Trinidad y Tobago, El Nacional
Foto: Getty Images

La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y Unicef están consternados por la noticia de la muerte del niño venezolano que migraba a Trinidad y Tobago junto a su madre, tras ser tiroteada la embarcación en que viajaba por la Guardia Costera de ese país.

«Estamos profundamente entristecidos por esta tragedia y transmitimos nuestras más sinceras condolencias a la familia y a los seres queridos que lloran esta pérdida. Deseamos una pronta recuperación a los heridos. Nadie en búsqueda de seguridad, protección y nuevas oportunidades debería perder la vida», dijo el lunes en un comunicado Eduardo Stein, representante especial conjunto de Acnur y la OIM.

La ruta migratoria hacia las diferentes islas del Caribe, la menos utilizada por los 6 millones de venezolanos que han salido del país, según la ONU, como consecuencia de la crisis, saltó a la palestra tras el naufragio hace un año de una embarcación en la que viajaban 41 venezolanos hacia Trinidad y Tobago.

Recordando este lamentable suceso y tras el desafortunado evento donde las autoridades costeras de la isla abrieron fuego a la embarcación llena de migrantes, según un comunicado, en «defensa propia», para la ONU el incidente «pone de manifiesto la difícil situación a la que se enfrentan las personas que se desplazan durante los desesperados y peligrosos viajes buscando seguridad».

Ante la falta de rutas seguras, muchas personas refugiadas y migrantes venezolanos se ven obligados a recurrir a peligrosas travesías marítimas y terrestres que se han vuelto aún más complejas, ya sea por las restricciones de viaje y sanitarias que limitan las vías formales de entrada.

Dos de cada tres venezolanos en movimiento son mujeres y niños

«Ningún niño o niña migrante debería morir jamás, ya sea viajando con sus padres o solo. Ninguna madre quiere poner en riesgo la vida de sus hijos en un pequeño barco en alta mar, a menos que no tenga otra opción», dijo por su parte Jean Gough, directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe.

Gough manifestó en el comunicado que el trágico evento «es un claro recordatorio de que ellos son los más vulnerables entre los vulnerables. Merecen especial atención, protección y seguridad, en cualquier lugar y en cualquier momento».

Por ello, Acnur, OIM, Acnudh y Unicef llamaron a los Estados para que establezcan mecanismos que ayuden a proteger los derechos de las personas en movimiento. Particularmente las mujeres, las niñas, los niños y otras personas con necesidades específicas de protección.

«Para evitar que tragedias como ésta vuelvan a ocurrir, se necesitan vías más seguras para las personas refugiadas y migrantes», indicó Stein. Y resaltó que «los sistemas que pueden garantizar la entrada segura y regularizada de refugiados y migrantes pueden disuadir a las personas de recurrir a los traficantes y, en última instancia, salvar vidas».

«Los Estados deben tomar medidas para garantizar que se respete siempre el derecho a la vida de las personas refugiadas y migrantes. Llamamos a las autoridades para que investiguen este incidente», añadió Alberto Brunori, representante regional del Acnudh para Centroamérica y el Caribe de habla inglesa.

Para leer el comunicado de Acnur, OIM, Acnudh y Unicef aquí.


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