crisis venezolana
Foto Archivo

Cubrir las necesidades de los millones de venezolanos y de las comunidades de acogida así como de la crisis migratoria venezolana en general costará, en 2021, 1.440 millones de dólares. La cifra equivale a casi 1.200 millones de euros, estimó las Naciones Unidas, quienes también señalaron que 5,4 millones las personas que están fuera de Venezuela.

La mayoría de los migrantes, unos 4,6 millones, viajaron a países de América Latina y el Caribe, revelaron los datos actualizados hasta noviembre. A ellos y a la crisis migratoria venezolana en general va dirigida principalmente la labor de 158 organizaciones aglutinadas bajo el Plan de Respuesta.

La iniciativa está coordinado por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones.

En total, la ONU estima que hay 7,2 millones de personas necesitadas de ayuda en la región, de las cuales 1,75 millones corresponderían a poblaciones locales. El plan anunciado este jueves va dirigido a 3,3 millones de personas en 17 países, incluidos 660.000 ciudadanos de las zonas que recibieron al grueso de los migrantes venezolanos en estos últimos años.

La situación de todos ellos se complicó en los últimos meses debido a la pandemia. Las restricciones de movimiento como implicaron limitaciones en la actividad económica.

La pandemia causó que miles de personas dependan de la ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades médicas, alimentarias, educativas o de refugio. Al mismo tiempo, exacerbó otros desafíos como la violencia de género, los problemas de salud mental o la estigmatización de los migrantes.

El enviado de la OIM y Acnur para la crisis migratoria, Eduardo Stein, subrayó en un comunicado que las medidas de confinamiento son «necesarias». Sin embargo, tuvieron un impacto «en la capacidad de migrantes y refugiados para conservar su sustento y el acceso a bienes y servicios básicos».

Retorno a Venezuela

En este sentido, advirtió que los venezolanos que se quedaron sin una forma de vida no siempre forman parte de las «redes de seguridad social”. Estas sí pueden beneficiar poblaciones locales, lo que puede llevar a un retorno forzado a Venezuela.

Este retorno también implica riesgos, ya que el cierre de fronteras puede llevar a los migrantes a utilizar pasos irregulares.

Stein confía en un «continuo y mayor compromiso de la comunidad internacional y del sector privado» para responder a todos estos retos. «Los refugiados y migrantes de Venezuela y quienes los acogen requieren de nuestro apoyo colectivo más que nunca. No solo en términos de asistencia humanitaria urgente, sino también en ayuda al desarrollo para apoyar a las comunidades locales y soluciones a largo plazo», reclamó.


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