos Máximo y Florencia, y otra por supuesto cobro de sobornos a empresarios para otorgarles licitaciones.


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