Familiares exigen investigar la muerte de los adolescentes en la piscina olímpica del club de la GNB en El Paraíso | Foto: Cortesía

Dos cuerpos flotaban en la piscina olímpica del club de la Guardia Nacional de El Paraíso. Uno boca arriba, el otro con el rostro sumergido en el agua. La multitud nunca notó que los jóvenes estaban muertos.

Se trataba de jóvenes de 14 años e edad que fueron identificados como Itsjahq Aponte Ortiz y Keiber Daniel Porro Sotillo, próximos a cursar el tercer año de bachillerato.

Los muchachos, junto con otro de 17 años de edad, solicitaron permiso a sus padres para disfrutar de una tarde de piscina. Eran vecinos del bloque 18, Casalta III, en Catia.

Como se criaron juntos desde pequeños, sus abuelos coincidieron en la decisión de aprobar su primera salida solos, fuera de la zona de residencia.

Los tres adolescentes salieron de sus casas el sábado después de mediodía. Llevaban una mano de cambures y dinero en efectivo.

La noticia llegó a la zona a las 5:00 pm. Vecinos rumoreaban: regresó uno solo con vida. Se hablaba de un ahogado y otro perdido.

El adolescente de 17 años relató lo sucedido. «Nos dijo que vio cuando sacaron uno de los cuerpos, pero no lo reconoció porque estaba blanco -mi nieto es moreno-. Al otro sí lo identificó y dijo que lo llevaron al hospital Miguel Pérez Carreño, a mi nieto lo conseguí en la clínica de los militares, en El Paraíso», dijo Ofelia Ortiz, abuela de Aponte Ortiz.

«El muchacho de 17 años instó a los guardias a que llamaran por los parlantes a mi nieto, porque no lo conseguía. Por eso supuso que estaba perdido», agregó Ortiz.

La abuela se dirigió al club para pedir información y de allí fue remitida a la clínica de los militares.

«Mi nieto estaba hinchado, su piel estaba blanca. Las fosas nasales las tenía tapadas con secreción. Supuse que se le reventaron los pulmones. Alcancé a darle un beso en la mejilla y otro en la frente y dije: ‘Doy gracias a Dios por esos 14 años vividos'», acotó Ortiz.

Ambas familias y además vecinos acudieron este domingo a la sede de la medicatura forense de Bello Monte.

¿Dónde está el control?

En medio del dolor surgieron varias interrogantes.

«¿Dónde están las cámaras de vigilancia en ese club, los salvavidas que debería haber en la piscina? ¿Cómo les permitieron a esos menores ingresar sin un adulto? ¿Cuál es el control que dicen tener, si en el interior se supone que hay personal militar de todas las jerarquías? ¿Dónde quedó la ayuda humanitaria, si vemos que alguien se está ahogando y no hubo un llamado de auxilio? La gente disfrutaba sin saber que nadaban en medio de dos cadáveres» , agregaron parientes de Porro Sotillo.

Del adolescente de 17 años de edad se conoció que se encuentra bajo interrogatorio en la sede de la policía judicial con sede en la avenida Urdaneta, con el fin de ahondar en los detalles del caso.

«Era su primera salida sin adultos. Unos muchachos que tenían su propio canal de youtube sobre chistes y parodias, sanos y buenos estudiantes. Solo queremos saber lo que realmente les pasó, más allá de cómo se ahogaron», puntualizaron los familiares.


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