Este 25 de julio Caracas “La ciudad de los techos rojos” llega a su aniversario número 452 en medio de la peor crisis política, económica y social de la historia republicana.

A parte de ser la capital, Caracas, sin lugar a dudas, es el centro económico, político y militar del país, por lo que un cambio gubernamental no podría originarse sin que se registren acciones de calle en ella. No obstante, esto no sería suficiente para consolidarlo, afirmaron analistas.

El área metropolitana de Caracas alberga las sedes de los poderes Ejecutivo, Legislativo, Electoral, Judicial y Ciudadano; más de 30 ministerios, entre ellos el Ministerio de la Defensa y de Finanzas; los comandos de los 5 componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Además, en la capital se encuentran las sedes principales de los partidos políticos nacionales, se distribuye la renta petrolera y se toman las decisiones políticas más importantes del país.

El politólogo Luis Salamanca señaló que, a pesar de ser el centro político pueden registrarse eventos fuera de Caracas que originen efectos políticos generales, debido a la “crisis tan devastadora que hay en el resto del país”. Sin embargo, sostuvo que “Caracas siempre va a estar a la cabeza de los cambios políticos, a pesar de que a lo mejor los caraqueños hayan perdido esa capacidad e iniciativa que han tenido en el pasado”.

Recordó que los caraqueños se les han plantado a los gobernantes más fuertes, con una tendencia a ser opositora a los gobiernos centrales: “Es también una ciudad sorpresiva, díscola políticamente hablando. Sus habitantes siempre han sido muy aguerridos, muy luchadores”.

El analista político Fernando Spiritto aseguró que ningún cambio podría originarse sin la participación de Caracas: “Es la provincia más rica y poblada, y tiene una capacidad de movilización que no tienen los otros estados. Si bien Caracas no es suficiente para generar un cambio, es muy necesaria para impulsar lo que va a venir a futuro”.

La capacidad de movilización en la ciudad se debe, más a que al número de habitantes –alrededor de 4 millones para 2017, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas–, a que los caraqueños están acostumbrados a salir a las calles cuando se les necesita: “Caracas sigue siendo un faro de libertad. Lo que pase en Caracas va, en muchas maneras, a afectar lo que pase a futuro”.

La ciudad de los acontecimientos importantes

Salamanca indicó que al ser el centro del poder, “es allí donde suelen ocurrir los acontecimientos más importantes de la nación”. Razón por la cual, mencionó, Juan Vicente Gómez dejaba a Victorino Márquez Bustillo como presidente encargado cuando viajaba a Maracay, estado Aragua.

Señaló que debido a los sucesos de Puente Llaguno, registrados el 11 de abril de 2002, el chavismo generó una especie de segregación geopolítica dentro de la entidad, donde el oeste pertenecía a su causa política y el este al sector opositor: “Caracas está amurallada, cerrada a la democracia y a las manifestaciones ciudadanas”.

Esta situación cambió desde el punto de vista político, dado que la mayor parte de los caraqueños quiere un cambio político, pero en el policial y militar se mantiene, por lo a que las personas no se les permite movilizar al centro de la capital: “Cada vez que hay una protesta la geografía del poder es separada del resto de la ciudad y allí no puede entrar más nadie”, explicó.

Aunque este panorama cambiaría en caso de una incursión militar extranjera, de acuerdo con Spiritto, debido a la facilidad al acceso aéreo que tiene la ciudad: “Una intervención militar viene con un ataque aéreo primero y estoy seguro de que las Fuerzas Armadas de esta revolución no tiene la capacidad de resistir ningún ataque”.

Agregó: “Sería muy fácil para cualquier potencia extranjera neutralizar a Caracas desde el punto de vista de su infraestructura, por eso no nos conviene una intervención militar, el daño sería muy grave a la ciudad y a la gente”.

La alineación perfecta

Aunque la capital es un factor importante en la lucha política, los analistas coincidieron en que para originar un cambio se requiere de la unificación de los partidos políticos opositores, la movilización del pueblo en todo el país, el respaldo internacional y el apoyo de la FANB.

“Cuando alcancemos esa alineación perfecta, estoy seguro de que se va a producir un cambio político”, aseguró Spiritto.

Considera que la oposición debe insistir con Rusia y China, para que insten al régimen de Nicolás Maduro a negociar: “Hay que decirles que sus inversiones están garantizadas, que solo un cambio político garantizara el pago de sus deudas y de los compromisos adquiridos”.

Indicó que luego de un cambio político, el liderazgo debe impulsar desde la entidad caraqueña un proceso de descentralización, en la que se le brinde a los estados y municipios mayor capacidad financiera y se cree mecanismos de transparencias para que los ciudadanos exigir soluciones a sus problemas y otorguen responsabilidad a los líderes locales.

“Ha quedado demostrado que el esquema centralista del chavismo no funciona. Caracas tiene el compromiso de liderar el proceso de descentralización que requiere el país en los próximos años”, sentenció.


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