Foto: Referencial

El régimen de Nicolás Maduro ha usado el aparato represivo del Estado contra sus propias fuerzas de seguridad para mantener el control sobre estas, apuntó este martes un artículo del New York Times que cita varios casos, entre ellos, la reciente muerte del capitán Rafael Acosta Arévalo.

«El abuso contra los oficiales ha crecido porque representan una amenaza real para el régimen de Maduro», indicó el general Manuel Cristopher Figuera, ex director de Inteligencia de Venezuela, quien desertó en abril y vive en Estados Unidos. La declaración se publicó en un artículo publicado este martes por el New York Times.

Además, el rotativo indicó que de acuerdo con denuncias de varias organizaciones, como la Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia, hay 117 oficiales, entre activos y retirados, detenidos en cárceles venezolanas.

El artículo subraya el caso de Acosta Arévalo, quien murió a finales de junio bajo custodia del Estado venezolano por su supuesta implicación en una conspiración para dar un golpe de Estado, lo que fue condenado por Estados Unidos.

El gobierno de ese país culpó a Maduro y a sus «asesores cubanos» por la muerte del oficial, a la vez que reiteró el apoyo al pueblo venezolano, según un mensaje publicado el pasado primero de julio por la secretaria adjunta de Estado de EE UU para Latinoamérica, Kimberly Breier, en su cuenta de Twitter.

El periódico recuerda que el militar fue sepultado el 10 de julio, en contra de los deseos de su esposa, y rodeado de guardias de seguridad en una operación controlada por el régimen. También que los cinco familiares a los que se les permitió asistir no pudieron verlo porque su cuerpo estaba envuelto en un plástico marrón.

De acuerdo con el rotativo neoyorquino, algunas secciones del informe de su autopsia, que fueron filtradas, señalan que Acosta sufrió un traumatismo por fuerza contundente y electrocución, y que las autoridades han admitido el uso de la fuerza excesiva en su caso.

El régimen venezolano detuvo a dos militares en relación con su muerte y señaló que los oficiales usaron la fuerza excesiva cuando el capitán se resistió al arresto, recuerda el medio.

Igualmente cita en el artículo los casos de otros militares que fueron torturados como el de Juan Carlos Caguaripano, un capitán de la Guardia Nacional que en 2017 dirigió un asalto fallido en una base militar y quien sufrió lesiones en los testículos debido a los golpes que recibió en la cárcel.

El artículo asegura que en los últimos dos años, a medida que se agrava la escasez de alimentos por el derrumbe de la economía petrolera, las fuerzas de seguridad del Estado han llevado a cabo por lo menos cinco operaciones para derrocar o asesinar a Maduro.

El régimen afirma que ha frustrado al menos una docena más de complots, incluido el plan con el que se vinculó a Acosta y a otros cinco detenidos, lo que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), la organización política de Maduro, utiliza para justificar la vigilancia constante, detenciones arbitrarias y las torturas a los que considera sus enemigos.

Entre los vigilados, los 160.000 soldados que conforman las Fuerzas Armadas de Venezuela, señala además al Times al citar denuncias de Naciones Unidas.
Destaca que la Coalición por los Derechos Humanos, con sede en Caracas y que representa a varios de los militares arrestados, ha documentado 250 casos de tortura cometidos por las fuerzas de seguridad venezolanas contra oficiales militares, sus familiares y activistas de la oposición desde 2017.

Estos abusos se dieron a conocer el mes pasado en un informe que publicó Michelle Bachelet, alta comisionada de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Asimismo, el texto apunta que aunque Maduro ha tratado de garantizar la lealtad de los altos mandos militares con promociones y contratos lucrativos, los oficiales de rango medio y bajo y sus familias se ven cada vez más afectados por la crisis.

«El hambre llegó a los cuarteles y se infectaron con disidencia», dijo al diario Ana Leonor Acosta, abogada de la Coalición, quien asegura que las Fuerzas Armadas están llenas de paranoia, desconfianza y división.


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