padre niña

Jonathan Pernía Daza, padre de la niña de 5 años de edad que murió en la población de Boca de Grita cuando intentaba llegar a Colombia en busca de atención médica, denunció que tras una semana del hecho las autoridades no han iniciado una investigación formal sobre los sucedido.

Michelle Saraí Pernía presentó una complicación respiratoria la madrugada del 30 de noviembre a causa de una neumonía. Su familia, de escasos recursos, decidió trasladarla hasta Colombia para que fuese atendida de forma gratuita en un hospital, pues en los centros de salud venezolanos no contaban con los insumos necesarios.

Fue trasladada hasta la frontera en una ambulancia, pero funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) no les permitieron el paso a través del Puente Unión para llegar a la población colombiana de Puerto Santander. La menor de edad murió luego de que sus familiares se vieran en la obligación de desconectarla del oxígeno para pasar el puente a bordo de una carretilla.

Pernía Daza responsabiliza a la GNB de lo ocurrido, pero hasta los momentos ninguna autoridad local o regional lo ha contactado para iniciar con una investigación.

«Nadie. Ni de alcaldía, ni de fiscalía, ni de tribunales me han llamado. Ni a la mamá de Michelle Saraí. No ha empezado la investigación. Es como si uno no existiera. A nosotros los pobres nos tratan como si nosotros fuésemos para ellos una basura. Ni ayuda, ni investigación hay todavía», señaló el padre de la niña en declaraciones reseñadas por El Pitazo.

El hombre hizo un llamado público al gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, al fiscal general de la República, Tarek William Saab, y a representantes del poder judicial para que fijen posición sobre el caso.

«Señor Freddy Bernal, como gobernador del estado Táchira, quiero que usted haga una investigación. Tómenos en cuenta porque hasta ahora nadie nos ha llamado para nada, nosotros no estamos pintados en la pared. Hay noches que uno no duerme pensando en la muerte de su hija, mi familia está abatida», agregó Pernía Daza.

¿Apertura fronteriza?

A pesar de la anunciada apertura fronteriza el pasado 26 de septiembre, actualmente se impide el tránsito de vehículos, incluso humanitario, del lado venezolano.

Familiares de la niña relataron que los funcionarios de la GNB apostados en la vía fronteriza les informaron que debía esperar hasta el primero de enero, fecha pautada por las autoridades para la reactivación del paso a vehículos particulares a través de los puentes internacionales.

«A mi hija la Guardia Nacional no le permitió el paso, hubo que recurrir a una carretilla como si se tratará de un bulto de papas, ella era un ser humano. No entiendo por qué tanta injusticia con nosotros los pobres», dijo el padre de la niña en una rueda de prensa reseñada por El Estímulo.

Luz Pernía, tía de la niña, denunció que pese a que el paso de vehículos particulares y humanitarios está prohibido quien tenga 30 dólares puede pasar hasta Puerto Santander (Colombia).

El padre de la menor de edad contó que mientras la GNB les impedía el paso, la policía colombiana hacía señas a los funcionarios desde la mitad del Puente Unión para que permitieran a la ambulancia transitar.

«Ellos eran quienes nos decían con señales de mano que teníamos permitido el paso de ese lado. Le hacían señas a los guardias que dejaran pasar la ambulancia, los guardias nacionales decían que no, que la ambulancia no podía pasar, que la frontera no estaba abierta al paso vehicular», indicó Pernía.

Momentos antes de la tragedia

La niña Michelle Saraí tenía varios días enferma y estaba siendo evaluada por un médico en la localidad venezolana de La Fría, fronteriza con Norte de Santander, Colombia. Luego de que la familia vendiera algunos enseres para pagar exámenes médicos en centros de salud privados, fue diagnosticada con un cuadro de neumonía.

Ante la falta de insumos para atenderla, el médico del Centro de Diagnóstico Integral de La Fría, donde fue ingresada la medianoche del 30 de noviembre, sugirió trasladarla a otro centro asistencial.

Los familiares decidieron llevar a la niña hasta Colombia, pues meses atrás otra de sus hijas fue atendida en el hospital Erasmo Meoz de Cúcuta, donde le proporcionaron todos los cuidados necesarios.

«Para ir al hospital central de San Cristóbal tienes que tener entre 12 y 13 millones de pesos (de 2.600 a 2.800 dólares) para los exámenes e insumos médicos. En Colombia se nos presta la atención de emergencia totalmente gratis», señaló Pernía.

Debido a la grave condición en la que se encontraba la pequeña, los médicos indicaron que debía ser trasladada en ambulancia. Sin embargo, el vehículo de emergencia asignado al CDI no tenía gasolina para movilizarse.

«El chófer de la ambulancia le dijo a la doctora que para el traslado teníamos que conseguir 60 litros de gasolina. Nosotros no teníamos la manera de pagar por esa cantidad de gasolina que pasa los 200.000 pesos colombianos, entre 30 y 40 dólares», dijo el padre de la niña.

Un funcionario de Protección Civil apareció poco después con la ambulancia de la institución que tampoco tenía gasolina, pero pidió que al menos colaboraran con 20 litros para llegar el puente limítrofe con Colombia. Un vecino de la familia les regaló 17 litros de combustible y con eso se marcharon hacia la frontera.

La niña iba consciente y con oxígeno en la ambulancia de Protección Civil. La idea era cruzar hasta la mitad del Puente Unión, donde haría trasbordo a otro vehículo colombiano.

Cuando la GNB se negó a permitir el paso de la ambulancia, los familiares de la menor optaron por desconectarla de la bombona y subirla a una carretilla para llevarla a Colombia. No rodó ni 100 metros cuando falleció.

«La mamá de la niña y otro familiar corrieron en la carreta, pero no aguantaron, si la Guardia Nacional les hubiera permitido el paso a la ambulancia hasta la mitad del puente donde esperaba la otra unidad, la niña no hubiera muerto. La responsabilidad es 100% de la Guardia Nacional y ese no es el único suceso de ese tipo que se registra», puntualizó Luz Pernía.


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