El reinicio de clases no está exento de conflictos. Habitantes de Ciudad Guayana no están claros sobre si el retorno es algo bueno o si, debido a la pandemia, la situación puede complicarse y tener consecuencias negativas.
“Es una decisión individual, cada padre evaluará las condiciones del colegio de su hijo”, señaló Nailus Salas, que habita en el sector Sierra Parima de Ciudad Guayana. Contestó una encuesta que se hizo en redes sociales.
“Los míos estudian en un colegio público donde nunca hay agua, se han metido a robar varias veces, ya ni pupitres dejaron; así ni loca los mando”, afirmó.
Por su parte, Karla Méndez, madre de dos niños en edad escolar, indicó: “Las clases presenciales no han debido suspenderse”.
“El cuidado y seguridad es cuestión de conciencia y educación de cada padre, de cada núcleo familiar. Hay una cultura de miedo que nos han querido vender, pero precisamente en este tema, porque para otros no. Ahí vemos actos políticos, fiestas de cumpleaños, juegos de futbol y cosas así”, manifestó.
Limitantes para el reinicio de clases
Leandro Cedeño, director de la unidad educativa Colegio Integral Manuela Sáenz, de Puerto Ordaz, con más de 20 años de experiencia, precisa que existen otras limitantes sumadas al temor provocado por la emergencia sanitaria de covid-19 para acometer el reinicio de clases: “Hay padres que no han podido inscribir a sus hijos, pues no cuentan con el dinero necesario para formalizar el proceso, esto en el caso de instituciones privadas”.
Dijo que además se lidia con el problema de la gasolina. “A los que viven lejos se les dificulta traer a sus hijos al colegio”, señaló.
Alerta
El Observatorio de Educación de Fundaredes alertó sobre las malas condiciones de la infraestructura de al menos 95% de loa centros educativos. “Las escuelas están sin servicio de agua potable, lo que puede generar la transmisión de enfermedades gastrointestinales», denunció. «Esta es una de las deficiencias que la mayoría de las instituciones educativas presentan”.
El abogado Nieves Manrique, especialista en derecho familiar, considera que el regreso presencial a clases es sin embargo una necesidad que se debe asumir porque el mundo exige una nueva normalida.
“Se hace necesario que los centros educativos garantes de un derecho fundamental como lo es la educación, responsablemente se vean en la necesidad de adaptar sus instalaciones, diversificar y actualizar sus horarios y modalidades de enseñanza, a la nueva emergencia de salud”, subrayó.