servicio eléctrico
Foto: EFE/ Miguel Gutiérrez

Más de 40 proyectos que habían sido adjudicados hasta 2014 para aumentar la generación hidroeléctrica y termoeléctrica del país tenían sobreprecios, de acuerdo con una investigación realizada por la ONG Transparencia Venezuela.

La organización señaló que para dichos proyectos también se adquirió uso de tecnología obsoleta o no compatible con el sistema venezolano.

Para 1998, la capacidad instalada del Sistema Eléctrico Nacional era de 14.000 megavatios, más de lo que Venezuela demandaba.

La destrucción de la industria eléctrica del país comenzó en 2007, cuando el fallecido presidente Hugo Chávez decretó la estatización total del sector. Este proceso se concluyó en 2010, al convertirse Corpoelec en el único operador del país.

Ese mismo año la generación hidroeléctrica se redujo por la sequía, y la respuestas de las plantas termoeléctricas fueron insuficientes. Chávez declaró entonces el estado de emergencia en la industria y se comenzó a agudizar el racionamiento

«El estado de emergencia le permitió a Corpoelec, Pdvsa y al Ministerio de Energía Eléctrica adquirir equipamiento sin licitaciones, esto terminó en grandes casos de corrupción que han quedado impunes ante la justicia venezolana», reveló la organización.

Recordaron el caso de las plantas termoeléctricas compradas a Derwick, momento en el que se adquirió equipamiento obsoleto y equipo desarmando que no eran necesarios y que nunca fueron instalados.

Además, resaltaron que la Central Hidroeléctrica de Tocoma debió estar lista en junio 2014 pero hasta 2018 tenía un avance de 87% y estaba paralizada.

Documentos obtenidos por Transparencia Venezuela revelan que Venezuela se comprometió a pagar a Odebrecht la cantidad de 2.471.000.000 de dólares por las obras civiles de Tocoma.

«El abandono del mantenimiento, el desconocimiento de los planes de desarrollo, la corrupción y el clientelismo derivaron en los peores indicadores del sistema eléctrico en Venezuela», concluyó la organización.


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