Nicolás Maduro dijo que el asiento que Venezuela logró en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas es “una victoria” contra la “campaña de presión” encabezada por Estados Unidos que involucró al Grupo de Lima, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
“Tremenda victoria de Venezuela. Enfrentando el complot, la conspiración, la campaña brutal del gobierno de Donald Trump. Enfrentando una campaña de presión, de persecución contra los países del mundo, a la cual se sumó el FMI, el Banco Mundial”, aseguró.
Opinó que en la votación celebrada en la ONU “no pudieron ni con amenazas, ni con chantajes, ni con campañas mundiales; no pudo el gobierno de Estados Unidos con Venezuela, no pudo el imperialismo, ni el Grupo de Lima”.
Agradeció a los funcionarios de Cancillería su trabajo por lo que denominó “la victoria de la patria venezolana”.
No obstante, el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, dijo que la gestión de Maduro “recibe una silla manchada de sangre varias veces, producto de la violación sistemática de los derechos humanos”.
La candidatura venezolana se impuso en la votación en la Asamblea General de la ONU a la de Costa Rica, que fue presentada a última hora con el objetivo de impedir que el régimen de Maduro se hiciese con un escaño.
Fue una votación apretada, en la que Venezuela obtuvo el apoyo de 105 de los 193 países de la ONU y Costa Rica el de 96 naciones.
Human Rights Watch y otras ONG consideran que Venezuela no cumplía con los requisitos para ser miembro del Consejo de Derechos Humanos, dado el historial del régimen en ese ámbito.