Migrantes venezolanos detenidos en el Centro Correccional de Winn, en Luisiana, Estados Unidos, piden ayuda a Carlos Vecchio, embajador de Venezuela en Washington designado por la Asamblea Nacional de 2015, para que medie en los procesos que se les siguen en el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas.
Rolando Vázquez, abogado especializado en temas migratorios, denunció durante un live en su cuenta de Instagram que a los ciudadanos los están deportando de manera clandestina y los dejan en un tercer país, que en los últimos meses ha sido República Dominicana.
Subrayó que, muchas veces, cuando no hay una vía legal que seguir, la única opción que queda es una estrategia diplomática.
Un ciudadano que prefirió mantenerse en el anonimato, detenido en ese centro de Luisiana, afirmó en una entrevista con Vázquez que los venezolanos han sufrido represión y maltrato psicológico.
“Tenemos mucho tiempo detenidos. No recibimos ningún tipo de respuestas o de información de los oficiales de Servicio de Control de Inmigración y Aduanas. Nos hablan de deportación, tanto personas en positivo al miedo creíble, como personas que ya hicieron un proceso y están en negativo. Son personas que relativamente terminaron su proceso y todavía los tienen aquí”, manifestó el migrante.
Dijo que existe mucha negligencia médica y de los oficiales.
“Ahorita se está rumoreando sobre unas posible de unas deportaciones ilícitas en el transcurso de esa semana por medio de envíos a Nueva York, de Nueva York a República Dominicana y de República Dominicana a Venezuela. Sin saber lo que le espera a esa persona al llegar a Venezuela”, expresó.
Aseguró que las autoridades migratorias los han amenazado con que tienen conexiones y negociaciones con el gobierno de Nicolás Maduro para deportarlos.
“Es un maltrato psicológico bastante fuerte que se vive. Ya yo tengo cinco meses en el proceso. Dicen que si no vamos a apoyar, si no prestamos el apoyo a las decisiones que ellos toman, nos van a ser recluidos en una cárcel federal; si no, nos aíslan en una parte que ellos tienen donde hay reclusos que visten de naranja, rojo”, agregó.
El migrante estima que aproximadamente 300 venezolanos están en el Centro Correccional de Winn. Aunque reconoció que es confuso tener certeza de la cantidad porque están divididos por celdas.
“Literalmente somos unos presos y la verdad ya no aguantamos tanta injusticia hacia nosotros, somos padres de familias. Las instalaciones no se prestan, nunca estuve en un reclusorio en Venezuela, pero esto no es para que una persona viene pidiendo un apoyo a un país democrático y que defiende los derechos humanos”, señaló.
Afirmó que los tienen tras barrotes, que los custodian en todo momento, que las condiciones en los baños son precarias y que el agua que le dan para el consumo no es potable. Añadió que hay personas que están vacunadas, pero los oficiales meten a las celdas grupos de ciudadanos que no han sido inmunizados.
“No toman en cuenta los temas de personas que tienen problemas médicos. Si tienes un malestar tienes que hacer una solicitud y esperar uno o dos días para ser atendidos, hasta por algo muy simple como un dolor de cabeza. Los oficiales normalmente no están vacunados, vienen de afuera. Nos exponemos”, manifestó.
El venezolano destacó que no han cometido ningún delito. Sin embargo, aseguró que las autoridades los catalogan como riesgo de fuga a pesar de que tuvieron la voluntad de entregarse voluntariamente a ese organismo migratorio.
“No tenemos ningún tipo de comunicación aquí con nadie. Aquí todo es monitoreado y nos mantienen totalmente desinformados. Una respuesta que uno haga, la respuesta en negativa. Nosotros no preguntamos nada porque preguntar es recibir una mala respuesta. No hay ayuda hacia nosotros”, dijo.
“Por favor, no nos dejen solos, somos personas de bien, venimos huyendo todos de una situación con el gobierno de Venezuela y tenemos miedo, pavor de volver porque nos catalogarán como traicioneros de la patria y no sabemos qué va a pasar con nosotros, todos tememos por nuestras vidas y por nuestra integridad”, expresó.